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16 mar 2022

Salmos 40:8 Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad; tu ley la llevo dentro de mí.

La biblia dice que amar al que nos ama no tiene mérito alguno, mientras que amar y perdonar a los que nos lastiman es hacer la voluntad de Dios.  ¿Qué tiene de agradable perdonar al que nos hace daño?  Dios nos pide que seamos personas que viven agradecidas.  ¿Qué puedo agradecer cuando vivo en escases?  Nos pide consolar a los que necesitan ser consolados.  Ayudando a las viudas y a los huérfanos.  Nos pide que no nos divorciemos.  ¿Qué tiene de agradable estar peleando con tu pareja y no separarte?  Nos pide que no desesperemos a nuestros hijos, a amar a nuestras esposas como Cristo amó a la iglesia, a ser sumisas a sus esposos y a respetarnos mutuamente.  ¿Qué tiene de agradable ser fiel a tu pareja?  ¿Por qué es agradable no tener relaciones sexuales antes de casarte?  Estas son solamente algunas preguntas que todos debemos hacernos.  Siempre he pensado que debemos cuestionar nuestra fe y tener claro por qué creemos lo que creemos y por qué confiamos en lo que confiamos.    

Personalmente me gusta mucho leer y por lo menos la mitad de lo que leo tiene que ver con superación personal o algo relacionado a mejorar en el conocimiento de mi mismo o el ser humano en general.  ¿Sabes qué dicen ciertos estudios laicos (no religiosos) acerca de la monogamia por ejemplo?  Se estudió a personas que habían permanecido con su pareja y encontraron que tenían una mejor posición económica que aquellos que se habían divorciado y habían tenido más parejas.  Encontraron que estaban mejor en cuestiones de salud.  Encontraron que eran más felices.  Encontraron que se sentían más plenos.  Otro ejemplo.  Hay estudios (nuevamente laicos) que demuestran el increíble impacto que tiene en nuestras vidas el perdonar, aunque no nos pidan perdón.  ¡Hasta el corazón se beneficia!  Hay otros estudios que muestran que el vivir agradecido trae mayor felicidad versus aquellos que no tienen la costumbre de dar gracias y percatarse de lo que pueden agradecer.  Así podría seguir con más y más ejemplos.  El punto es muy simple.  Como humanos, a penas estamos descubriendo científicamente lo que Dios nos dejó hace miles de años.  Nos dijo que confiáramos en Él y que él nos bendeciría.  ¿Pero qué hicimos?  Dudar y hacer nuestra voluntad.

Para poder decir que nos agrada hacer la voluntad de Dios, tenemos que entender que Él es real y sabe más que tú y yo.  Después, tenemos que dar pasos de fe y dejar a un lado nuestra voluntad y deseos poniendo a Dios por encima de ellos.  Finalmente, cuando obedecemos (a pesar de nuestras dudas y posiblemente quejas), experimentamos un resultado que trajo paz, gozo, milagros y muchas otras bendiciones, entonces sí, damos gracias y gloria a Dios y comenzamos a repetir las palabras del salmista: me agrada hacer tu voluntad y guardo tu ley dentro de mí.

 

Oración 

Padre: hoy entiendo que te he puesto detrás de mis deseos, mi voluntad y mis pensamientos.  Hoy entiendo que no te he dejado reinar en mi vida.  Hoy entiendo que no puedo decir que me gozo haciendo tu voluntad pues no he hecho tu voluntad al 100%.  Te pido perdón.  Te pido pueda tomar mejores decisiones poniendo tus principios y deseos por encima de los míos.  Te pido pueda entender que siempre será mejor tu camino que el mío.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén.