Por lo tanto, ya que en
Jesús, el Hijo de Dios, tenemos un gran sumo sacerdote que ha atravesado los
cielos, aferrémonos a la fe que profesamos.
Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras
debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que
nosotros, aunque sin pecado. Así que
acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y
hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos.
Varias veces me han
dicho: “tú no entiendes lo que yo estoy
pasando”; “es muy fácil decirlo pero muy difícil hacerlo”. ¿Mi respuesta? ¡Tienen toda la razón! ¡Imagina que tuviera que atravesar por todo
para poder dar un consejo! Simplemente
imposible. Pero Dios, que es más sabio
que nosotros, conocía de antemano que nos encontraríamos con esta situación
cuando las pruebas llegaran. Por esta
razón, permitió que su Hijo fuera tentado en todos los aspectos que nosotros
somos tentados y fue hallado sin pecado.
¿Qué quiere decir esto? Que es
posible vivir sin pecado. La misma
biblia nos dice que las cadenas que nos ataban han sido cortadas. Ya no somos más esclavos del pecado y ahora
puedes decidir no regresar al mismo lugar.
No es fácil. Sin embargo, no
quiere decir que sea imposible. Tal vez
tengas dudas. Tal vez no entiendas bien
qué pasará si te entregas a Dios y haces lo que Él quiere en lugar de hacer lo
que tú quieres. Sin embargo, te puedo
asegurar, que al hacer la voluntad del Señor por encima de la tuya, traerá
mucha mayor bendición. ¿Cómo? No lo sé pues cada caso es distinto. Lo que sí sé y he vivido personalmente una y
otra vez es que las promesas de la biblia son reales. Entonces, ¿qué nos dice el pasaje de
hoy? Que aprendamos a acudir al socorro
de nuestro Dios. Él es nuestro sumo
sacerdote quien se compadece de lo que atravesamos y quiere mostrarnos un
camino perfecto. Acércate a Él. Como dice la biblia: confiadamente acude al
trono para recibir misericordia y hallar la gracia que te ayudará en cada
momento de dificultad. Tristemente
muchas personas hacen lo contrario.
Prefieren resolver las cosas por su cuenta. Confían más en ellos mismos que en
Jehová. Ponen su esperanza en lo que
ellos pueden hacer y manipular en lugar de dejar que el Señor se encargue. Repito, no es fácil, pero es lo que Dios
quiere que hagamos. Me imagino que
muchos de los israelitas dudaron del plan de Josué para tomar Jericó: dar
vueltas alrededor de la muralla y tocar cuernos para luego gritar. ¿Cuándo se ha caído alguna muralla con
trompetas y gritos? ¡Nunca! Sin embargo, ellos obedecieron y la ciudad
les fue entregada tal y como lo dijo Dios.
Entiendo que los
mandamientos de Dios son difíciles. Pero
debemos aceptar que son mejor camino para nuestra vida que nuestras propias
decisiones. También debemos entender
nuestra necesidad de acudir a Él en todo momento. Él no está ocupado ni le molesta que vengas
en oración para pedir auxilio. ¡Al
contrario! Su palabra nos dice que se
goza que acudamos a Él. Aprovechemos que
tenemos al Señor de nuestro lado, su gracia, su amor y su misericordia. Aferrémonos a Él y busquemos su reino en todo
momento sin importar las pruebas que atravesemos. Así, y solo así, podremos realmente crecer en
comunión con Él y decirnos siervos suyos.
Oración
Señor: toma mi
vida. No quiero restringirte más. Me entrego a Ti y quiero buscarte cada
mañana. No quiero hacer más mi voluntad
sino la tuya. No quiero dudar más de tus
planes ni de tus mandamientos. Entiendo que
son mejores que los míos y que el obedecerte trae bendición a mi vida. Gracias por tu trono de gracia al cual me
permites acudir en todo momento. Gracias
por la vida de Jesús y el gran ejemplo que dejó al vencer al pecado. Te pido que reines tú y no el pecado sobre
mí. En Cristo Jesús. Amén.
7 comentarios:
Amen así es
Amén
¡Amén!
Gracias por escribir.
Muy interesante la reflexión, con Base a la Palabra.
Bendiciones de lo Alto.
Gracias Ramon.
Bendiciones para ti también.
Hermoso mensaje
Amén. Dios te siga usando cada día
Publicar un comentario