Por tanto, se detuvieron allí mucho tiempo, hablando
con denuedo, confiados en el Señor, el cual daba testimonio a la palabra de su
gracia, concediendo que se hiciesen por las manos de ellos señales y prodigios.
Si en versículos anteriores los discípulos sacudieron
el polvo de sus pies y salieron de Antioquía, por qué en esta ocasión deciden
quedarse mucho tiempo, predicar e incluso hacer señales y prodigios. ¿Por qué no salieron también de esa
ciudad? Me encantaría poder tener la
respuesta exacta y concreta pero la verdad es que no lo sé. A veces nos resulta imposible entender los
planes de Dios y el por qué de sus decisiones.
Pensemos esto por un momento, Él es Dios. Nosotros no tenemos el mismo conocimiento ni
capacidad. Por esta razón, no siempre
vamos a entender lo que está haciendo a nuestro alrededor. Dios en su misericordia nos ha dejado
promesas en su palabra para que podamos vivir tranquilos y confiados a pesar de
que todo parezca incierto y sin sentido.
Dios muestra por dónde debes caminar. Dónde debes estar y por cuánto tiempo debes
permanecer ahí. Sin embargo, nosotros tenemos
tendencia a hacer las cosas de otra manera.
Nos encanta “experimentar” por otros caminos porque pensamos que son más
atractivos, nos encanta quedarnos más tiempo en donde estamos porque pensamos
que estamos bien o por el contrario, deseamos irnos porque pensamos que
estaremos mejor en otro lado. Dios le
mostró a Elías que debía ir y anunciar al rey que vendría una sequía. Irónicamente, su siguiente instrucción no fue
decirle cómo hacer para que el pueblo pudiera sobrevivirla como en el caso de
José al revelar el sueño de Nabucodonosor.
En esta ocasión, Dios le dice a Elías, debes irte y esconderte. Por la comida no te preocupes, yo enviaré
cuervos que te alimenten. Dios da
instrucciones y nuestro deber es escucharlas y obedecerlas. ¿Cómo
sé si debo hacer esto o aquello?
Preguntarás. La respuesta es
sencilla: Dios nos dice en su palabra que nuestra prioridad es buscar su reino,
hacer discípulos y amar a nuestro prójimo.
Él se encarga de lo demás. Si
mantienes tu mirada en las cosas del cielo, no tendrás preocupación por
entender o decidir hacia un lado u otro.
Simplemente llegará un día en el que Dios te dice, es necesario ir aquí o allá y lo harás.
Los discípulos nos dan un gran ejemplo de sintonía con
Dios. Además de estar compartiendo el evangelio,
siempre buscaron estar en el lugar que Jehová les mostraba. Si Dios decía salgan de esa ciudad, ellos
salían y si por el contrario decía permanezcan, ellos permanecían hasta recibir
nuevas instrucciones. El hecho de que
los discípulos se quedaran en Iconio a pesar de que un grupo de personas
comenzaba a organizarse en su contra, nos enseña que es necesario soportar las
pruebas con el fin de servir a Dios y esperar por nuevas instrucciones. No te desesperes. No te desanimes. No te preocupes. Pon tu mirada en las cosas del Señor. Busca su reino, busca obedecerlo y Él se encargará
de todo lo demás. Créelo. Vívelo.
Oración
Señor: Me resulta difícil no preocuparme por lo que debo
o no hacer. Hoy entiendo que debo buscar
tu reino y que Tú te encargas de lo demás. Ayúdame a creerlo y a vivirlo. No permitas que mis dudas bloqueen nuestra relación.
Permite que tenga paz y fe en que Tú tienes
cuidado de mí y que tus planes son mejores que los míos. Gracias por tus enseñanzas. Gracias por tu amor. En el nombre de Jesús oro a Ti, amén.
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