Vistas de página en total

27 jul 2020

Salmos 34:18-20 El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido. Muchas son las angustias del justo, pero el Señor lo librará de todas ellas; le protegerá todos los huesos, y ni uno solo le quebrarán.

Estos últimos días he estado leyendo Crónicas y, entre ayer y hoy Esdras.  Es increíble ver cómo Dios es muy paciente y constante al repetirnos algo muy simple: si me obedecen y no se apartan de mí, Yo los bendeciré y siempre estaré con ustedes.  Pero la historia nos muestra que una y otra vez, el pueblo de Israel se apartaba y comenzaban a adorar a otros dioses.  Finalmente Dios termina entregándolos a Nabucodonosor y se terminan sus oportunidades.  Sin embargo, esto no quiere decir que dejó de estar con ellos.  Esto no quiere decir que no escuchó más sus oraciones.  Vuelve a leer el pasaje con esta nueva perspectiva.  Estar abatido, angustiado y quebrantado de corazón, no significa estar lejos de Dios.  No significa que Dios no escucha tus oraciones.  No significa que ya no te ama.  ¿Qué significa entonces?  Aunque resulta imposible encerrar a Dios y pensar que podemos entender todo lo que hace, me aventuraré a dar dos posibles opciones que casi siempre me parecen certeras.  La primera tiene que ver simplemente con la consecuencia de nuestros hechos. Terminamos acabados porque tomamos malas decisiones y no porque Dios es malo.  La segunda no tiene nada que ver con nuestras decisiones y todo que ver con los planes de Dios para perfeccionarnos.  Por ejemplo: ahora con la pandemia del Coronavirus, muchos han perdido su empleo.  De un día para otro, su fuente de ingreso se terminó.  No hicieron nada malo y tomaron malas decisiones.  De todas maneras, están pasando un mal momento.  Es en estos momentos cuando las pruebas nos hacen acercarnos más a Él y desprendernos más de nosotros.  ¿Lo puedes ver?  ¿Te puedes identificar?  Mientras Satanás quiere engañarnos haciéndonos pensar que estamos mal y que Dios no le interesa hablar con nosotros o que ya se ha olvidado de mí pues no soy nada; Él está ahí esperando que lleguemos de rodillas para levantarnos y darnos su carga que es ligera mientras nosotros le entregamos la nuestra.  

Me parece que mucho de lo que sufrimos está basado en la cultura que vivimos.  Nos hacen pensar que aquellos que se portan bien, los buenos, siempre estarán bien.  ¡Mentira!  La biblia, en el pasaje de hoy nos enseña que eso no es cierto.  El justo también puede tener momentos difíciles.  El que obedece al Señor también puede terminar abatido de corazón.  El que ama a Dios también puede estar angustiado.  ¡Lo importante es no olvidar que nuestro Dios no nos ha abandonado!  Lo importante es recordar que está cerca de nosotros y siempre nos librará de lo que parece que no tiene solución.

 

Oración

Señor: no entiendo muchas cosas que suceden.  También entiendo que he tomado muchas decisiones malas.  Hoy vengo a pedirte perdón.  Vengo a darte las gracias porque estás conmigo y luchas por mí.  No quiero apartarme de Ti y te pido por fortaleza para ver cómo haces milagros en mi vida.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén.

6 jul 2020

Salmos 34:15-17 Los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos, atentos a sus oraciones; el rostro del Señor está contra los que hacen el mal para borrar de la tierra su memoria. Los justos claman y el Señor los oye; los libra de todas sus angustias.

¿Alguna vez has sentido que Dios está lejos?  Esos momentos donde parece que las cosas no están bien y, para empeorar todo, sentimos que nuestras oraciones no toman forma y no son escuchadas.  Pon mucha atención.  Esto es obra de Satanás queriendo engañarte.  ¡Por eso le llaman el engañador (Apocalipsis 12:9)!  Así como engañó a Eva y engaña al mundo entero, quiere engañarte a ti.  ¡Por eso la biblia nos dice claramente que nuestras batallas son espirituales!  No podemos ir como si todo en este mundo es lo que vemos y tocamos.  La realidad es que Satanás existe y quiere, día y noche, romper tu relación con Dios.  Alejarte de Él.  Desanimarte.  Frenar tu transformación.  Por esta razón es importantísimo leer la biblia.  Aunque sea un pasaje diario.  Un capítulo.  Una página.  Que no pase un día sin acudir a los pies de Dios y escuchar su instrucción.

Lee el pasaje nuevamente.

¿Qué te quiere decir Dios hoy?  Compara estas palabras con los engaños de Satanás.  Mientras él quiere hacernos pensar que Dios está lejos y no merecemos su atención, Él nos dice que está puesta su mirada en nosotros y sus oídos atentos para escucharnos.  ¿A quién le creemos entonces?  ¿A nuestros sentimientos o a Dios?  ¡Obviamente a Dios!  Me encanta que dice: los justos claman y el Señor los oye; los libra de todas sus angustias.  ¡Clama a Dios!  No escondas tus sentimientos.  No te quedes callado.  Dios tiene sus oídos listos para escuchar lo que tengas que decirle.  No pienses que ya lo sabe o que no le interesa.  ¡Habla con Él!  ¿Qué padre no quiere escuchar a su hijo?

Ahora, hay un punto sumamente importante en este pasaje.  Dice que ve y escucha a los justos.  ¿Quiénes son los justos?  La biblia nos enseña que los justos son aquellos que han reconocido sus pecados y necesidad de ser perdonados a través del sacrificio de Jesús en la cruz.  Primero pregúntate si has tomado este primer paso.  ¿Realmente has reconocido tu necesidad de ser perdonado, de ser justificado?  ¿Es Cristo el Señor de tu vida?  Entonces ahora ven a Él.  Pide perdón por tus pecados.  Trae todas tus cargas a Sus pies.  Trae todas tus preguntas.  Trae todos tus sentimientos y no dejes nada guardado.  Pide para que puedas tener paz y entendimiento.  Pide para que puedas ver las cosas con Su perspectiva por encima de la tuya.  Pide para que puedas estar tranquilo sabiendo que Él se encargará de librarte de cualquier situación.  Pide, sobre todo, para que Dios se manifieste en tu vida y otras personas puedan ver los milagros que hace en aquellos que confiamos en Él.  Pide para que, su voluntad se haga por encima de la tuya y que puedas estar gozoso sabiendo que Él siempre ve por lo mejor para ti y los que te rodean.

Lee el pasaje una última vez y medita en él con esta nueva perspectiva.

Oración

Padre: quiero entender que tu voluntad siempre es buena.  No entiendo lo que sucede pero sí sé que puedo confiar en Ti.  Hoy clamo a Ti para que me rescates.  Hoy te pido que escuches mi oración y tu paz inunde mi corazón.  Te lo pido en Cristo Jesús.

Amén.