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19 oct 2020

Salmos 36:9 Porque en Ti está la fuente de la vida y en tu luz podemos ver la luz

El día de hoy escuché una anécdota que me recordó lo efímeras que son las cosas en este mundo.  Esta persona cuenta cómo en unos cuantos minutos, la emoción de haber comprado su casa en un lugar sumamente prestigiado se esfumó al salir al jardín y ver que la casa que se veía abajo era varias veces más grande que la suya.  Tuvo que hacer una pausa y recordar lo increíble que estaba siendo comprar esa casa y dejar de estar comparándose con alguien más.  Tal vez pienses que tú no eres así.  La realidad es que todos somos así.  Esta es la manera en la que nos hizo Dios.  Puede ser que tengas el mejor coche, la mejor casa, el mejor sueldo de aquellos que te rodean, pero al instante en que ves a alguien que tiene más que tú, todo se viene abajo.  Y no solo aplica en bienes.  También aplica en fama o poder.  Pienso en aquellos artistas que, teniéndolo todo, decidieron suicidarse o viven en depresión.

Todo esto lo escribo porque el versículo de hoy nos habla de una fuente de la vida.  El pasaje nos habla de luz para ver la luz.  Dios nos dice en Apocalipsis 21:6 que Él es el agua de la vida.  ¡Es la única forma de saciar nuestro interior!  ¡Es la única forma de saciar nuestros vacíos!  ¡Es la única forma de saciar nuestros deseos!

Una casa más grande no es la solución para que seas feliz.  Más dinero no te dará esa paz que tanto anhelas.  Una pareja no hará que las cosas mejoren.  ¡Por eso dice el dicho que el pasto o jardín del vecino siempre se ve más verde!  

La vida plena no está en las cosas de este mundo sino en Dios…  Piénsalo.

¿Cuántas veces has pensado que si logras esto o aquello tendrás paz?  ¿Cuánto tiempo te duró esa paz?  ¡Ahora piensa en cómo Dios puede traer paz a tu vida sin importar las circunstancias!  ¿Cuántas veces has pensado que la vida no tiene sentido?  Ahora lee y graba este versículo en tu corazón para que nunca olvides que a través de Dios podemos entender las cosas.  Tu luz nos hace ver la luz.

Date cuenta que utiliza la palabra fuente.  De una fuente nunca deja de brotar agua.  De la misma forma, si quieres vivir, la única manera es que lo hagas conociendo más de Dios y, por consecuencia, viviendo en obediencia a Él mientras eres transformado.  ¡Por eso la biblia nos dice que todo esto es locura para los que no creen!  Resulta verdaderamente ilógico y contra nuestros deseos pero es la realidad.  ¿Por qué crees que hay billonarios donando casi todo su dinero mientras que otros estamos queriendo ser más ricos?  Porque ellos ya llegaron al punto máximo y se dieron cuenta que no sirve de nada.  Además, entendieron que les da mayor beneficio utilizar su dinero y sus logros para servir a los demás que para servirse a sí mismos.  

En esta vida podemos estar como los ratones corriendo y corriendo en esa rueda que nunca para ni llega a ningún lado o podemos bajarnos, disfrutar de lo que nos ha sido dado y servir a los demás.  ¿Qué vas a decidir?

 

Oración

Señor: no quiero estar corriendo en otra dirección que no seas Tú.  Corrige mis pensamientos.  Corrige mis deseos.  Dirige mi vida y no dejes de transformarme.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén 

13 oct 2020

Salmos 36:7 Tú, Señor, cuidas de hombres y animales; ¡Cuán precioso, oh Dios, es tu gran amor! Todo ser humano halla refugio a la sombra de tus alas.


Si tienes la bendición de ser padre, seguramente en algún momento tuviste que hablar con tus hijos y calmarlos porque tenían miedo.  Personalmente, cada vez que mis hijos tienen miedo o tuvieron alguna pesadilla, les digo que oremos y que se acuerden que Dios siempre nos cuida.  El pasaje de hoy justamente nos recuerda esto.  Son dos principios increíbles: Dios te ama.  Dios te cuida.  Mencioné a mis hijos porque muchas veces pienso en cómo transmitirles que Dios es real.  Pienso en cómo enseñarles lo útil y práctico que resulta leer la palabra de Dios.  Todo esto porque sé, que los miedos simplemente se transforman pero nunca se acaban.  ¡Por eso Dios lo repite una y otra vez en su palabra que podemos confiar en Él!  Una y otra vez nos dice que está siempre dispuesto a escucharnos y a recibirnos para expresar todo lo que nos agobia.

