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25 ene 2022

Salmos 40:1-3 Puse en el Señor toda mi esperanza; Él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor. Me sacó de la fosa de la muerte, del lodo y del pantano; puso mis pies sobre una roca y me plantó en terreno firme. Puso en mis labios un cántico nuevo, un himno de alabanza a nuestro Dios. Al ver esto, muchos tuvieron miedo y pusieron su confianza en el Señor.


Sin pensar si quiera que podemos comprender del todo las maneras en que Dios opera, con el pasaje de hoy nos damos cuenta de una forma que se repite constantemente.  Los pasos son los siguientes: 1. Ponemos toda nuestra esperanza en Él.  2.  Nos escucha.  3. Nos rescata.  4. Nos reestablece.  5.  Nos llena de esperanza. 6.  Nos utiliza como testimonio para que los demás crean y alaben Su nombre.  

¿Recuerdas el pasaje del buen samaritano?  ¿Aquel hombre que se detuvo para ayudar a una persona tirada en el camino, vestirla, llevarla a un hogar donde lo cuidaran y dieran nuevamente la oportunidad de empezar de nuevo?  ¡Es el mismo ejemplo de este pasaje!  Cada uno de los pasos se repite.  Lo interesante y emocionante para nosotros debe ser el énfasis en la primera parte que dice: puse toda mi esperanza en el Señor.  No podemos pensar que Dios va a actuar como en este Salmo si nosotros ponemos una parte de nuestra esperanza en Él y la otra en nuestra habilidad de resolver los problemas.  No podemos poner esperanza en nuestra cuenta de banco y en Dios.  No podemos poner esperanza en mantenernos positivos y en Dios.  Absolutamente toda tu esperanza debe estar puesta en Dios.  Ahora, como aclaración, esto no quiere decir que no debamos confiar en un doctor o especialistas en distintas áreas.  Alguna vez platiqué con alguien que no quería ir con un psicólogo o especialista porque Dios era todo lo que necesitaba.  A mi parecer esto es incorrecto.  Sin duda Dios nos llena y da la paz, alegría, gozo, perdón y todo aquello que necesitamos.  Sin embargo, esto no quiere decir que no haya otras personas que puedan guiarnos y ayudarnos a entender ciertas circunstancias.  

Lee nuevamente el pasaje con esta perspectiva y medita si realmente estas entregando el cien por ciento de tu esperanza.  

Sin importar lo que atravesemos, cada vez que ponemos toda nuestra esperanza en el Señor, Él se encargará de los siguientes pasos.  Si hoy estás intranquilo.  Si hoy estás pasando momentos difíciles.  Ora.  Toma un momento y pon tus inquietudes a los pies de Jehová.  Deja que Él escuche tu oración.  Deja que Él se encargue de mostrarte el camino a tomar.  Deja que El te rescate.  Deja que Él te de esperanza nuevamente.  Y, finalmente, utiliza esa experiencia para darle gloria y ser testimonio para los que necesitan luz en medio de tanta oscuridad.

 

Oración

Padre: Cuántas gracias te doy por tu amor y cuidado.  Hoy te entrego todas mis cargas e inquietudes.  Quiero vivir entregado a ti y sin restricción.  Rescátame Señor.  Limpiame y guíame por tus caminos.  Lléname de Ti y permite que mi vida sea luz para que los demás se acerquen a Ti.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén