Vistas de página en total

2 dic 2020

Salmos 37:3-4 Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová, y Él te concederá las peticiones de tu corazón.

Cuando te subes a un avión, confías que el piloto sabrá llevarte a tu destino.  Cuando compras comida fuera de tu casa, confías que está bien hecha y limpia.  Cuando tienes un amigo y pides un favor, confías en que lo hará.  Cuando te vas a dormir, confías que te levantarás al día siguiente.  Todos los días confiamos en muchas cosas, sin embargo, también limitamos nuestra propia confianza.  Por ejemplo, si te dijeran que es el primer vuelo del piloto, no estarías tan confiado que todo saldrá bien.  Si te avisaran que en el lugar donde compraste comida se acaban de enfermar cientos de personas, es poco probable que confíes en que la comida estará bien.  Tristemente aplicamos este mismo pensamiento con Dios: Confiamos en Él hasta que pensamos que la situación lo ha superado.  Piénsalo.  Muchas veces he escuchado gente que, al principio está muy confiada en que Dios arreglará su situación.  Están orando.  Se ven animados.  Hablan con esperanza.  Conforme pasan los días, meses o años, las cosas cambian.  La desesperación comienza a salir.  La preocupación nubla la esperanza y comenzamos a pensar que es necesario ayudar a Dios.  ¿Cómo saber qué hacer cuando estás en situaciones difíciles?  Fácil.  Haz el bien. Haz todo aquello que agrada a Dios y deja que Él se encargue del resto.   Puede ser que no te guste lo que estás leyendo porque quieres tomar acción y que las cosas cambien lo antes posible pero así no es como funciona Dios.  Nosotros confiamos y hacemos el bien.  Él se encarga de darnos lo que necesitamos para vivir y apacentarnos en su verdad.  Una vez que entiendes el primer paso, puedes pasar al versículo 4 donde nos dice que podemos deleitarnos en Dios y que concederá las peticiones de tu corazón.  Aquí es cuando muchas personas se confunden al no estudiar bien lo que están leyendo y corroborar con otros pasajes de la Biblia.  Hay iglesias que se aprovechan y confunden con intención para hablar de un dios que siempre les dará lo que quieran y lo único que tienen que hacer es pedir, mientras dan alguna aportación monetaria.  Deleitarse en Dios no puede existir sin antes confiar en Él y vivir dejando que Él reine en tu vida.  Por eso hay un orden cronológico en este pasaje.  primeo nos habla de confiar en Él, para luego decirnos que podemos deleitarnos, gozarnos, ser felices en Él y expresarle nuestras peticiones.  ¿Por qué es importante entender el orden cronológico?  Personalmente, me he dado cuenta una y otra vez, que mientras más maduro en mi relación con Dios, más insignificantes se vuelve orar por las cosas materiales o carnales.  Las peticiones de mi corazón se van alineando con los deseos de Dios y por esa razón, todo lo concede.  Este pasaje no es para que pensemos que nos concede cualquier cosa que se nos ocurra.  Si fuera así, Dios sería un mentiroso pues muchas personas han pedido por algo que no se les ha cumplido.  Sabemos que Dios no es mentiroso, por lo tanto, este pasaje no podemos entenderlo así.

Medita en tu entendimiento de Dios.  ¿Lo utilizas como un paragüas que solamente sale cuando llueve y lo guardas cuando sale el sol?  ¿Confías en Él hasta que piensas que es necesario que lo ayudes porque no te gusta lo que está pasando?  ¿Sabes deleitarte en Él?  ¿Has experimentado cómo Dios cumple tus peticiones cuando están alineadas a su voluntad?

 

Oración

Padre: Perdóname.  No he dejado que tengas control absoluto de mi vida y, por lo tanto, no he confiado completamente en Ti.  No he podido deleitarme en Ti.  No he podido apacentarme en tu verdad.  Hoy quiero comenzar a vivir diferente.  Quiero vivir confiado y buscando hacer tu voluntad al mismo tiempo que dejo que Tú te encargues de los problemas.  Lléname de tu paz, gozo y paciencia.  En Cristo Jesús.  Amén.

17 nov 2020

Salmos 37:1-2 No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. Porque como hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán.

Me da mucha tristeza la hipocresía que existe en la comunidad cristiana.  No lo digo juzgando sino con preocupación.  Las iglesias se convirtieron en un lugar de personas “perfectas” que invitan a los “imperfectos” para poder convertirse en “perfectos”.  Entonces, cuando suceden eventos como los que se describen en este pasaje, los “perfectos” se hacen pasar por aquellos que jamás sienten envidias, celos o corajes mientras que la realidad es que en su corazón están todos esos sentimientos.

Lee nuevamente los dos versículos.  Está hablando de lo que surge en nuestro corazón cuando vemos injusticias o cuando hay personas que les va bien aunque lo hagan haciendo cosas malas.  En Latinoamérica es común encontrar políticos corruptos.  ¿Cuántas veces no has tenido coraje o envidia porque pueden disfrutar de tantas cosas mientras que sus actos son malos?  Yo, muchas.  Pero no me da pena aceptarlo.  ¡Al contrario!  Me da gusto leer pasajes como éste donde me recuerden que soy un ser humano con sentimientos que debo aprender a controlar entregándoselos a Dios y no negando lo que realmente siento.  La realidad es que Dios te conoce perfectamente y por eso te dice: no te impacientes ni tengas envidia.  ¡Es normal tener esos sentimientos!  Lo que no es normal es querer aparentar que nunca te enojas, que nunca sientes envidia o que nunca pierdes el control.  Eso, no está bien.  Si te han enseñado que así debes comportarte, hoy te digo que la Biblia no enseña este principio.  ¡Al contrario!  Constantemente nos habla de cómo nuestros sentimientos surgen y de la importancia de canalizarlos al Señor, pero siempre reconociendo que existen y nunca pensando que, como somos hijos de Dios, ya nunca nos “portamos mal”.

Hoy debes entender que hay gente que es tramposa, mentirosa, ventajosa, corrupta y, en general: mala.  Ese estatus no va a impedir que tengan éxito en sus acciones.  Pueden tener carreras profesionales exitosas.  Pueden tener una familia exitosa.  Pueden tener éxito en cualquier ámbito que puedas pensar.  ¡Eso lo decide Dios!  No debemos pensar que la justicia se aplica conforme a nuestra razón.  Se aplica conforme a la voluntad de Dios.  En su tiempo.  A su manera.  Por eso, al final nos asegura lo que sucede con todos aquellos que hacen lo malo: como la hierba son cortados y se secan.  No te sientas mal de ver a alguien que avanza más que tú haciendo trampas.  No te desesperes porque parece que hacer las cosas bien resultan peor que hacerlas mal.  Ten paciencia.  Ten fe.  En el momento preciso, cuando Dios lo haya dispuesto, todo se termina acomodando.

 

Oración

Señor: Gracias.  En Ti confío y no en lo que yo veo o pienso.  Dame paz y paciencia para que no olvide que Tú estás al control y que servirte y obedecerte siempre serán las mejores decisiones.  Gracias por darle sentido a mi corazón y mis deseos y entendimiento a lo que sucede a mi alrededor.  Gracias en el nombre de Jesús.  Amén.

2 nov 2020

Salmos 36:10 Extiende tu misericordia a los que te conocen y tu justicia a los rectos de corazón.

Cuando traen a la mujer ante Jesús y la acusan de ser adúltera, la respuesta de Jesús es que, aquél que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.  Poco a poco se fueron retirando todos los que la acusaban y los que estaban de espectadores hasta que quedaron Jesús y ella solos.  ¿Quién no necesita misericordia?

