Vistas de página en total

23 abr 2019

Salmos 34:7 El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende.

Este versículo es increíble.  Debe llenar todo tu ser de paz.  De esperanza. De alivio.  De consuelo.  Todo.  Absolutamente todo lo que te suceda, sabes que Dios está protegiéndote.  ¡Impresionante!  Como humanos ponemos alarmas, pagamos seguridad, rejas, muros, alambres y todo tipo de cosas para proteger lo que consideramos valioso.  Sin embargo, la palabra de Dios nos enseña que Jehová mismo se encarga de cuidarnos.  ¡No necesitamos vivir preocupados!  ¡Podemos dejar atrás esa angustia!  Jesús nos enseñó que Salomón nunca pudo vestir mejor que las flores que Dios creó. También nos enseñó que los pájaros no hacen bodegas para guardar la comida.  Él se encarga de cuidar a los pájaros y vestir a las flores porque ama su creación. ¡A ti y a mí nos ama aún más!  Es muy importante complementar este versículo con la enseñanza de Jesús.  No quiero que pienses que nunca te pasará nada “malo”.  No quiero que pienses que nunca habrá enfermedad o carencias.  Esto no es lo que nos dice el pasaje.  Léelo nuevamente.  Dice que Dios está ahí.  Defendiéndote.  Defendiéndome.  No dice: llenándonos de riquezas y curando enfermedades.  Cuidándonos.  ¿De qué nos cuida?  Personalmente pienso que nos cuida tanto en lo espiritual como en lo carnal.  Nos cuida para que no nos alejemos de Él y nos cuida para que nuestros errores y rebeldías no tengan las consecuencias que se merecen. Personalmente puedo ver cuánto me ha cuidado.  Muchas decisiones malas que no tuvieron ni la mitad de la consecuencia que debieron haber tenido.  Dios estaba ahí cuidándome.  También pienso que nos cuida de aquellos que nos quieren hacer daño.
Hay varias historias de misioneros que cuentan haber sido protegidos por ángeles.  Una de ellas es de John G Paton.  Se encontraba en una isla con su esposa cuando los nativos intentaron atacarlos en su casa.  Lo único que pudieron hacer fue orar y confiar en Dios.  Milagrosamente esa noche no pasó nada.  Tiempo después, el jefe de la tribu recibió a Cristo en su corazón y le preguntó al misionero sobre aquellas personas que estaban cuidando su casa.  ¿Cuáles personas?  Respondió. La noche que intentamos atacarlos habían varias personas rodeando la casa.  No hubo otra explicación más que ángeles mandados por Dios para protegerlos.  
Estoy convencido que Dios nos cuida.  ¿Recuerdas los radios donde uno tenía que mover una perilla para encontrar la frecuencia correcta y poder escuchar la estación?  Pienso que así es nuestra relación con el Señor.  Para poder darnos cuenta de cuánto nos cuida debemos estar en perfecta sintonía con Él, pues de lo contrario, no podemos verlo o escucharlo mientras actúa en nuestras vidas.  Lee la biblia.  Medita en ella.  Cuestiónala. Estúdiala.  Practica sus principios por encima de tus deseos y date cuenta si traen bendición a tu vida.  Solamente así podrás estar en “sintonía perfecta” para darte cuenta de cuánto te ama y cuida Jehová.

Oración
Señor: ¡Gracias! Gracias por estar al pendiente de mí en todo momento.  Gracias por llevarte mis cargas y permitirme vivir confiado en que Tú estás siempre cerca y frenando ataques contra mí.  Perdona mis pecados y no permitas que me aparte de Ti.  En Cristo Jesús te lo pido.  Amén