Vistas de página en total

20 dic 2022

Salmos 42:11 ¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!


No tengo que pensar mucho para poder enumerar las cosas por las que me puedo inquietar o angustiar.  Falta de salud.  Carencia económica.  Una guerra.  La pérdida de un ser querido.  Tristeza.  Depresión.  Y así, muchas otras.  Me imagino que tu lista puede ser similar a la mía y ojalá sea más corta.  La realidad es que hay muchas cosas por las que podemos angustiarnos.  ¡Es algo natural angustiarnos!  ¡Es natural inquietarnos!  Ninguno de nosotros “escoge” el tener estos sentimientos.  Lo que sí podemos escoger es controlarlos o no.  Dios nos creó de manera perfecta.  Nuestro cerebro lo hizo con dos hemisferios: uno controla lo racional y el otro lo emocional.  Uno actúa de manera inmediata mientras que el otro nos hace pensar y después decidir.  Aunque hay personas que tienen desarrollado un lado más que el otro, al final, el angustiarse o inquietarse llega de igual forma sin importar cuál sea.  Entonces, cuando leo por qué voy a inquietarme o angustiarme, la verdad es que por muchas cosas.  No puedo sentirme mal de que así sea.  Dios me hizo así.  Lo que tengo que aprender de este versículo no es a dejar de inquietarme o angustiarme sino a entregar a Dios mis angustias e inquietudes.  Piensa en esto: tarde o temprano vamos a pasar por muchas pruebas que forzosamente nos harán angustiarnos e inquietarnos.  No hay forma de escapar el perder a un ser querido.  Tampoco podemos evitar atravesar enfermedades ya sean personales o de nuestros familiares que nos hagan sentir tristes y acabados.  Entonces tenemos que meditar cada vez que las circunstancias sean adversas.  ¿Es Dios un egocéntrico y maniático que le gusta vernos sufrir?  ¿Está Dios distante de su creación?  ¿Qué nos dice la Biblia de Él?  ¡Este es un verdadero parteaguas en tu crecimiento espiritual y relación con Dios!  Este punto es cuando puedes pasar de una persona que dice creer en Dios versus una persona que confía en Dios.  ¿Puedes ver la diferencia?  La biblia nos dice que los demonios creen en Dios y tiemblan.  ¿Qué nos puede separar entonces de ellos?  El creer, confiar y obedecer.  Piensa bien en todo esto.  ¿En dónde estás?  ¿Te has quedado en el límite de los que creen o has dado el paso de fe para convertirte en hijo de Dios confiando y obedeciéndole?

 

Oración

Señor:  sin duda hay muchas cosas que me angustian e inquietan.  Hoy quiero traerlas a tus pies y pedirte que Tú seas quien se encargue de todo lo que me quita la paz y me aparta de Ti.  Tú eres mi Dios, mi Señor y mi Salvador.  En Ti confío y en Ti tengo dirección y paz.  Te pido guíes todos mis pasos y tu amor abunde en mi vida para no desviarme de tu camino.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén.

28 nov 2022

Salmos 42:8-9 Esta es la oración al Dios de mi vida: que de día el Señor mande su amor y de noche su canto me acompañe. Y le digo a Dios, a mi Roca: ¿por qué me has olvidado? ¿Por qué debo andar de luto y oprimido por el enemigo?

El dolor y el sufrimiento son de los mejores forjadores de la fe.  Por alguna razón, somos mucho más sensibles cuando estamos vulnerables versus cuando todo está bien.  No quiero decir que no podamos aprender cuando hay salud o abundancia.  Lo que quiero decir es que el sufrimiento o el dolor nos doblan las rodillas inmediatamente.  Por ejemplo, hoy en la madrugada me desperté con un dolor en el abdomen como si me hubieran dado un golpe.  Me paré y no entendí lo que pasaba.  Pensé en lo que había comido y hace cuánto tiempo y no me hacía sentido.  Después de aproximadamente una hora, el dolor se quitó por completo.  Ahora, mientras pasaba esa hora, estuve orando y pidiendo a Dios por mi salud.  Pensé que era necesario poner mis prioridades en orden.  Incluso, parte por la que estoy escribiendo hoy es por eso.  El salmo 42 pareciera que todo el tiempo habla de tristeza o desesperación seguida de fortaleza en la fe y alegría.  En los versículos de hoy vemos una necesidad de Dios tanto de día como de noche, así como una plegaria cuestionando Su presencia.

No hay un tiempo definido para que las cosas mejoren.  A veces el “dolor” será de una hora mientras que en otras ocasiones, tal vez pasarán años.  Lo que me parece interesante es la intención de este pasaje.  De día y de noche busca a Dios.  Lee la biblia para pasar tiempo con Él y poder tener muy presente su amor y cuidado.  De noche, recuerda que nunca te desampara.

No hay que caer en desesperación.  Los días pueden pasar y pasar pero eso no quiere decir que Dios nos ha desamparado.  Las circunstancias pueden ser injustas, pero no significa que Dios no hará justicia.  En lo personal, entiendo que pueden haber épocas largas donde las cosas no sean como a mí me gustaría y eso no quiere decir que Dios no me ame.  De hecho, cada vez que atravieso algo difícil, siempre trato de preguntarme qué me quiere enseñar Dios.  ¿Qué quiere cambiar de mí?  ¿Qué ve Él que no veo yo?

