Algunos que habían llegado de Judea a Antioquía se
pusieron a enseñar a los hermanos: A menos que ustedes se circunciden, conforme
a la tradición de Moisés, no pueden ser salvos.
Esto provocó un altercado y un serio debate de Pablo y Bernabé con
ellos. Entonces se decidió que Pablo y
Bernabé, y algunos otros creyentes, subieran a Jerusalén para tratar este
asunto con los apóstoles y los ancianos.
El día de ayer falleció Steve Jobs. Si tu nombre no te dice mucho, piensa en la
compañía Apple. Las ipods, ipads,
iphones y computadoras Mac.
Prácticamente, este hombre revolucionó nuestra forma de vivir. A la edad de 56 años falleció. Dejó a su familia, su empresa, su casa y una
cantidad impresionante de dinero. Ahí
está todo su trabajo. No se lo pudo
llevar. Básicamente, lo que Pablo,
Bernabé y Pedro, tratarían de aclarar con los hermanos que predicaban acerca de
la necesidad de circuncidarse era mostrarles lo que le sucedió a Steve Jobs: la
circuncisión se queda en este mundo mientras nuestras almas se van. La biblia nos enseña que por gracia somos
salvos y esto proviene de Dios y no de nosotros para que la gloria sea siempre
para Él.
Mientras veía en las noticias los logros que este
hombre había tenido y escuchaba un excelente discurso que dio en una
Universidad, meditaba en una frase que compartía, la cual, había cambiado su
vida. “Cada día me levanto y me pregunto
si lo que haré el día de hoy me gusta.
Si la respuesta es negativa por un periodo extendido, significa que debo
cambiar de dirección”. ¡Me encanta la
frase! Pero me gusta aun más si la
aplico en nuestra vida espiritual en lugar de la material y la parafrasearía
así: cada día que me levanto, me pregunto si en este día estoy dispuesto a
servir al Señor sin importar lo que pueda venir y gozarme con las bendiciones
que Él considere necesarias para mi vida.
Jesús nos enseña que para ir al cielo necesitamos
reconocer que hemos pecado contra Él y pedir perdón alcanzando su gracia y
misericordia. Los hermanos estaban
cambiando su evangelio y tratando de regresar a lo que habían aprendido sobre
la salvación y la circuncisión. Así
somos nosotros. Aprendemos de Dios. Aprendemos que Jesús tiene un nuevo camino y
aprendemos que la biblia nos enseña cómo ir por ese camino. Mientras vamos por ese camino, nos empieza a
coquetear el comprar un auto nuevo. Nos
distraemos con unas ricas vacaciones en un lugar delicioso. Conocemos a una persona que nos hace sentir
que nuestro estómago se hace chiquito. Cambiamos
de trabajo o de ciudad. Y así, poco a
poco, sin darnos cuenta, estamos enfocados en vivir para nuestro placer carnal
y hemos dejado atrás nuestra perspectiva espiritual. Así de fácil.
No lo viste venir y tampoco lo hiciste con intención. Pero hoy te encuentras más atrapado en las
cosas materiales que en las espirituales.
Justo como estabas antes de conocer a Dios o tal vez peor. Piensa en esto. Todo aquello que te distrae, se quedará aquí
cuando tú te vayas. Lo único que queda
es tu servicio al Señor y esto no porque te lo lleves sino porque nos dice la
palabra que Él nos tiene una recompensa por nuestro servicio a Él.
Fue muy impresionante para mí el fallecimiento de
Steve Jobs. Una de las personas más
increíbles, inteligente y rica de este mundo no pudo decidir sobre cuándo morir.
El Señor tuvo control sobre su vida y así
tiene control de la nuestra. Deseo de
todo corazón que cada día que me permita estar aquí, pueda vivirlo en servicio
a Él. No permitas que la “circuncisión”
te distraiga de lo que realmente importa.
¿Qué vas a hacer de tu día?
¿Trabajar para ganar dinero y cuidar de tu familia? Suena bien, pero se te olvida que el que
realmente la sustenta no eres tú sino Dios.
Mejor dediquemos nuestra vida a Aquél que nos ama y nos bendice. A Aquel que nos da todo lo que necesitamos y
más. Deja de ser egoísta y sirve al
Señor. Deja tus costumbres atrás y
renueva tu vida a través de Cristo.
Oración
Señor: me arrepiento de mis pecados y te pido que me perdones.
Hoy aprendí que a través de tu gracia puedo
ir al cielo y te pido que así sea en mi vida. Gracias por mostrarme que mis costumbres estorban
en mi relación contigo y que nada de lo que hay en esta vida me podré llevar cuando
me llames. Te pido que cada día pueda servirte
y tener mi mirada en ti. En Cristo Jesús
te lo pido. Amén.
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