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3 may 2023

Salmos 44:8


¡Por siempre nos gloriaremos en Dios!  ¡Por siempre alabaremos tu nombre!


 

Una forma muy fácil de entender y reflexionar sobre el lugar que ocupa Dios en nuestras vidas es imaginando que vamos manejando en un coche y tratar de definir quién ocupa qué asiento.  Algunos tenemos a Dios en la cajuela.  Va con nosotros pero no opina mucho pues decidimos callarlo hasta que sea “necesario”.  Si nos comprometemos más con Dios, lo “promovemos” y ahora está dentro del coche.  En el asiento trasero.  Está más “presente”.  Le escuchamos más sin que necesariamente le estemos buscando o queriendo su opinión con respecto a nuestro destino y el camino que tomamos.  Otra promoción sería poner a Dios en el asiento del copiloto.  Realmente tomamos en cuenta su opinión y sabemos lo importante que es escuchar su consejo y observaciones.  El siguiente ascenso involucra ceder el control y dejar que Él sea el piloto.  Él toma las decisiones sobre la ruta e incluso el destino.  Hasta aquí pareciera que no hay forma de dejar que Dios tome un puesto más alto.  Falso.  El siguiente ascenso es el más importante de todos.  ¿Cuál es esa promoción?  Cuando el Señor decide dar vuelta a la derecha, tú y yo, no nos quejamos ni cuestionamos esa decisión.  Cuando decide tomar el camino largo, tú y yo no brincamos buscando otras opciones.  Cuando decide el destino diferente al que queríamos, tú y yo no criticamos su decisión.  En conclusión: el lugar más alto que puede ocupar Dios en nuestro corazón es aquél donde le entregamos nuestra vida, agradecemos su luz que nos guía y nos mantenemos fieles al camino que ha escogido.  Vivimos con gozo y con esperanza que cada paso, cada vuelta, cada destino son siempre lo mejor para nuestra vida aunque sea difícil de comprender pues confiamos más en Él que en lo que nosotros vemos.

Ahora vuelve a leer el pasaje.

Solamente entendiendo el lugar que Dios ocupa en nuestra vida podemos verdaderamente alabarle siempre.  De lo contrario, solamente le alabamos cuando estamos contentos, cuando las cosas están a nuestro favor o cuando estamos de acuerdo con lo que Dios ha decidido.  ¡Qué difícil alabarle cuando las cosas parecen estar en contra!  ¡Qué difícil gozarnos cuando hay adversidad que no podemos entender!  ¿Cómo entender que Dios decidió girar a la izquierda en lugar de la derecha y ahora hay sufrimiento?  ¿Cómo entender el camino tan largo de las tragedias en lugar del corto y alegre?  ¿Cómo entender lo que no podemos entender?  No podemos.  Simplemente no se puede.  Lo que sí podemos es alabarle y gozarnos si nuestro corazón y nuestra mente están completamente entregados, confiados y alineados en que su palabra es real y verdadera.  ¿Dónde está Dios en tu vida?  

 

Oración

Señor: perdóname porque no te he dado control absoluto y pedido porque pueda vivir gozoso en todas las vueltas y caminos que decides para mi vida.  Te pido que no solo tomes el lugar más importante de mi mente y mi corazón, sino que también pueda vivir alabándote siempre y dándote gloria sin importar las circunstancias.  En Cristo Jesús.  Amén