Para terminar, la esperanza no viene de pensar que las cosas malas pasarán pronto sino de entender que podemos entregarle nuestras cargas a Dios y tomar la suya que es ligera.  La esperanza nos llena de gozo al entender que nuestro Señor nos ama y jamás abandona.  El problema no es Dios sino nosotros.  Nosotros somos los que olvidamos sus promesas, le damos la espalda y olvidamos pasar tiempo con Él.

 

Oración

Padre: Gracias por nunca abandonarme.  Gracias por recordarme tu amor y te pido que lleves mis cargas que no me dejan seguir adelante.  Perdona mis pecados.  Ilumina mis pasos y te pido que tu paz y tu amor abunden en mi vida.  En Cristo Jesús.  Amén 

27 oct 2022

Salmos 42:4-5. Recuerdo esto y me deshago en llanto: yo solía ir con la multitud, y la conducía a la casa de Dios. Entre voces de alegría y acciones de gracias hacíamos gran celebración. ¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!

En 2 Corintios capítulo 1, leemos que Dios nos da consuelo en todas las tribulaciones para que después vayamos y consolemos a los que se encuentran en tribulaciones.  Una vez que comienzas a servir a Dios y obedeces sus mandamientos, empiezas a “almacenar” recuerdos y experiencias de cómo el Señor hizo milagros, abrió puertas, cerró peligros e iluminó oscuridades entre muchas otras cosas.  ¿De qué sirve todo esto?  Para que lo recordemos cuando nos encontremos nuevamente en circunstancias adversas.  El salmista está recordando un momento bello en medio de incertidumbre.  Está recordando algo que le trae gozo mientras su corazón está triste.  ¿Qué recuerda?  Medita bien en esta pregunta.  No hace memoria sobre un momento en que tenía más dinero o poder sino el momento en el que servía a Dios compartiendo de su palabra y celebrando en acciones de gracias cada momento.  Después de recordar estos tiempos de felicidad, recobra esperanza y retoma la dirección confirmando que no tiene que angustiarse ni inquietarse pues en Dios puede poner su esperanza y alabarlo pues es su Salvador.  ¡Increíble!  Has una pausa.  Piensa en algún momento que te hayas sentido acabado.  Recuerda alguna circunstancia que haya destruido tu esperanza, fe y dirección.  ¿Qué fue lo que hiciste?  ¿Cómo reaccionaste?  Si tomaste malas decisiones, no te preocupes.  Pide perdón y aprende del pasaje de hoy para no cometer los mismos errores.  Lo importante es entender que no podemos crecer espiritualmente si no estamos buscando obedecer a Dios cuando las cosas están “bien”.  Si estás esperando a que llegue algo malo para “realmente acercarte” a Dios, cuando llegue el momento no sabrás que hacer y tomarás decisiones malas.  La esperanza del salmista llega al recordar lo que Dios ya ha hecho en su vida.  La fortaleza y gozo en su fe llegan al entender que no debe dejar que las circunstancias dirijan sus decisiones y estado de ánimo sino en la confianza que Dios es Rey y Señor.  ¿Cómo puedes acercarte más a Dios el día de hoy?  No dejes que pase más tiempo.  Estés bien o mal, no debe cambiar tu deseo por permanecer cerca de Dios.

 

Oración

Padre: gracias por tu palabra que es grande y maravillosa.  Gracias por darme fe, esperanza, consuelo y dirección.  Mi Dios, quiero servirte, quiero obedecerte y quiero que mi vida te alabe.  Guíame para que cada día pueda lograrlo.  En Cristo Jesús.  Amén.

19 oct 2022

Salmos 42:3 Fueron mis lágrimas mi pan de día y noche, mientras me dicen todos los días ¿dónde está tu Dios?

 

Algo que he notado es que, como sociedad y, probablemente tengo que agregar el adjetivo pecadora, nos gusta juntarnos con aquellos que cometen los mismos pecados que nosotros.  De cierta manera nos hace pensar que estamos “bien”.  Esto no solo aplica a los pecados sino también a pasatiempos o gustos.  Si te gusta correr, es muy probable que tengas amigos que corren.  Entonces, si eres una persona que piensa que está bien engañar a tu pareja, tienes dos opciones: o lo escondes o te juntas con otras personas que piensan que puedes justificar tu decisión.  Todo esto lo escribo porque cuando decidimos obedecer a Dios por encima de nuestra voluntad, forzosamente tenemos que desprendernos de vicios, actitudes, pensamientos y, tristemente, de personas.  Ahora, una vez que comenzamos a hacer estos cambios y los demás lo notan, inmediatamente están esperando el momento, conscientes o no, de que nos caigamos y nos puedan señalar para decir: ya ves, todos somos iguales.  Piénsalo.  ¿Lo puedes ver y entender?  El ser diferente y, en especial, buscar agradar a Dios hace que las personas reaccionen para mal porque les estás mostrando que sí es posible vivir diferente.

Lee el pasaje nuevamente.

