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25 ene 2021

Salmos 37:9-11 Porque los impíos serán exterminados, pero los que esperan en el Señor heredarán la tierra. Dentro de poco los malvados dejarán de existir; por más que los busques no los encontrarás. Pero los desposeídos heredarán la tierra y disfrutarán de gran bienestar.

De las cosas más buscadas en este mundo son: fama, poder, dinero, amor y salud.  Irónicamente, muchos se enfocan tanto en una que pierden las demás.  Pareciera que son mutuamente excluyentes, es decir, que si tengo dinero es probable que no tenga salud o si tengo poder es probable que no tenga amor y así suc
esivamente.
  Sin embargo, esto pasa por un principio esencial: todo lo creó Dios con un propósito perfecto pero nosotros podemos tergiversarlo y convertirlo en algo que no solo nos aleja de Dios sino que trae maldición en lugar de bendición.  Por ejemplo: Dios en ningún momento nos enseña en la Biblia que el tener dinero es malo.  ¡Al contrario!  Abraham era muy rico y Job era, para estos tiempos multimillonario.  Daniel tenía prácticamente todo el poder del reino siendo el segundo al rey.  La fama de Pablo fue increíble y el amor que nos enseña Jesús es espectacular.  Cuando tomamos algo creado por Dios para su gloria y lo utilizamos para nuestra gloria o nuestra satisfacción, caemos en pecado.  Por dinero mucha gente hace cosas sumamente malas.  Por poder el mundo ha visto atrocidades, etcétera, etcétera.  Ahora, hay personas que ni siquiera se han dado cuenta de lo alejados que están de Dios al perseguir sus metas.  ¡Estos son los impíos!  ¡Estos son los malvados!  Realmente tú podrías ser uno de ellos de no ser por la misericordia de Dios que te permite abrir los ojos y tener comunión con Él.

Leo el pasaje de hoy y pienso en todas las veces que me gustaría que llegara la “justicia” y pusiera en su lugar a todos los que hacen algo mal.  Seguramente has tenido el mismo sentimiento.  Ya sea alguien que ni conocemos o muy cercano, el sentimiento es el mismo.  Algún día pagarán por lo que están haciendo.  Pienso.  Algún día dejarán de estar haciendo mal porque Dios los pondrá en su lugar.  También pienso.  Sin embargo, ¿en qué momento me dio Dios la autoridad para sentirme superior?  Si bien, el entender que todas nuestras acciones tienen una consecuencia y Dios se encargará de acomodar las cosas, pienso que Jesús nos dejó un ejemplo perfecto de lo que debemos tener en nuestro corazón: amor.  Este amor solamente puede llegar cuando reconocemos de dónde nos sacó Dios y de lo que evitó que nos pasara de no haber sido por su misericordia al permitirnos tener una comunión con Él.  Si no tenemos a Dios como Señor de nuestras vidas, realmente ¿cómo podemos esperar que la gente se porte “bien”?

Dios nos recuerda en pasajes como este que todo está bajo su control.  Sea como sea, parezca lo que parezca, Él se encargará de acomodar las cosas y traer justicia a cada uno de nosotros.  Al mismo tiempo, este pasaje debe hacernos sensibles a nuestra enorme bendición que es poder ser llamados hijos de Dios y vivir de manera virtuosa en lugar de viciosa.  Ten empatía la siguiente vez que te enojes y experimentes una injusticia.  Deja que Dios se encargue y tú ora por esa persona pues necesita mucho de nuestro Dios.

 

Oración

Padre: gracias por tus palabras, tu enseñanza y tu dirección.  Gracias porque puedo tener comunión contigo y me permites vivir diferente, con esperanza, con sentido y con gozo.  Te pido que pueda guardar este pasaje y enseñanza en mi corazón para dejar de sentirme superior a todos aquellos que hacen tanto mal y que simplemente lo hacen porque no te conocen y están cegados a la realidad.  Te pido que pueda ser luz entre tanta oscuridad.  Perdona mis pecados Padre.  En el nombre de Jesús.  Amén.

19 ene 2021

Salmos 37:7-8 Guarda silencio ante el Señor, y espera en Él con paciencia; no te irrites ante el éxito de otros, de los que maquinan planes malvados. Refrena tu enojo, abandona la ira; no te irrites pues esto conduce al mal.

Cuando leo pasajes como este, inmediatamente pienso en todos aquellos que dicen que la Biblia no sirve porque fue escrita hace mucho tiempo.  Estoy convencido que la gran mayoría de los que critican la Biblia, no han leído ni una tercera parte de ella y prácticamente todos los que la critican jamás la han estudiado.  ¿Por qué lo digo?  Muy simple.  Este pasaje nos abre los ojos al conocimiento tan profundo que Dios tiene de nosotros y del ser humano en general.  Sabe que hay envidias, corajes, enojos, ira, irritación, entre otros sentimientos dependiendo las circunstancias.  También sabe que tenemos dos formas de reaccionar: arreglando las cosas a nuestra manera o a la suya.  La primera opción, nos advierte que nuestro enojo, ira e irritación, nos llevarán a tomar malas decisiones, mientras que la segunda, nos llevará a crecer espiritualmente, tener paz, gozo y consuelo.  Ahora, hay un punto sumamente importante que aclarar.  Aunque la segunda opción es obvio que nos conviene más y es la mejor decisión, la primera siempre resulta más “natural” e incluso, se siente “bien” cuando la tomamos.  No así con la segunda opción.  Piénsalo.  ¿Qué es más fácil, guardar silencio cuando nos hacen enojar o dejar que nuestra ira se desborde por nuestra boca o cuerpo en general?  Obviamente las consecuencias son diferentes y es justamente lo que Dios nos está advirtiendo en estos versículos.  Entonces, si entendemos la dificultad de tomar la decisión correcta, entendemos también la necesidad de orar y prepararnos antes de que suceda un evento que nos haga perder el control.  Antes de que te encuentres en una situación donde tu irritación tome el control de tus decisiones, piensa en qué medidas puedes tomar para poder calmarte, guardar silencio y esperar con paciencia a que Dios acomode las cosas.  Un ejemplo puede ser salirte por un momento de donde sea que te encuentres.  Otro ejemplo podría ser simplemente pedir que la conversación continúe después.  También puedes orar en ese instante y pedir porque Dios te llene de paz y control de tu cuerpo.

Lo importante es entender que nuestro cuerpo nos hace reaccionar mal de una manera natural.  Las buenas decisiones y el crecimiento espiritual llegan cuando actuamos en contra de nuestro cuerpo y nuestros deseos.  Seguir a Dios no es tener el ánimo o la emoción de seguirlo sino un compromiso de hacer su voluntad por encima de la tuya.  ¡La recompensa al hacer esto es la bendición que recibes!

 

Oración

Padre: Ayúdame.  Entiendo que tu camino es mejor que el mío pero necesito dominar mi cuerpo.  Guíame para tomar mejores decisiones y no dejar que mi enojo, irritación o ira me lleven al mal como lo explica tu palabra.  Te pido que tu Espíritu que vive en mí me hable constantemente y pueda escucharlo cuando esté en situaciones complicadas.  Te pido perdones mis pecados y me guíes siempre.  En el nombre de Jesús.  Amén 

4 ene 2021

Salmos 37:5 Encomienda a Jehová tu camino, y confía en Él; y Él hará.

Justamente el día de hoy me cuestionaba sobre cómo actuar ante una circunstancia en particular.  En mi cabeza pensaba: conozco mucho sobre la Biblia.  He ayudado a mucha gente en cómo tomar decisiones basadas en la palabra de Dios, pero por alguna razón, no puedo entender lo que tengo que hacer.  Tal vez la situación al ser tan personal me nublaba el entendimiento y la perspectiva.  Es probable.  Mientras escuchaba una predicación y oraba a Dios para que me diera entendimiento, mi respuesta llegó: enfócate en servirme y confía en mí.  ¡Wow!  Mi cabeza daba vueltas sobre qué hacer mientras que Dios, en su misericordia, fue bueno y contestó mis oraciones de una manera simple y brillante.

No sé que estás atravesando el día de hoy.  Tal vez tuviste un excelente día o uno de los peores de tu vida.  Lo que sé, y estoy seguro, es que vendrá un día que te encuentres sin saber qué hacer, sin saber qué decisión tomar, sin saber qué actitud y reacción tener.  Esto lo escribo para que, cuando estés en ese momento (tal vez ahora mismo), tomes un momento a solas, humilles tu corazón y le pidas a Dios por su sabiduría, su dirección, su paz y su amor para entender el camino que debes seguir.

Ahora lee el versículo nuevamente.

¿Te hace sentido?  ¿Cambió tu entendimiento?  

No hay que dejar que las circunstancias nos hagan olvidar lo más simple y precioso que existe al tener comunión con Dios: siempre podemos acudir a Él, confiar en Él y estar seguros que Él se encargará (de hecho ya lo tiene resuelto en su tiempo), de que todo se acomode de la mejor manera.  No hay nada más increíble que el poder confiar en un Dios todopoderoso que sabe tu nombre y está disponible en todo momento para que vayas a Él.  Ahora, las respuestas no siempre llegan de manera inmediata.  No porque Dios no quiera.  No.  Pienso (porque no puedo comprender del todo a Dios), que a veces Él permite que pase el tiempo sin respuestas para que podamos madurar, crecer más espiritualmente y poder ver las circunstancias y la vida en general, alineadas con su visión en lugar de la nuestra.  Pienso que permite que avancen los días porque es probable que no estemos listos para la respuesta.  A veces necesitamos más humildad.  A veces necesitamos desprendernos de algo o alguien.  A veces necesitamos querernos más.  Tal vez con esos días que pasan podemos entender lo que realmente significa perdonar y así entendemos la razón de lo que está pasando.  Sea como sea, el versículo de hoy nos da la certeza que, sin importar absolutamente nada de lo que estemos atravesando, nosotros podemos confiar en Él y dejar que resuelva todo.  Pero, lo más importante de todo es entender que primero, debemos encomendar nuestras decisiones, deseos y vida entera a Él.  Sin esto, no podemos pasar al área de confianza, gozo y respuestas.

 

Oración

Padre: toma mi vida.  Hoy te agradezco que me muestras tu camino y le das sentido a mi incertidumbre.  Hoy entiendo que mi mirada debe estar siempre en servirte, obedecerte y seguirte para que así, sin importar lo que venga, siempre podré confiar en Ti y estar tranquilo sabiendo que Tú estás al pendiente y tienes ya la mejor solución.  ¡Gracias!  En el nombre de Jesús.  Amén.