Aunque no estoy de acuerdo con las personas que piensan que el Dios del antiguo testamento es más bélico que el del nuevo testamento, definitivamente hay mucho énfasis en las consecuencias al desobedecer los mandamientos de Dios.  Ahora estoy leyendo Deuteronomio y la cantidad de instrucciones que les da Dios para entrar a la tierra prometida son increíbles.  Verdaderamente te hacen entender el por qué existían, y existen, los fariseos y religiosos.  Las consecuencias de cometer alguna falta podían terminar en la persona siendo lapidada.  Sin embargo, en lugar de espantarme y pensar que son dioses diferentes divididos o incongruentes, entiendo muy bien que Dios nos expresa claramente la gravedad de nuestro pecado.  Es evidente la falta de tolerancia de Dios hacia el pecado.  No hay margen de error.  Cometías una falta “grave” y, básicamente el pueblo tenía todo el derecho de matarte.  La biblia dice que todo esto era: para apartar el mal de ti.  Por esto, cuando Jesús les dice: el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra, se vuelve revolucionario.

Lee el versículo nuevamente.

¡Extiende tu misericordia!  Esta es la conexión que la gente no quiere ver en Dios.  Ya sea en el antiguo o nuevo testamento, Dios es siempre constante en nuestra necesidad de recibir su misericordia.  Si bien, una vez que recibimos a Cristo somos hechos hijos de Dios, no debemos olvidar nuestra necesidad de recibir misericordia constantemente.  Piénsalo.  ¿Cuántas veces pecas al día?  Utiliza el parámetro que nos dejó Jesús.  Personalmente muchas.  Quiero pensar que cada vez menos pero sigo cayendo en errores.  Lo malo es que nos acostumbramos a sentirnos redimidos y olvidamos que, de no ser por esa gracia que es extendida a nosotros, simplemente no mereceríamos tener comunión con Dios.

Ahora que la política está tomando un tono tan divisivo, es muy importante recordar este principio: necesitamos que Dios extienda su misericordia y justicia pues no somos dignos de Él.  No critiques ni juzgues sino ama así como te ama y perdona el Señor.  Esa misericordia que recibes, compártela con aquellos que tampoco la merecen.

 

Oración:

Padre: ayúdame a amar como tú me amas y a extender tu misericordia al igual que la extiendes a mí.  Perdona mis pecados y no permitas que mi orgullo se interponga en mi relación contigo.  Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

19 oct 2020

Salmos 36:9 Porque en Ti está la fuente de la vida y en tu luz podemos ver la luz

El día de hoy escuché una anécdota que me recordó lo efímeras que son las cosas en este mundo.  Esta persona cuenta cómo en unos cuantos minutos, la emoción de haber comprado su casa en un lugar sumamente prestigiado se esfumó al salir al jardín y ver que la casa que se veía abajo era varias veces más grande que la suya.  Tuvo que hacer una pausa y recordar lo increíble que estaba siendo comprar esa casa y dejar de estar comparándose con alguien más.  Tal vez pienses que tú no eres así.  La realidad es que todos somos así.  Esta es la manera en la que nos hizo Dios.  Puede ser que tengas el mejor coche, la mejor casa, el mejor sueldo de aquellos que te rodean, pero al instante en que ves a alguien que tiene más que tú, todo se viene abajo.  Y no solo aplica en bienes.  También aplica en fama o poder.  Pienso en aquellos artistas que, teniéndolo todo, decidieron suicidarse o viven en depresión.

Todo esto lo escribo porque el versículo de hoy nos habla de una fuente de la vida.  El pasaje nos habla de luz para ver la luz.  Dios nos dice en Apocalipsis 21:6 que Él es el agua de la vida.  ¡Es la única forma de saciar nuestro interior!  ¡Es la única forma de saciar nuestros vacíos!  ¡Es la única forma de saciar nuestros deseos!

Una casa más grande no es la solución para que seas feliz.  Más dinero no te dará esa paz que tanto anhelas.  Una pareja no hará que las cosas mejoren.  ¡Por eso dice el dicho que el pasto o jardín del vecino siempre se ve más verde!  

La vida plena no está en las cosas de este mundo sino en Dios…  Piénsalo.

¿Cuántas veces has pensado que si logras esto o aquello tendrás paz?  ¿Cuánto tiempo te duró esa paz?  ¡Ahora piensa en cómo Dios puede traer paz a tu vida sin importar las circunstancias!  ¿Cuántas veces has pensado que la vida no tiene sentido?  Ahora lee y graba este versículo en tu corazón para que nunca olvides que a través de Dios podemos entender las cosas.  Tu luz nos hace ver la luz.