Habrá muchas ocasiones en donde las cosas no estén bien en tu vida.  ¡Muchas!  Cada una de ellas te puede hacer crecer espiritualmente y como persona mientras que al mismo tiempo te pueden aplastar.  La biblia nos enseña que habrá personas listas para señalarnos, juzgarnos y cuestionarnos.  Peor aún, cuestionarán al Dios que seguimos y alabamos.  No te distraigas.  No te desanimes.  Todo tiene ciclos.  Todo va y viene mientras que Dios se mantiene firme y sin fluctuar.  Nosotros vamos a fluctuar.  Nuestra fe va a fluctuar.  Sin embargo, Dios sigue siendo el mismo.  Poderoso.  Todopoderoso.

El sufrimiento siempre existirá.  Cristo no vino a suprimirlo.  Vino a mostrarnos que Él puede llenarnos de amor, paz y gozo en medio de ese sufrimiento.  Los que no conocen a Dios piensan que esto es una locura y sin sentido por lo que buscarán cuestionar lo que hacemos y a nuestro Dios en cada oportunidad que surja.  ¡Ánimo!  Dios ya venció al mundo…

 

Oración

Padre: gracias por tu palabra, por tu amor y tu misericordia.  Gracias por permitirme tener comunión contigo.  Te entrego todo lo que me está aplastando y te pido que pueda mantenerme siempre con testimonio agradable a ti sin importar lo que las personas digan o juzguen.  Guíame siempre en tu camino.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén.

27 sept 2022

Salmos 42:1-2 Cual ciervo jadeante en busca de agua, así te busca, oh Dios, todo mi ser. Tengo sed de Dios, del Dios de la vida. ¿Cuándo podré presentarme ante Dios?


Justamente acabo de leerle a mis hijos el Salmo 23 (en versión de niños) donde David expresa claramente su confianza en el Señor y habla de cómo Dios nos lleva a pastos verdes y ríos donde podemos tomar agua.  En el Salmo de hoy, vemos una imagen de alguien desesperado y sin fuerzas.  Jadeante. 

Todos los días tenemos diferentes batallas.  Todos los días tenemos que tomar decisiones sobre cómo enfrentar cada disyuntiva que se nos presenta.  Conforme vamos tomando esas decisiones, Dios va trabajando en nuestra madurez espiritual y de aquí el punto que compartí sobre el Salmo 23 y el Salmo de hoy.  El primero nos recuerda que Dios nos guía por pastos verdes y agua abundante mientras el segundo nos presenta una imagen de sed y cansancio.  ¿Podemos sentirnos mal como seguidores de Cristo?  ¡Por supuesto!  ¿Podemos estar sedientos y abatidos?  ¡Claro!  La diferencia con cualquier otra persona que no tiene a Dios en sus vidas es que nosotros podemos acudir a la fuente de agua viva.  ¡Nosotros podemos ir con Dios y vivir confiados que siempre nos guiará por el camino correcto!  Sin importar que sean valles de muerte, Dios nos protege y muestra la luz necesaria para llegar al destino.  Lo importante es reaccionar de manera correcta.  ¿Tienes sed?  Acude a Dios.  ¿Estás cansado?  Entrega tu carga y toma la de Él que es ligera.  ¿Te sientes confundido?  Deja que Dios se encargue de mostrarte sus planes en su tiempo y a su manera.  Si no tomamos estas decisiones y, por el contrario, decidimos hacer nuestra voluntad y dejar que nuestros impulsos y emociones gobiernen, lo más probable es que vivamos en un estado de sed constante e insaciable.  El cuerpo, nuestro yo carnal, nunca terminan de estar satisfechos.  La satisfacción plena solamente llega en lo espiritual que es eterno.

¿Cómo estás tomando decisiones?  ¿Cómo estás buscando satisfacer tu sed; retomar fuerzas; tener sentido y dirección en tu vida?

Recuerda, es normal tener estos momentos duros y complicados.  Lo más importante es que tomes las decisiones correctas y busques, como dice el Salmo, presentarte lo antes posible ante Dios y dejar que Él guíe tu camino.

 

Oración

Señor: estoy sediento, cansado, abrumado y quiero tomar decisiones que estén en línea con tu voluntad.  Toma mis cargas.  Lléname de tu paz.  Que tu amor se derrame en mi ser y pueda levantarme gozoso porque en Ti confío.  Gracias por permitirme tener comunión contigo.  Gracias por estar al pendiente de mí y porque soy especial para Ti.  Te pido que mi vida sea siempre para darte gloria y alabarte.  En Cristo Jesús.  Amén 

22 ago 2022

Salmos 41:13 Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, por los siglos de los siglos. Amén y Amén.


 