Ahora estamos atravesando una de las peores pandemias que han existido en la historia.  Más de un millón de personas ha muerto y esta cifra simplemente seguirá creciendo.  Muchos millones de personas han perdido su empleo.  Los estimados ahora hablan de millones de personas regresando a niveles de pobreza extrema.  Los suicidios han subido.  La violencia familiar ha subido.  La depresión ha subido.  En general, tristemente son puras malas noticias.  Si Dios nos cuida, cómo es posible que permita esto.  Si Dios nos ama, por qué se ha muerto tanta gente por culpa de un virus.  La respuesta más honesta es: no lo sé.  Lo que sí sé es lo que la Biblia dice acerca de momentos difíciles o de situaciones como la de ahora.  Primero.  Sé que Dios no ha dejado de amarnos.  Sé que Dios no ha dejado de ofrecernos su refugio para guardarnos de todo lo que está pasando y poder sobrellevarlo.  Segundo.  Si lees el libro del Éxodo, puedes encontrar que Dios mandó varias plagas a Egipto para que dejaran libre al pueblo de Israel.  Pero hay un punto sumamente importante que muchas veces pasa desapercibido: Dios utilizó todas estas plagas para mostrarse no solo ante los judíos sino también ante los egipcios.  El mismo faraón reconoce que no hay otro dios como Jehová.  En el capítulo 9 versículo 20 dice cómo algunos funcionarios egipcios temieron la palabra de Jehová y fueron a cubrirse.  ¿Lo puedes ver?  A veces, este tipo de eventos sirven para aquellos que nunca hubiéramos imaginado que creerían en Dios terminen a sus pies.  Además, nos sirven a nosotros para recordar que tenemos un Dios que nunca nos abandona y siempre sus planes son mejores que los nuestros.

¿Cuáles son tus miedos?  Piénsalo.  Todos tenemos miedos sin importar nuestra edad.  Lo que no hacen todos es acudir a Aquél que nos ama y brinda refugio cuando tenemos esos miedos.

 

Oración

Padre: vengo a Ti para recibir tu amor y refugio.  Hay tantas cosas que no entiendo y simplemente te pido porque pueda confiar en Ti para seguir adelante.  Yo sé que tienes todo bajo control y tu amor nunca para.  Te pido por aquellos que me rodean y no te conocen para que pueda ser luz y vean tu increíble bondad y amor.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

5 oct 2020

Salmos 35:28 Con mi lengua proclamaré tu justicia, y todo el día te alabaré.


Después de todo un revoltijo de sentimientos, David termina con una gran enseñanza: al final, nuestro objetivo debe estar en Dios y no en nosotros.
  En todo este capítulo vimos cómo se enojaba, cómo exclamaba y gritaba, cómo pedía justicia y cómo la gente se burlaba de su situación.  Pidió a Dios que hiciera justicia.  Pidió a Dios que tomara cartas en el asunto.  Aprendimos que no debemos guardar nuestras emociones y que Dios no se va a enojar por expresar todas nuestras inconformidades.  Pero no terminó David ahí.  Terminó diciendo: proclamaré tu justicia y todo el día te alabaré.

Piensa en esto por un momento.

¿Cuántas veces nos quedamos solamente con la queja sobre nuestra situación?  ¿Cuántas veces acudimos a Dios solamente para que cambie lo que está pasando?

¿Cuántas veces solamente oramos para que la atención quede siempre en nosotros?

El sufrimiento nunca debe ser algo que busquemos evitar o evadir.  Las pruebas son las que nos hacen sacar a la luz lo que Dios quiere trabajar en nuestras vidas.  ¿Cómo entonces pedimos porque se acaben en lugar de pedir por entender lo que Dios quiere enseñarnos?  No te sientas mal.  Es natural reaccionar así.  De hecho, hay estudios que muestran que nuestra mente siempre busca la estabilidad, así que, cualquier evento o situación que rompa con esa estabilidad nos hará buscar acabarla lo antes posible.  Ahora recuerda, debemos vivir para el espíritu y no para el cuerpo.  Entonces, con el conocimiento que ya tienes, debes pensar en cómo reaccionar ante las circunstancias que atraviesas.  Medita sobre tus oraciones al respecto.  Medita sobre tu relación con Dios.  

En la biblia encontramos una descripción increíble de David: un hombre conforme al corazón de Dios.  ¿Cómo es posible esto?  ¡David fue un asesino y adúltero entre otras cosas!  Parte de la respuesta la encontramos en este último versículo pues habla justamente de lo que había en su corazón: deseos de alabar a Dios y buscar siempre Su voluntad por encima de la suya.  Si hacemos memoria en la vida de Jesús, también hace una oración similar el día antes de ir al calvario pidiendo a Dios Padre que, si es Su voluntad, no aconteciera lo que estaba establecido, pero termina pidiendo porque se haga conforme El considere mejor.  Nuevamente te animo a que medites en tus oraciones.  Tal vez estás pasando un mal momento.  ¿Cómo oras?  Insisto, no te sientas mal si has estado orando equivocadamente para que tus problemas se resuelvan.  ¡Es natural!  Pero ahora, no solamente debes orar por eso sino siempre buscando que, al final, sea la voluntad de Dios la que prevalezca y que todo tu ser sea transformado para Su gloria.

 

Oración

Señor: perdóname.  He pensado solo en mí y te he hecho a un lado.  Hoy quiero empezar a orar de manera que siempre busque alabarte y darte la gloria.  Te pido que pueda entender tu voluntad.  Que pueda entender lo que quieres cambiar en mí.  Te pido que las circunstancias no cambien hasta que entienda y sea transformado por Ti.  En Ti confío.  En Ti descanso.  En Ti sigo adelante.  En Cristo Jesús.  Amén.