Date cuenta que utiliza la palabra fuente.  De una fuente nunca deja de brotar agua.  De la misma forma, si quieres vivir, la única manera es que lo hagas conociendo más de Dios y, por consecuencia, viviendo en obediencia a Él mientras eres transformado.  ¡Por eso la biblia nos dice que todo esto es locura para los que no creen!  Resulta verdaderamente ilógico y contra nuestros deseos pero es la realidad.  ¿Por qué crees que hay billonarios donando casi todo su dinero mientras que otros estamos queriendo ser más ricos?  Porque ellos ya llegaron al punto máximo y se dieron cuenta que no sirve de nada.  Además, entendieron que les da mayor beneficio utilizar su dinero y sus logros para servir a los demás que para servirse a sí mismos.  

En esta vida podemos estar como los ratones corriendo y corriendo en esa rueda que nunca para ni llega a ningún lado o podemos bajarnos, disfrutar de lo que nos ha sido dado y servir a los demás.  ¿Qué vas a decidir?

 

Oración

Señor: no quiero estar corriendo en otra dirección que no seas Tú.  Corrige mis pensamientos.  Corrige mis deseos.  Dirige mi vida y no dejes de transformarme.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén 

13 oct 2020

Salmos 36:7 Tú, Señor, cuidas de hombres y animales; ¡Cuán precioso, oh Dios, es tu gran amor! Todo ser humano halla refugio a la sombra de tus alas.


Si tienes la bendición de ser padre, seguramente en algún momento tuviste que hablar con tus hijos y calmarlos porque tenían miedo.  Personalmente, cada vez que mis hijos tienen miedo o tuvieron alguna pesadilla, les digo que oremos y que se acuerden que Dios siempre nos cuida.  El pasaje de hoy justamente nos recuerda esto.  Son dos principios increíbles: Dios te ama.  Dios te cuida.  Mencioné a mis hijos porque muchas veces pienso en cómo transmitirles que Dios es real.  Pienso en cómo enseñarles lo útil y práctico que resulta leer la palabra de Dios.  Todo esto porque sé, que los miedos simplemente se transforman pero nunca se acaban.  ¡Por eso Dios lo repite una y otra vez en su palabra que podemos confiar en Él!  Una y otra vez nos dice que está siempre dispuesto a escucharnos y a recibirnos para expresar todo lo que nos agobia.

Ahora estamos atravesando una de las peores pandemias que han existido en la historia.  Más de un millón de personas ha muerto y esta cifra simplemente seguirá creciendo.  Muchos millones de personas han perdido su empleo.  Los estimados ahora hablan de millones de personas regresando a niveles de pobreza extrema.  Los suicidios han subido.  La violencia familiar ha subido.  La depresión ha subido.  En general, tristemente son puras malas noticias.  Si Dios nos cuida, cómo es posible que permita esto.  Si Dios nos ama, por qué se ha muerto tanta gente por culpa de un virus.  La respuesta más honesta es: no lo sé.  Lo que sí sé es lo que la Biblia dice acerca de momentos difíciles o de situaciones como la de ahora.  Primero.  Sé que Dios no ha dejado de amarnos.  Sé que Dios no ha dejado de ofrecernos su refugio para guardarnos de todo lo que está pasando y poder sobrellevarlo.  Segundo.  Si lees el libro del Éxodo, puedes encontrar que Dios mandó varias plagas a Egipto para que dejaran libre al pueblo de Israel.  Pero hay un punto sumamente importante que muchas veces pasa desapercibido: Dios utilizó todas estas plagas para mostrarse no solo ante los judíos sino también ante los egipcios.  El mismo faraón reconoce que no hay otro dios como Jehová.  En el capítulo 9 versículo 20 dice cómo algunos funcionarios egipcios temieron la palabra de Jehová y fueron a cubrirse.  ¿Lo puedes ver?  A veces, este tipo de eventos sirven para aquellos que nunca hubiéramos imaginado que creerían en Dios terminen a sus pies.  Además, nos sirven a nosotros para recordar que tenemos un Dios que nunca nos abandona y siempre sus planes son mejores que los nuestros.

