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17 nov 2020

Salmos 37:1-2 No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. Porque como hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán.

Me da mucha tristeza la hipocresía que existe en la comunidad cristiana.  No lo digo juzgando sino con preocupación.  Las iglesias se convirtieron en un lugar de personas “perfectas” que invitan a los “imperfectos” para poder convertirse en “perfectos”.  Entonces, cuando suceden eventos como los que se describen en este pasaje, los “perfectos” se hacen pasar por aquellos que jamás sienten envidias, celos o corajes mientras que la realidad es que en su corazón están todos esos sentimientos.

Lee nuevamente los dos versículos.  Está hablando de lo que surge en nuestro corazón cuando vemos injusticias o cuando hay personas que les va bien aunque lo hagan haciendo cosas malas.  En Latinoamérica es común encontrar políticos corruptos.  ¿Cuántas veces no has tenido coraje o envidia porque pueden disfrutar de tantas cosas mientras que sus actos son malos?  Yo, muchas.  Pero no me da pena aceptarlo.  ¡Al contrario!  Me da gusto leer pasajes como éste donde me recuerden que soy un ser humano con sentimientos que debo aprender a controlar entregándoselos a Dios y no negando lo que realmente siento.  La realidad es que Dios te conoce perfectamente y por eso te dice: no te impacientes ni tengas envidia.  ¡Es normal tener esos sentimientos!  Lo que no es normal es querer aparentar que nunca te enojas, que nunca sientes envidia o que nunca pierdes el control.  Eso, no está bien.  Si te han enseñado que así debes comportarte, hoy te digo que la Biblia no enseña este principio.  ¡Al contrario!  Constantemente nos habla de cómo nuestros sentimientos surgen y de la importancia de canalizarlos al Señor, pero siempre reconociendo que existen y nunca pensando que, como somos hijos de Dios, ya nunca nos “portamos mal”.

Hoy debes entender que hay gente que es tramposa, mentirosa, ventajosa, corrupta y, en general: mala.  Ese estatus no va a impedir que tengan éxito en sus acciones.  Pueden tener carreras profesionales exitosas.  Pueden tener una familia exitosa.  Pueden tener éxito en cualquier ámbito que puedas pensar.  ¡Eso lo decide Dios!  No debemos pensar que la justicia se aplica conforme a nuestra razón.  Se aplica conforme a la voluntad de Dios.  En su tiempo.  A su manera.  Por eso, al final nos asegura lo que sucede con todos aquellos que hacen lo malo: como la hierba son cortados y se secan.  No te sientas mal de ver a alguien que avanza más que tú haciendo trampas.  No te desesperes porque parece que hacer las cosas bien resultan peor que hacerlas mal.  Ten paciencia.  Ten fe.  En el momento preciso, cuando Dios lo haya dispuesto, todo se termina acomodando.

 

Oración

Señor: Gracias.  En Ti confío y no en lo que yo veo o pienso.  Dame paz y paciencia para que no olvide que Tú estás al control y que servirte y obedecerte siempre serán las mejores decisiones.  Gracias por darle sentido a mi corazón y mis deseos y entendimiento a lo que sucede a mi alrededor.  Gracias en el nombre de Jesús.  Amén.

2 nov 2020

Salmos 36:10 Extiende tu misericordia a los que te conocen y tu justicia a los rectos de corazón.

Cuando traen a la mujer ante Jesús y la acusan de ser adúltera, la respuesta de Jesús es que, aquél que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.  Poco a poco se fueron retirando todos los que la acusaban y los que estaban de espectadores hasta que quedaron Jesús y ella solos.  ¿Quién no necesita misericordia?

Aunque no estoy de acuerdo con las personas que piensan que el Dios del antiguo testamento es más bélico que el del nuevo testamento, definitivamente hay mucho énfasis en las consecuencias al desobedecer los mandamientos de Dios.  Ahora estoy leyendo Deuteronomio y la cantidad de instrucciones que les da Dios para entrar a la tierra prometida son increíbles.  Verdaderamente te hacen entender el por qué existían, y existen, los fariseos y religiosos.  Las consecuencias de cometer alguna falta podían terminar en la persona siendo lapidada.  Sin embargo, en lugar de espantarme y pensar que son dioses diferentes divididos o incongruentes, entiendo muy bien que Dios nos expresa claramente la gravedad de nuestro pecado.  Es evidente la falta de tolerancia de Dios hacia el pecado.  No hay margen de error.  Cometías una falta “grave” y, básicamente el pueblo tenía todo el derecho de matarte.  La biblia dice que todo esto era: para apartar el mal de ti.  Por esto, cuando Jesús les dice: el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra, se vuelve revolucionario.

Lee el versículo nuevamente.

¡Extiende tu misericordia!  Esta es la conexión que la gente no quiere ver en Dios.  Ya sea en el antiguo o nuevo testamento, Dios es siempre constante en nuestra necesidad de recibir su misericordia.  Si bien, una vez que recibimos a Cristo somos hechos hijos de Dios, no debemos olvidar nuestra necesidad de recibir misericordia constantemente.  Piénsalo.  ¿Cuántas veces pecas al día?  Utiliza el parámetro que nos dejó Jesús.  Personalmente muchas.  Quiero pensar que cada vez menos pero sigo cayendo en errores.  Lo malo es que nos acostumbramos a sentirnos redimidos y olvidamos que, de no ser por esa gracia que es extendida a nosotros, simplemente no mereceríamos tener comunión con Dios.

Ahora que la política está tomando un tono tan divisivo, es muy importante recordar este principio: necesitamos que Dios extienda su misericordia y justicia pues no somos dignos de Él.  No critiques ni juzgues sino ama así como te ama y perdona el Señor.  Esa misericordia que recibes, compártela con aquellos que tampoco la merecen.

 

Oración:

Padre: ayúdame a amar como tú me amas y a extender tu misericordia al igual que la extiendes a mí.  Perdona mis pecados y no permitas que mi orgullo se interponga en mi relación contigo.  Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.