Sin duda, leer la biblia y aprender sobre ella no deja de sorprenderme.  Me gusta mucho escuchar predicaciones de John McArthur las cuales son como clases de universidad pues no deja ni una sola palabra a la imaginación y explica el porqué de cada una.  También las predicaciones que buscan la parte más práctica de la vida me gustan como el pastor Rick Warren que escribió Vida con Propósito.  Cada uno ayuda a entender la grandiosidad de Dios. Cada uno tiene enfoques diferentes que nos ayudan de manera única.  Lo que los dos tienen en común es que el enfoque no está en nosotros sino en Dios.  La cultura fuera de Dios nos promueve el estar bien, el no sufrir, el placer, el buscar en tu interior o exterior la paz que anhelas, entre otras cosas.  En otras palabras, todo se mueve alrededor de ti.  Cuando venimos a la palabra de Dios, leemos que Dios nos ama tanto que envía a su Unigénito a morir por nosotros.  Esto nos podría hacer pensar que los importantes somos nosotros.  Que la biblia quiere hablarnos sobre cómo Dios quiere bendecirnos o hacer milagros en nuestras vidas.  Así pensaba por mucho tiempo hasta que me di cuenta de que esto es querer alinear la cultura del mundo a la cultura de Dios.  Al final, todo gira alrededor de mí, pero como pretexto ahora tengo a Dios dándome todo.  Esto es incorrecto.  Lo correcto es que todo gira alrededor de Él y nadie o nada más que Él.  ¡Claro que Dios nos ama y quiere llenarnos de bendiciones! ¡Claro que quiere que tengamos comunión con Él y ser nuestro Rey y Salvador!  Pero piensa por un momento en esto: Cristo vino al mundo, hizo milagros para demostrar que es Dios y en cada ocasión giraba la atención al Padre.  Dios nos rescata, nos da esperanza, nos da sentido, paz y amor entre muchas otras cosas.  ¿Para qué?  ¿Para que estemos bien o para que podamos alabarle?  Yo pienso que es para alabarle.  Por eso David termina su salmo diciendo: bendito sea el Señor, Dios de Israel, por los siglos de los siglos.  Ya expuso sus sentimientos.  Ya expuso sus frustraciones.  Ahora expresa un reconocimiento de quién es quién.  De cierta manera está diciendo: gracias Dios por escucharme y darme esperanza pero que la gloria siempre sea para ti.  ¡Bendito seas!  Que nunca se me olvide que Tú eres el actor principal y no yo.  Medita en esto por un momento.  Repite estas palabras: Bendito sea el Señor por los siglos de los siglos.  ¡Dios primero y Dios siempre!  Dios y no tú.  Dios y no yo.  A Él sea la gloria.  A Él sea todo nuestro esfuerzo.  A Él sea toda nuestra vida.

 

Oración

Señor: gracias por abrir mi entendimiento y mostrarme que mi vida debe ser para alabarte.  Gracias porque mientras yo busco servirte y alabarte tú te encargas de que no me falte nada y me llenas de bendiciones.  Gracias en el nombre de Jesús.  Amén.

1 ago 2022

Salmos 41:10-12 Pero tú Señor, compadécete de mí; haz que vuelva a levantarme para darles su merecido. En esto sabré que te he agradado: en que mi enemigo no triunfe sobre mí. Por mi integridad habrás de sostenerme, y en tu presencia me mantendré para siempre.



Me da mucha tristeza cuánta gente es confundida con predicaciones e ideas sobre Dios y la biblia que no están bien sustentadas.  Predicaciones que hacen creer que todo estará bien, que siempre habrá más, que los sufrimientos cesarán y, que aquellos que hacen el mal, inmediatamente tienen su castigo.  ¡Mentira!  En esta vida la biblia es muy clara cuando nos dice que tendremos aflicción.  Nos dice que baste a cada día su propio mal.  Nos dice que todos aquellos que seguimos a Jesús seremos señalados, perseguidos y puestos en diferentes pruebas.  ¿Por qué y para qué enfocarnos en promesas sin sentido?  Todo esto lo digo por el pasaje de hoy.  Vuelve a leerlo con calma.  David expone sus sentimientos y deseos pidiendo a Dios que lo ayudara y que sus enemigos no triunfaran.  ¿Esto quiere decir que Dios puede hacer que mis enemigos no triunfen sobre mí?  Sí y no.  Sí lo puede hacer más no necesariamente lo va a hacer.  Muchos de nosotros viviremos sin ver la justicia de Dios.  Muchos morirán viendo a aquellos que les hicieron daño (enemigos) con una vida que pareciera muy buena y ventajosa.  ¿Cómo es posible?  ¿Por qué Dios permite esto?  Me encantaría tener una respuesta satisfactoria, pero lo único que puedo decirte es que Dios es perfecto y sabe más que tú o yo para la decisión de sus planes.  Habrá ocasiones en que veamos una consecuencia a los que hacen el mal y habrá otras en las que no.  La justicia no llega cuando nosotros pensamos o queremos.  La justicia llega cuando Dios lo decide.  Ahora, el hecho de que no la veamos no quiere decir que no exista o que no llegue.  Basta leer el apocalipsis para darnos cuenta de que absolutamente nadie se escapará de la ira de Dios.  ¡La gente le va a gritar a las montañas que caigan sobre ellos para esconderlos de la ira de Dios!

Las promesas de Dios que no debemos olvidar son: su amor incondicional, los frutos de su Espíritu que mora en nosotros, la paz que abunda sin importar las circunstancias, el fundamento y dirección que da a nuestra vida, entre muchas otras.  ¡Esto es lo que debemos estar pidiendo constantemente!  Claro que duele cuando nos lastiman.  Claro que no es agradable sufrir y ver que aquellos que nos hicieron daño vivan como si no ha pasado nada, sin embargo, debemos vivir confiados en que, ya sea que lo veamos o no, Dios siempre se encargará de hacer lo correcto y traer justicia perfecta.

 

Oración 

Señor: perdóname.  He estado buscando venganza cuando lo que necesito es pedir porque tu amor y perdón llenen mi corazón.  Ahora entiendo que Tú tienes el control y Tú estableces la justicia en tus tiempos.  Perdona mis pecados y no permitas que me aparte de ti o me confunda por las circunstancias que atraviese.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén. 

27 jun 2022

Salmos 41:5-9 Con saña dicen de mí mis enemigos: ¿Cuándo se morirá? ¿Cuándo pasará al olvido? Si vienen a verme, no son sinceros; recogen calumnias y salen a contarlas. Mis enemigos se juntan y cuchichean contra mí, me hacen responsable de mi mal. Dicen: “Lo que le ha sobrevenido es cosa del demonio; de esa cama no volverá a levantarse”. Hasta mi mejor amigo en quien yo confiaba y que compartía el pan conmigo me ha puesto la zancadilla.


Muchas veces me he cuestionado el por qué Jesús decidió tener a Judas dentro de su grupo de discípulos sabiendo que lo traicionaría.  Obviamente podría haber sucedido todo sin él.  Sin embargo, era importante para Dios mostrarnos una lección sumamente importante sobre la naturaleza caída que tenemos y, lo que muy probablemente viviremos en nuestras vidas: la traición.  Tal vez no vivamos algo como Jesús de vida o muerte o como David mientras describe en el salmo su gran dolor por haber perdido a su amigo, pero sin duda nos dolerá y será difícil de aceptar.  Recuerda que Satanás no se muestra como el “diablito rojo” fácil de reconocer.  ¡Al contrario!  Busca filtrarse sin que nos demos cuenta.  Nos hace que dudemos sobre nuestros principios y maneras de pensar.  Y así, sin darnos cuenta por no estar constantemente pegados al Señor, podemos estar cayendo en las mismas acciones que se describen en el pasaje.  Hablando mal de alguien.  Deseando mal a alguien y pensando que no merece lo que tiene.  Satanás es tan listo y mi orgullo tan grande, que muchas veces cuando leo la biblia, como en este pasaje, solamente pienso en cómo reaccionaría si me pasara algo como lo que le pasa a David.  ¿Cómo reaccionaría ante alguien que me desea el mal?  ¿Cómo reaccionaría ante un amigo que me pone una zancadilla para que me caiga?  Pero, y aquí está lo sorprendente, no pienso inmediatamente si yo no he hecho eso en primer lugar.  ¿Te das cuenta?  ¡Primero soy inocente y pienso que nunca podría hacer algo malo!  Sin duda trato de hacer la voluntad de Dios, pero eso no me quita mi voluntad carnal ni mis malas acciones.  En lugar de estar pensando en quién nos desea el mal, quién nos hizo daño y a quién no queremos perdonar, deberíamos estar pensando si no hemos lastimado a alguien sin siquiera darnos cuenta.  Deberíamos estar pensando si no le hemos fallado a algún amigo cuando nos necesitaba y se sintió traicionado.  En pocas palabras: deberíamos estar pensando menos en nosotros y los males que recibimos y más en pedir constantemente al Señor que nuestras acciones siempre sean conforme a su voluntad y no seamos como aquellos que describe David en el pasaje de hoy.

 

Oración

Señor: te pido abras mis ojos, mi corazón y mi mente para darme cuenta de lo que hago y el impacto de mis acciones.  No permitas que haga daño a nadie, sino que mi vida lleve siempre amor y esperanza a los que me rodean.  Guíame en tu voluntad.  En Cristo Jesús.  Amén.

14 jun 2022

Salmos 41:4 Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí; sana mi alma, porque contra Ti he pecado.

Satanás es tan listo que nos ha hecho pensar que no hay necesidad de pedir perdón y misericordia a Dios.  He tenido varias veces la misma plática con personas que piensan que son “buenas” porque tratan de llevar una vida correcta.  No roban.  No han matado a nadie.  Tratan de hacer el bien.  Tratan de no decir mentiras o solo aquellas que consideran que no son malas.  En general, llevan una metodología individual de cómo ser “buenos” y lo que piensan que, al mismo tiempo, agrada a Dios o, por lo menos a algún dios que han creado en su mente.  Es muy probable que ya hayas tenido alguna conversación similar ya sea que estuviste del lado que escucha este tipo de ideas o el que las está viviendo.  La realidad es muy dura y sin margen de maniobra.  Ninguno de nosotros puede tener comunión con Dios si primeramente no se reconoce como pecador y con la necesidad de ser perdonado a través de Cristo Jesús.  Romanos capítulo 3 versículo 9 empieza a explicarlo muy bien.  Ninguna persona es mejor que otra.  ¡Todos somos pecadores!  Ahí está lo brillante que ha sido Satanás.  Ahora la cultura nos enseña que no tenemos nada de qué arrepentirnos.  Se ha minimizado el pecado original y nuestra naturaleza caída.

¡Ten misericordia de mí y sana mi alma! Clama David.  Pero no termina ahí.  “Porque contra Ti he pecado.”  Concluye.  No debemos pedir perdón hasta que asesinemos a alguien.  No debemos pedir perdón hasta que cometamos un fraude o robemos.  El perdón lo necesitamos simplemente por el pecado que habita en nosotros.  ¡Ese es el castigo que se le dio a la humanidad cuando Eva y Adán deciden probar el fruto prohibido!  No hay nada que podamos hacer para ser justificados y perdonados.  Por eso Satanás nos quiere hacer pensar que no existe esa necesidad si, en general, nos portamos “bien”.  ¿Te das cuenta de lo que está pasando?  ¿Puedes pensar en circunstancias donde consideras que no necesitas pedir perdón a Dios?  Si, en este momento estás pensando que esto es muy exagerado, quiere decir que Satanás ha ganado.  Te ha engañado a tal grado que consideras que eres una “buena” persona y puedes seguir haciendo todo como hasta ahora sin necesidad de arrepentirte o de tener a un salvador como Cristo.  La realidad es distinta.  Sin Cristo no puedes tener comunión con Dios.  Sin Cristo no puedes ir con el Señor al morir.  Sin Cristo terminas en el infierno al morir.  ¡Las consecuencias son eternas y terribles!  Por eso comparto esto.  Personalmente no gano nada, pero no puedo guardar la verdad y dejar que otras personas se pierdan.

 

Oración

Señor: muchos que leyeron esto necesitan saber que los puedes perdonar.  Te pido que en su corazón haya arrepentimiento y sepan que Tú perdonas a todos los que venimos a tus pies.  Te pido que Cristo viva en sus corazones y puedan tener comunión contigo.  Te pido abras sus ojos y su entendimiento.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén.

8 jun 2022

Salmos 41:1-3 Dichoso el que piensa en el débil; el Señor lo librará en el día de la desgracia. El Señor lo protegerá y mantendrá con vida; lo hará dichoso en la tierra y no lo entregará al capricho de sus adversarios. El Señor lo confortará cuando esté enfermo; lo alentará en el lecho del dolor.


Es muy triste ver cómo la gente no entiende el inmenso valor que tiene la palabra de Dios.  Preferimos escuchar y leer lo que dicen los últimos estudios, análisis y tendencias en lugar de acudir a la base y fundamento de todo. Digo esto por el pasaje de hoy.  Lee la primera parte.  Dichoso el que piensa en el débil.  En otras palabras, es muy bueno tener empatía y, es mejor dar que recibir.  Cuando la gente lee esto en alguna revista, le pone atención y piensa que el hombre es muy sabio.  Cuando lo leemos en la palabra de Dios nos ayuda a entender la grandeza del Señor y lo increíble que es su sabiduría.  Ahora, qué involucra pensar en el débil.  En otras traducciones dice el pobre.  Involucra dar no solo de nuestro dinero sino de nuestro tiempo, esfuerzo y dedicación.  ¡Por eso no es tan fácil hacerlo!  Suena muy bonito, pero hacerlo es totalmente diferente.  Pensar en el débil o pobre significa tomar acción para aliviar su situación.  Abre tus ojos, abre tu corazón y deja que Dios te muestre dónde hay necesidad y cómo la puedes cubrir.  Cuando hacemos esto, creamos un círculo virtuoso.  Cuando estoy bien, puedo pensar en mi prójimo, amarlo y procurarlo.  Cuando yo me encuentro en necesidad, puedo recibir de alguien más lo que necesito para posteriormente “regresar” y compartir el bien que recibí.  No se trata de dar para recibir.  Se trata de dar para que la gloria sea al Señor.  Al buscar la gloria de Dios, Él cumple sus promesas en nosotros: nos llena de dicha, nos protege, nos alienta y nos conforta.  Lee el pasaje completo nuevamente y con detenimiento.  ¿Puedes ver el ciclo tan perfecto?  Dios nos utiliza para que llevemos su amor a los demás.  La Biblia nos dice que somos la sal del mundo.  ¿Cómo ser sal si nadie la prueba?  Dice que somos la luz del mundo.  ¿Cómo ser luz si no salimos de nuestro círculo?  La dicha, las bendiciones, la paz, el consuelo, el amor, la esperanza, todas las promesas que Dios tiene para nosotros llegan cuando le obedecemos.  Ya sea que nosotros actuamos como los dadores o los recibidores, constantemente estamos viviendo ese círculo en el que Dios hace milagros y nos da una vida abundante sin importar las circunstancias.  A veces recibimos.  A veces damos.  ¡Esto es la obediencia!  No quedarnos cómodos buscando siempre recibir.

 

Oración

Señor: Gracias por tu palabra que es perfecta y de gran enseñanza.  Gracias por mostrarme cómo vivir.  Te pido que salga de mi zona de confort y que viva dispuesto a dar de mi tiempo, de mi esfuerzo y de mi dinero para aquellos que lo necesitan.  Utilízame.  Quiero servirte y obedecerte.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén.

24 may 2022

Salmos 40:17 Y a mí, pobre y necesitado, quiera el Señor tomarme en cuenta. Tú eres mi socorro y mi libertador; ¡no te tardes Dios mío!


