Entonces el comandante llamó a dos de sus centuriones y les ordenó: alisten un destacamento de doscientos soldados de infantería, setenta de caballería y doscientos lanceros para que vayan a Cesarea esta noche a las nueve. Y preparen cabalgaduras para llevar a Pablo sano y salvo al gobernador Félix.
Dice la biblia (Isaías 40:31) que los que esperamos en Jehová, tendremos nuevas fuerzas, correremos y caminaremos y no nos cansaremos. El pasaje de hoy es el perfecto ejemplo de cómo las promesas de Dios son reales y traen sentido a nuestra vida. Piensa en esto: ¿no debería estar exhausto Pablo? Recuerda todo lo que ha atravesado. Su vida pendía de un hilo pues más de cuarenta hombres habían conspirado para matarlo y se había enterado de esto. Él pudo haber reclamado a Dios cuestionando lo que le estaba pasando. Él pudo haberse quejado. Él pudo haber pensado que no merecía estar en donde estaba. Pero en lugar de caer en toda esta maraña de pensamientos, decidió recordar las palabras de Isaías y recibir fuerzas del Señor para seguir adelante. Nosotros tenemos la opción de decidir constantemente entre una y otra. ¿Qué vas a hacer? Puedes quejarte y pensar que las cosas deberían ser distintas o acudir al Señor y pedir que renueve tus fuerzas.
Lo mejor de todo es que una vez que acudimos al Señor y renovamos nuestra energía para seguir caminando, Él se encarga de que todo se acomode. Si recuerdas la historia, más de 40 personas estaban en el complot contra Pablo. No eran soldados ni personas entrenadas. Suponiendo que lo fueran, veamos la respuesta del Señor para cuidar a su siervo. Mandó llamar doscientos soldados, setenta de caballería y doscientos lanceros. Esto suma 470 personas. Su único propósito sería cuidar a Pablo. Diez contra uno era la proporción que ahora Pablo tenía a su favor. ¡Ese es Dios! ¡Ese es el Señor! Y ¡Esas son sus respuestas! Nosotros hubiéramos pensado que al escuchar la noticia del complot, tendría más cuidado al llevar a Pablo. Tal vez utilizar más soldados para protección, pero honestamente, jamás se nos hubiera ocurrido que mandaría a 470 soldados. Asimismo, nunca se nos ocurre cómo el Señor se encargará de resolver nuestras situaciones. Limitamos sus posibles respuestas y no lo dejamos trabajar. Mientras tanto, Él quiere sorprendernos y demostrarnos su poder para que aprendamos a confiar en Él y a vivir para Él.
Recientemente un familiar estuvo por varios días e incluso semanas en terapia intensiva. Las probabilidades de supervivencia eran desalentadoras y los ánimos eran bajos. Lo único que podíamos hacer era orar. El Señor hizo el milagro. Mandó “470 soldados” para que pudiera sanar y salir adelante.
Hoy quiero que el Señor te vuelva a llenar de ánimo y de fuerzas para seguir adelante. Espero que puedas entender que Él le da sentido a tu vida y que solo en Él podrás sentirte pleno. Espero que hoy puedas guardar este pasaje en tu corazón y recordarlo cada vez que pienses que hay una “conspiración” en tu contra. Espero que hoy puedas entender que las promesas del Señor son reales.
Oración
Padre: vengo rendido ante Ti. Gracias por amarme así y hacer milagros en mi vida. Quiero pedirte perdón por quejarme de lo que me sucede sin entender que tienes un plan perfecto. Te pido que pueda vivir confiado en ti y con la esperanza de que mandarás a todo un ejército para protegerme y para permitir que tu voluntad sea la que reine. Gracias Señor. En el nombre de Cristo Jesús. Amén
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