Vistas de página en total

31 ago 2021

Salmos 39:7 Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza está en Ti.


¿Sabes cómo puedes darte cuenta dónde está tu esperanza?  Meditando en como reaccionas ante cualquier adversidad.  ¿Cuánto tiempo y esfuerzo dedicas a resolver tus problemas antes de doblar tus rodillas y pedir dirección a Dios?  ¿Normalmente terminas entre “la espada y la pared” para acudir al Señor por ayuda?  No te sientas mal pues no eres el único.  ¡Todos lo hacemos!  Lo importante es reconocerlo, entenderlo y dejar de hacerlo.  Si antes tardabas 10, trabaja para que sea 9 y luego 7 y así sucesivamente hasta que, cada vez que te encuentras en una disyuntiva, de manera natural te pongas a orar y pedir a Dios que no sea tu voluntad sino la suya la que dirija cada paso que vas a tomar.  Cada momento que vamos atravesando es una oportunidad para dejar de poner nuestra esperanza en algo más que no sea Jehová.  Cada una de las pruebas nos ayuda a sacar nuestros miedos, enojos, rencores y todo aquello que cargamos que Dios quiere que le entreguemos.

Hace ya muchos años que tenía la gran oportunidad de ir en México a un reclusorio (cárcel) a compartir la palabra de Dios.  Dentro de los probablemente miles de hombres que estaban ahí, solamente unos cuantos venían a escuchar y mantenían una iglesia ahí adentro.  Cada uno de ellos había cometido delitos.  Merecían estar ahí y no era casualidad.  Sin embargo, Dios les dio otra oportunidad.  Les extendió la mano y perdonó todos sus pecados.  Todos.  El sacrificio de Jesús cubrió todas las atrocidades que hicieron.  Seguirían pagando por lo que hicieron permaneciendo encerrados, mientras que su espíritu había sido liberado.  Lo que yo me preguntaba, pregunto y, te pregunto es: ¿hasta dónde tenemos que llegar para entender que nuestra única esperanza es en Dios?  ¿Qué tan bajo tenemos que caer?  ¿Cuántas personas tenemos que lastimar?  ¿Cuántas vidas nos llevamos entre las patas por seguir tomando malas decisiones y querer seguir con nuestro orgullo?  Lee el pasaje nuevamente con esto en mente.  ¡El salmo completo habla de desesperación y al mismo tiempo un deseo por no separarse de Dios!  No era todo fácil.  ¡Nada es fácil!

Pienso que, si Dios contestara la pregunta del versículo diría: No tienes nada de que preocuparte.  Sigue poniendo tu esperanza en mí y yo me encargaré como siempre lo he hecho.  ¿No te parece que es muy probable que Dios nos dijera algo así?  Tal vez te lo está diciendo ahora mismo.

 

Oración

Padre: vengo abrumado, cansado y sin saber cómo seguir adelante.  Gracias por tu palabra que me llena de aliento y me recuerda que mi esperanza puesta en Ti es todo lo que necesito.  No permitas que me aleje ni confunda.  Quiero estar a tus pies escuchando tus instrucciones y obedeciendo.  En Cristo Jesús.  Amén 

16 ago 2021

Salmos 39:5-6 Muy breve es la vida que me has dado; ante Ti, mis años no son nada. ¡Un soplo nada más es el mortal! Es un suspiro que se pierde entre las sombras. Ilusorias son las riquezas que amontona, pues no sabe quién se quedará con ellas.

Llevamos desde marzo del 2020 que empezaron todas las restricciones por la propagación del COVID.  La incertidumbre y el miedo han reinado por mucho tiempo.  Este virus ha ocasionado muchos cambios en nuestras vidas.  Personas han renunciado a sus trabajos pues se dieron cuenta que no eran felices en lo que hacían y que no vale la pena dedicar tiempo y esfuerzo a algo que no les trae ningún gozo.  Otras personas cambiaron de domicilio, ya sea a las afueras de la ciudad o incluso a otros estados o países.  De igual forma, se dieron cuenta de lo que se estaban perdiendo por estar “metidos” en el lugar donde vivían y decidieron cambiar.  Un virus.  Muchas restricciones.  Mucha incertidumbre.  Mucho miedo.  Ahora te pido que vuelvas a leer el pasaje de hoy.

Dios nos recuerda constantemente lo que es la vida y la importancia que debemos darle.  Mientras unos buscan acumular riquezas, Dios nos enseña que son ilusorias.  Mientras otros tratan de mantenerse siempre sanos y saludables, la vida nos recuerda que no somas nada más que un soplo y que la vida es muy breve.

El COVID vino a sacudir la forma de vivir y hacer que todos nos cuestionemos el por qué de las decisiones que tomamos incluyendo aquellas que eran “un hecho”.  Ya sea para bien o para mal, esta enfermedad ha hecho que valoremos muchas cosas que no considerábamos importantes.  Asimismo, Dios nos está recalcando lo importante de mantener todo en la perspectiva espiritual sobre la carnal.  Todo este sufrimiento, desde el ángulo espiritual, será como un soplo.  Todo este miedo, en la perspectiva eterna, será un sin sentido.  ¡No debemos estar esperando que un virus o alguna enfermedad nos mueva a ordenar nuestros principios y prioridades!  Ahora es el momento de entender que Dios es Rey y Señor.  Ahora es el momento de entender que la vida en este cuerpo no es más que un instante de la eternidad.  Nos enfocamos más en dejar de sufrir y acumular riquezas que en servir a Dios y conocer más de Él.  

¡Qué gran error!

Vuelve a leer el pasaje y trata de abrir tu mente para que Dios pueda mostrarte en dónde está tu corazón.  Deja que te muestre dónde están tus prioridades.  No esperes a que llegue un momento difícil para ir a sus pies.

 

Oración

Señor: no quiero que pase más tiempo sin venir a tus pies y pedirte perdón por mis pecados.  Gracias por enseñarme lo que realmente vale y lo que no.  Te pido que mi vida esté alineada a tus pensamientos y deseos por encima de los míos.  Te pido que mi vida te de siempre gloria.  No permitas que esta vida me abrume y haga pensar que no hay nada después de la muerte.  Gracias por tu Hijo Jesús que venció a la muerte y nos permite estar en tu presencia pagando por nuestros pecados.  Gracias en el nombre de Cristo Jesús.  Amén