 


El día de hoy hubo una persona que decidió ir a una escuela primaria en un lugar en Texas y comenzó a disparar.  Al parecer 18 niños murieron.  En lo que va del año 2022, ha habido 27 ocasiones de asesinatos de este tipo donde una persona entra a algún lugar público y comienza a disparar.  El día de ayer, vi un video donde entrevistaban a una persona que había sido asaltada mientras iba conduciendo por una carretera y aproximadamente 300 otros vehículos habían pasado por lo mismo.  ¿Por qué no estuve en ninguna de estas tragedias?  A dos años de pandemia por Covid 19, muchas personas han fallecido.  Padres, madres o hijos.  Cada uno era un ser querido.  ¿De qué depende quién muere y quién no?  ¿De qué depende a quién le toca atravesar una tragedia o no?  La verdad no lo sé.  Lo único que puedo pensar es que es misericordia de Dios y al mismo tiempo, hay un plan dentro de todo lo que pasa.  Estoy convencido que las tragedias también tienen un plan detrás.  Estoy convencido que Dios nos ama y no permite que algo pase solamente porque sí.  No va a haber ningún sufrimiento sin que haya crecimiento espiritual y aprendamos a depender más de Él y a darle la gloria.  Todo esto lo escribo porque, al leer el pasaje de hoy, me identifico con las palabras de: a mí, pobre y necesitado, quiera el Señor tomarme en cuenta.  Si no es por su amor, mi vida podría estar dentro de aquellos que pierden su casa por algún desastre natural.  Podría estar con problemas de salud.  Podrían mis hijos tener algún problema o incluso fallecer.  ¡No soy nada ni nadie para poder cambiar una situación así!  Lo único que puedo hacer es levantarme, tratar de conocer más de Dios en ese día, buscar servirle de alguna manera y, si es posible, amarlo más.  ¡Por más que quiera no hay nada más que pueda hacer!  Piénsalo.  Somos pobres y necesitados.  David lo expone muy bien en su salmo.  Solamente Dios nos puede socorrer y librar.  Ahora, aunque parece simple esta meditación, la realidad es que cuesta trabajo aceptar este principio.  Casi siempre buscamos todas las opciones que se nos puedan ocurrir antes de aceptar nuestra debilidad e imposibilidad de cambiar las circunstancias.  Hoy me siento triste y abrumado.  No puedo imaginar el dolor de los padres de los niños que fueron asesinados.  Un día como ayer.  Como hace una semana.  Como hace dos años.  Simplemente que hoy, sus hijos no regresaron a casa.  ¡Devastador!  Hoy doy gracias a Dios por lo que tengo y le pido que nunca olvide lo pobre y necesitado que soy.  Que nunca olvide que El siempre será mi socorro y libertador.  Le pido que, cuando vengan momentos como el que hoy atraviesan las víctimas de esa tragedia, Él no tarde y venga a llenarnos de su paz, su amor y su consuelo para poder seguir adelante.

 

Oración

Señor: Gracias.  Hoy tengo vida y puedo disfrutar a mi familia y seres queridos.  Hoy me diste un techo, abrigo y comida.  Gracias por cuidarme.  No quiero que se me olvide este momento de vulnerabilidad y entendimiento de cuánto te necesito.  En Cristo Jesús.  Amén. 

27 abr 2022

Salmos 40:16 Pero que todos los que te buscan se alegren en ti y regocijen; que los que aman tu salvación digan siempre: “¡Cuán grande es el Señor!”

El día de hoy estuve viendo en Google Maps ciertas ciudades de Ucrania.  Había la opción de ver fotos que gente comparte y viene la fecha en que fueron tomadas.  Algunas eran de hace algunos años mientras que otras de tan solo algunos meses atrás.  Gente visitando la ciudad.  Tomándose fotos en lugares turísticos.  Paseando.  Disfrutando.  Viviendo.  No pude dejar de pensar en que no se imaginaban lo que vendría a sus ciudades y, en específico, a sus vidas.  ¿Cómo pueden estas personas alegrarse, regocijarse y exclamar cuán grande es Dios?  Creo que, por el contrario, lo primero que viene a la mente es cuestionar a Dios.  ¿Por qué permite esto?  Nosotros no hemos hecho absolutamente nada más que nacer en un lugar que no pudimos escoger y simplemente sobrevivimos.  ¿Por qué a nosotros?  ¿Cuándo va a terminar?  ¿Por qué permite tanto mal?  Primero voy a dar mi opinión sobre cómo me parece que Dios contestaría esas preguntas.  Todo lo que sucede es ocasionado cuando damos rienda suelta al pecado que existe en cada uno de nosotros.  No es culpa de Dios sino de nosotros.  No es sino la consecuencia de nuestros propios actos que Dios permite porque, de lo contrario, tendría que matarnos a todos.  Me parece que Dios tiene un tiempo para que cada uno de nosotros pueda reconciliarse con Él y por eso no termina con nuestras vidas.  En resumen, es el daño colateral que ocasionamos y que Dios permite, para tener la oportunidad de ser reconciliados con Él en un futuro.  Por otro lado, ¿cómo podemos regocijarnos en la adversidad?  La respuesta es simple pero sumamente profunda.  Entregando absolutamente todo nuestro ser a los pies del Señor.  Lee el pasaje nuevamente.  Que se alegren y regocijen los que te buscan.  Que te alaben los que aman tu salvación.  ¿Lo puedes ver?  No se alegran cuando acaban las guerras.  No se regocijan cuando tienen más dinero.  La alabanza no se hace hasta que las cosas se acomodaron a mi favor.  Todo esto llega cuando mi vida gira alrededor de Dios y no a la inversa.  Has una pausa y medita en esto.  Queremos paz, alegría, amor, abundancia y felicidad entre otras cosas, pero no buscamos donde realmente lo vamos a encontrar: entregando nuestras vidas a Cristo y viviendo en obediencia a Él.  No.  Pensamos que todas esas cosas están en este mundo.  Pensamos que una casa nos dará seguridad, que unas vacaciones en un lugar bonito traerán paz, que comprar un coche nuevo nos dará felicidad.  ¡Todo esto es falso y a Satanás le encanta engañarnos para apartarnos de Dios!

