Vistas de página en total

31 may 2016

Salmos 26:11-12 Yo, en cambio, llevo una vida intachable; líbrame y compadécete de mí. Tengo los pies en terreno firme y en la gran asamblea bendeciré al Señor.

Pareciera que David está siendo pretensioso al decir que su vida es intachable.  ¿Sabes?  Hay dos formas de entender este pasaje: la primera es viendo lo que vino después a David al tomar tan malas decisiones buscando satisfacer sus deseos por encima de la voluntad de Dios; y la segunda es entendiendo que tuvo momentos en su vida donde sus acciones eran realmente intachables.  Tristemente los creyentes pensamos que siempre vamos a pecar y por ello vemos palabras como las de David como vanagloriosas y desubicadas.  La realidad es que las cosas no deben ser así.  Dios es extremadamente claro en Romanos 6:17-18 donde nos dice que éramos esclavos del pecado pero ahora hemos sido liberados y traídos a ser siervos de justicia.  ¡Ya no tienes que seguir pecando!  ¡Ya no tienes que seguir igual!  Si lo sigues haciendo es porque no has adoptado el evangelio por completo en tu vida y piensas que debes seguir arrastrando ese lastre que tenías antes.  Ojo, no estoy diciendo que uno no vuelve a pecar.  Lo que estoy diciendo es que uno no debe pecar por las mismas cosas una y otra vez pensando que no hay solución.  Cualquiera que sea tu batalla hoy en día: depresión, adicción, ira, rencor, odio, soledad o alguna otra, debes entender que eso puede terminar inmediatamente.  No porque tú tienes las fuerzas para hacerlo.  No porque hay un método con diez pasos a seguir.  No.  Puedes dejar de pecar porque Cristo te ha librado del pecado y traído a la luz para que no sigas en esa esclavitud.  ¿Lo puedes entender?  Por esto me parecen increíbles las palabras de David.  Él estaba reconociendo que su vida intachable era por misericordia de Jehová y no porque sus actos en sí lograran cualquier tipo de redención.  ¿Cómo lo sé?  Simple.  Sus palabras son: llevo una vida intachable.  Inmediatamente después dice: líbrame y compadécete de mí.  No hace alusión a su buen comportamiento ni su carácter.  Al contrario, inmediatamente reconoce su necesidad de permanecer pegado a Jehová para poder mantenerse en esa actitud intachable.  ¿Quieres vivir una vida ejemplar?  ¿Quieres realmente dejar atrás todo eso que te está destruyendo?  Vive pegado a Jehová.  Deuteronomio 6 nos dice que escribamos en los dinteles de las puertas los mandamientos de Dios.  Josué capítulo 1 nos dice que meditemos en su palabra día y noche y hagamos como está escrito.  1Tesalonicenses 5 dice: orar sin cesar.  Si realmente quieres transformar tu vida no debes pensar que se hace con buenas intenciones.  Si quieres tener una vida como la de David y poder decir: mi vida es intachable, debes entender que la palabra de Dios nos muestra cómo llegar a ese punto.  No es a tu manera ni con tus planes sino como Jehová lo ha establecido.  Estudia su palabra.  Medita en ella constantemente.  Guárdala en tu mente y en tu corazón.  Ora constantemente.  Cambia tus acciones.

Oración

Padre: ya no quiero seguir igual.  Gracias por mostrarme que no debo seguir haciendo las cosas como antes.  Gracias por mostrarme que Tú me has liberado y puedo vivir de manera intachable.  Te pido que mi vida sea conforme a tu voluntad y no me aparte de Ti ni un instante para no caer en lo mismo.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén

No hay comentarios: