No te
alejes de mí porque la angustia está cerca y no hay nadie que me ayude. Muchos toros me rodean, fuertes toros de
Basán me cercan. Contra mí abren sus
fauces leones que rugen y desgarran a su presa.
En los
versículos anteriores, Cristo se describe como un gusano indefenso y ahora
describe a sus adversarios como toros fuertes y leones rugientes. ¿Sabes?
La biblia en ningún momento evita hablar de temas difíciles. En ningún momento esconde que tu vida será
difícil. ¡Al contrario! Una y otra vez nos repite los problemas que
vendrán a causa de nuestra decisión por el Señor aunque al mismo tiempo nos
revela la enorme bendición que será seguir sus pasos. De cierta manera, la biblia pareciera que se
contradice. Por un lado nos habla de
bendiciones mientras que al mismo tiempo nos dice cuántas pruebas
atravesaremos. Si quieres acercarte al
Señor porque quieres que tu vida sea una sin problemas, estás en el lugar
equivocado. Si quieres acercarte a
Cristo para que haga unos milagros y luego sigas con tu vida como si nada,
estás en el lugar equivocado. La palabra
de Dios es sumamente clara: Jehová quiere tener comunión contigo. No es un dios alejado que no le interesa tu
vida. El ha mandado a su Unigénito para
que puedas reconciliarte con él. El ya
preparó todo para que tu puedas regresar a casa y dejes de andar perdido. Mientras algunas personas prefieren no
predicar versículos como este y tratar de enfocarse en que todo va a estar
bien, a mi me encanta descubrir lo real y cruda que es la palabra del
Señor. Escúchalo bien: tu vida va a ser
difícil. Vas a atravesar problemas. Van a haber momentos en los que te des cuenta
que eres como un gusano indefenso y tienes toros y leones queriendo
aplastarte. Esa es la realidad. No porque Dios es malo. Al contrario, porque dentro de su amor,
quiere que aprendamos a depender por completo de él. En el pasaje vemos a Cristo pidiendo al Padre
que no se aleje ni un segundo de él. Sabe
lo que viene. Ya ha visto la boca de
esos leones antes cuando predicaba en las sinagogas y buscaban engañarle o
traían testigos falsos para encontrarle culpable de lo que no cometió. Ya había experimentado a esos toros furiosos
que querían aplastarlo y arrollarlo. Sin
embargo, su oración y petición es simple: Padre, no te alejes de mí. Cuando estoy pasando por momentos difíciles,
siempre trato de orar de una manera similar.
Le digo: Padre, pase lo que pase, no permitas que me aparte de Ti. No permitas que las circunstancias me hagan
dudar de Ti o de tu palabra. Poco a poco
he aprendido del ejemplo de Cristo y trato de imitarlo dejando de pedir porque
las cosas se “resuelvan”. Poco a poco
aprendo y dejo de orar para que se “acaben” los problemas. Mi oración se ha ido transformando y
encontrando la voluntad del Padre para mi vida.
Hoy espero que puedas crecer espiritualmente y hacer lo mismo. Alinearte con Jehová. Entender lo pequeño que eres y lo grande que
es Dios.
Como escribí
al principio, la biblia no esconde que habrá situaciones difíciles pero tampoco
esconde los recursos para atravesarlos confiados. Nos dice que oremos sin cesar y clamemos al
Señor. Hazlo. Pide a Dios que no se aparte de Ti ni tú de
él. Dile a Dios cuánto miedo
tienes. Dile qué tan cansado estás. Dile cuánto necesitas de su paz. Dile qué tan triste y solo te sientes. Abre tu corazón y deja que él lo llene. Las pruebas van a seguir ahí. Sin embargo, esta vez las atravesarás diferente. Como un gusano que confía en el Todopoderoso.
Oración
Padre:
gracias. Vengo a tus pies pidiendo que
no te apartes de mi y no permitas que me aparte de ti. Perdóname por mis pecados y por darte la
espalda por tanto tiempo. Hoy quiero
venir a ti y pedirte que pueda tener comunión contigo. Te pido que pueda atravesar mis problemas
confiado en Ti y siguiendo tus pasos en todo momento. Lléname de tu paz. Lléname de tu consuelo. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén
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