Tengan cuidado, no sea que les suceda lo que han dicho
los profetas:
Miren, burlones, asómbrense y desaparezcan, porque yo
estoy realizando en sus días una obra que ustedes nunca creerán aunque alguien
se las explique. Al salir ellos de la
sinagoga, los invitaron a que el siguiente sábado les hablaran más de estas
cosas. Cuando se disolvió la asamblea,
muchos judíos y prosélitos fieles acompañaron a Pablo y a Bernabé, los cuales
en su conversación con ellos les instaron a perseverar en la gracia de Dios.
¿Qué quiere decir todo esto? Una
vez que tú y yo hemos escuchado de Dios se nos presenta una disyuntiva: Pedir
perdón y reconocer a Cristo o seguir con nuestra vida dándole la espalda. La biblia nos dice que habrá personas que
prefieran seguir con su camino y no creerán en lo que Jesús hizo. Se les podrá compartir de milagros asombrosos
y de vidas transformadas pero no aceptarán ni creerán en Cristo. Por otro lado, tenemos a aquellos que deciden
realizar un cambio en su vida. Reconocen
que necesitan ayuda. Que no pueden
más. Que están cansados. Que están confundidos. Que están angustiados. Que están perdidos. ¿Te sientes así? ¿Te has sentido así? Yo sí.
Muchas veces. Resulta sumamente
sencillo caer en el círculo de lo que tenemos a nuestro alrededor y olvidarnos
de mirar al cielo y recordar lo que es importante y lo que no. Estoy convencido que aquellos que decidieron
seguir a Pablo y a Bernabé después de la asamblea, eran personas que estaban
experimentando sentimientos similares pero que estaban dispuestos a probar una
nueva estrategia. Fueron honestos
consigo mismos. Se dieron cuenta que ya
habían intentado varias veces vivir conforme a su voluntad, deseos y
pensamientos pero sobre todo, conocían perfectamente el resultado. Ahora era tiempo de hacer las cosas diferente y
no dejan que los discípulos se vayan sin la oportunidad de escuchar más.
Recuerdo muy bien cuando tuve la entrevista de mi trabajo
actual. Realmente lo deseaba. Quería, a como diera lugar, hacerle ver a mi entrevistador
que podía con el trabajo. Terminó la entrevista
y salimos de la sala. Nos dirigimos hacia
un lobby y yo seguí a esta persona por todo el camino. Prácticamente no la dejé ir hasta el último momento.
Imagino que así estaban estos judíos y prosélitos
con los discípulos. El mensaje de Dios es
tan increíble que deseas más y más. Por ello
deciden seguirlos y siguen pidiendo instrucciones. “Anden en la gracia de Dios” les dijeron. ¡Qué excelente instrucción! ¿Quieres seguir a Cristo? ¿Quieres transformar tu vida? Vive en la gracia de Dios. ¿Cuál es esta gracia? Significa recibir algo que no mereces de manera
gratuita. Significa que no eres tan grande
como pensabas sino al contrario, te das cuenta de lo pequeño y frágil que eres.
Entiendes que tu orgullo está en servir al
Señor por lo que hizo por ti. Esa gracia
transforma tu vida dándote la perspectiva correcta: Dios primero, tú después.
Si has dudado en aceptar a Cristo, te animo a que lo pongas
a prueba. Pide que te demuestre que existe
y que quiere reconciliarse contigo. Permite
que entre a tu vida y lleve aquellas cargas que tanto te han aplastado. Te invito a que seamos como aquellos que querían
escuchar más de Jesús. Te invito a que aprendamos
a vivir en la gracia.
Oración
Señor: te pido perdón por mis pecados y por no reconocer
mi necesidad de Ti. Hoy entiendo que he sido
necio y sobre todo veo que los resultados de mis decisiones no han sido buenos.
Hoy te pido porque pueda ver tu amor en mí.
Porque pueda ver tu gracia en mi vida. Te pido que pueda tener paz. Te lo pido en el nombre de Cristo Jesús. Amén
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