No sé qué plan pueda tener Dios para todos aquellos que han tenido que escapar de sus casas por la guerra en Ucrania.  Tampoco sé por qué hay padres que tienen que vivir la muerte de sus hijos.  No sé por qué algunas personas tienen enfermedades tan desgarradoras.  No sé por qué hay abusos.  Lo que sí sé y estoy seguro es que Dios existe y quiere tener comunión con cada uno de nosotros.  Quiere mostrarnos su amor y su gracia.  Sé, que cada vez que lo busco y camino conforme a su voluntad, termino lleno de gozo, paz y alabando su nombre.  Sé que seguir a Cristo no es una religión.  Sé que ser cristiano es individual y lo tienes que vivir personalmente y no a través de otra persona que te comparte su experiencia o fe.  Sé que tienes que tener fe y dar los pasos correspondientes a esa fe.  Como escribí anteriormente, la respuesta es simple pero muy profunda.

 

Oración

Señor: no permitas que las circunstancias me hagan dudar de Ti.  No permitas que mi pecado me aleje de Ti.  Te pido que reines en mi vida.  Te pido que no viva atrapado y sin caminar por miedo.  Quiero vivir obedeciéndote y caminando con fe dando cada paso confiando en Ti en todo momento y sin mirar atrás.  Transfórmame mi Dios pues quiero vivir alegre, regocijándome y alabando tu nombre.  En Cristo Jesús.  Amén.

12 abr 2022

Salmos 40:11-12 No me niegues, Señor, tu misericordia; que siempre me protejan tu amor y tu verdad. Muchos males me han rodeado; tantos que no puedo contarlos. Me han alcanzado mis iniquidades y ya ni puedo ver.


Algo que trato de enseñarle a mis hijos es el concepto de misericordia.  No es fácil para ellos entenderlo y, muchas veces, para mí el practicarlo.  Mi principal objetivo es que puedan irse dando cuenta de cómo podemos recibir sin merecer.  De hecho, recibimos muchísimo sin merecerlo, pero estamos tan acostumbrados que ni siquiera lo vemos.  Por ejemplo: te levantas y no piensas que puedes ver o que te puedes parar con tus dos piernas.  Lo das por hecho, aunque no lo sea para todos.  Les platico esto porque poco a poco, me voy dando cuenta de cómo la meritocracia está muy metida en mi cabeza y estorba en mi comunión con Dios.

Me parece que estos dos versículos nos deben sacudir la manera en la que pedimos y entendemos la misericordia.  Lo primero, es entender que no la merecemos y pudiera ser quitada.  Lo segundo, nuestras malas decisiones tienen consecuencias y eso no quiere decir que Dios no ha tenido misericordia de nosotros.  Lee nuevamente los dos versículos.

¿Por qué pensamos que merecemos misericordia?  ¿Bajo qué parámetro nos medimos o comparamos?  La “vara” la pone Dios cuando mandó a su Hijo a vivir en este mundo y morir por nuestros pecados.  Esto quiere decir que cada uno de nosotros necesita misericordia.  No solo los asesinos, ladrones o algún otro ejemplo de delitos graves.  No.  Cada uno de nosotros.  La biblia es muy clara en Romanos 3:23 que todos somos pecadores y necesitamos de la gracia de Dios.

Si estás leyendo esto y te parece simple o que no aplica a tu vida, has una pausa y pide a Dios porque pueda abrir y examinar tu mente y tu corazón para poder darte cuenta de cuánto perdón necesitas recibir.

Por otro lado, es impresionante leer que David menciona cómo sus iniquidades o maldades, lo han alcanzado.  Todo, absolutamente todo, tiene consecuencias.  No podemos pensar lo contrario.  Y, peor aún, pensar que Dios nos está castigando.  No.  Lo que siembras, es lo que cosechas.  Esto no quiere decir que todo es malo.  ¡En absoluto!  Simplemente quiere decir, que todos cometemos errores.  Justamente va de la mano con el versículo anterior.  Necesito de Tu misericordia, de Tu amor y Tu verdad le pide David a Dios pues se encuentra en un momento bajo en su vida.  Tú cometes errores.  Yo cometo errores.  Lo importante es entenderlo, reconocerlo y tomar responsabilidad sobre nuestras acciones. 

¿Qué crees que te está queriendo mostrar Dios con este pasaje?  ¿Qué está pasando en tu vida que quiera utilizar Dios para abrir tus ojos y tu entendimiento?

 

Oración

Padre: Gracias por tu misericordia. Gracias por siempre estar y nunca alejarte.  Gracias por tu amor incondicional.  Yo te pido perdón por mis pecados.  Te pido que nunca me olvide que no merezco tu misericordia y gran amor.  En Cristo Jesús.  Amén