¿Cuántas veces has orado por tu crecimiento espiritual? ¿Muchas?
A veces pasa el tiempo y nos olvidamos de ello. ¿Estás fortaleciendo tu comunión con Dios? ¿Estás trabajando para Él? El motivo de mis preguntas es muy sencillo:
Dios quiere utilizarnos. Lo único que no
sabemos es el tiempo en el que sucederá.
Mientras tanto, es nuestro deber prepararnos para este momento. Cada uno de nosotros tiene un propósito y
puede ser utilizado para la obra del Señor.
Pienso en la vida de Timoteo. Probablemente tenía alrededor de 20
años. Tenía buena reputación lo que
indica que, cada decisión que tenía que tomar, lo hacía conforme a la voluntad
de Dios. Sacrificando deseos y su propia
voluntad en ocasiones pero formando un carácter y personalidad que, sin saberlo,
serían utilizados enormemente por el Señor.
Aunque parezca sin sentido en el corto plazo y difícil de hacer, el
seguir a Dios y decidir en obediencia a Él, siempre traerá bendición. No te dejes llevar por el momento y por
“vivir al máximo”. Muchas veces las
consecuencias son devastadoras. Confía
en Dios. Él está buscando bendecirte. Nos dice la biblia que un día como cualquier
otro, Pablo llega a Listra y se encuentra con Timoteo. ¡Un instante!
No hubo advertencia para Timoteo.
Tampoco imaginó el impacto que tendría ese día ni lo que vendría
posteriormente.
Cada día que vivimos debemos dedicarlo a nuestro
crecimiento espiritual. Debemos estar
listos para el día en que el Señor nos diga: es tiempo de que comiences a
trabajar para mí. Tal vez has atravesado
cantidad de situaciones incomprensibles.
La muerte de un hijo, padre o familiar.
Una enfermedad crónica. Problemas
económicos. Ahora es tiempo de que
utilices tu experiencia para ir y consolar a otros que se encuentren en
situaciones similares. Deja de pensar en
ti. Deja de ser la víctima. Realmente no somos dueños de nada sino que
estamos a cargo, por un tiempo, de aquello que el Señor nos da.
No deja de sorprenderme el hecho de que un día cualquiera
Pablo conoce a Timoteo y el impacto que tiene este acontecimiento hoy en nuestras
vidas a raíz de las cartas que le envió. ¿Cuántos días y años dejamos pasar sin prepararnos
y trabajar para el Señor? Si hoy, un día
cualquiera te quisiera utilizar el Señor para su obra, ¿estarías preparado? ¿Tendrías que decir que necesitas más tiempo? ¿Le dirías estoy ocupado, ahora no puedo? Es muy sencillo quedarnos con el trono de nuestra
vida. Esto no significa que sea la mejor
decisión. Te invito a que a partir de este
instante, busques prepararte para Dios y forjar un carácter conforme a su voluntad
para que hoy o mañana, puedas decir: Señor heme aquí, ¿qué quieres que haga?
Oración
Padre: hoy entiendo que cada día de vida que me das lo
debo utilizar para tu gloria y te pido perdón porque he desaprovechado una inmensa
cantidad de días. Te pido que pueda vivir
preparándome para servirte y estar en obediencia a tu palabra. Te lo pido en nombre de Jesús. Amén
No hay comentarios:
Publicar un comentario