¿Cuáles son tus miedos?  Piénsalo.  Todos tenemos miedos sin importar nuestra edad.  Lo que no hacen todos es acudir a Aquél que nos ama y brinda refugio cuando tenemos esos miedos.

 

Oración

Padre: vengo a Ti para recibir tu amor y refugio.  Hay tantas cosas que no entiendo y simplemente te pido porque pueda confiar en Ti para seguir adelante.  Yo sé que tienes todo bajo control y tu amor nunca para.  Te pido por aquellos que me rodean y no te conocen para que pueda ser luz y vean tu increíble bondad y amor.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

5 oct 2020

Salmos 35:28 Con mi lengua proclamaré tu justicia, y todo el día te alabaré.


Después de todo un revoltijo de sentimientos, David termina con una gran enseñanza: al final, nuestro objetivo debe estar en Dios y no en nosotros.
  En todo este capítulo vimos cómo se enojaba, cómo exclamaba y gritaba, cómo pedía justicia y cómo la gente se burlaba de su situación.  Pidió a Dios que hiciera justicia.  Pidió a Dios que tomara cartas en el asunto.  Aprendimos que no debemos guardar nuestras emociones y que Dios no se va a enojar por expresar todas nuestras inconformidades.  Pero no terminó David ahí.  Terminó diciendo: proclamaré tu justicia y todo el día te alabaré.

Piensa en esto por un momento.

¿Cuántas veces nos quedamos solamente con la queja sobre nuestra situación?  ¿Cuántas veces acudimos a Dios solamente para que cambie lo que está pasando?

¿Cuántas veces solamente oramos para que la atención quede siempre en nosotros?

El sufrimiento nunca debe ser algo que busquemos evitar o evadir.  Las pruebas son las que nos hacen sacar a la luz lo que Dios quiere trabajar en nuestras vidas.  ¿Cómo entonces pedimos porque se acaben en lugar de pedir por entender lo que Dios quiere enseñarnos?  No te sientas mal.  Es natural reaccionar así.  De hecho, hay estudios que muestran que nuestra mente siempre busca la estabilidad, así que, cualquier evento o situación que rompa con esa estabilidad nos hará buscar acabarla lo antes posible.  Ahora recuerda, debemos vivir para el espíritu y no para el cuerpo.  Entonces, con el conocimiento que ya tienes, debes pensar en cómo reaccionar ante las circunstancias que atraviesas.  Medita sobre tus oraciones al respecto.  Medita sobre tu relación con Dios.  

En la biblia encontramos una descripción increíble de David: un hombre conforme al corazón de Dios.  ¿Cómo es posible esto?  ¡David fue un asesino y adúltero entre otras cosas!  Parte de la respuesta la encontramos en este último versículo pues habla justamente de lo que había en su corazón: deseos de alabar a Dios y buscar siempre Su voluntad por encima de la suya.  Si hacemos memoria en la vida de Jesús, también hace una oración similar el día antes de ir al calvario pidiendo a Dios Padre que, si es Su voluntad, no aconteciera lo que estaba establecido, pero termina pidiendo porque se haga conforme El considere mejor.  Nuevamente te animo a que medites en tus oraciones.  Tal vez estás pasando un mal momento.  ¿Cómo oras?  Insisto, no te sientas mal si has estado orando equivocadamente para que tus problemas se resuelvan.  ¡Es natural!  Pero ahora, no solamente debes orar por eso sino siempre buscando que, al final, sea la voluntad de Dios la que prevalezca y que todo tu ser sea transformado para Su gloria.

 

Oración

Señor: perdóname.  He pensado solo en mí y te he hecho a un lado.  Hoy quiero empezar a orar de manera que siempre busque alabarte y darte la gloria.  Te pido que pueda entender tu voluntad.  Que pueda entender lo que quieres cambiar en mí.  Te pido que las circunstancias no cambien hasta que entienda y sea transformado por Ti.  En Ti confío.  En Ti descanso.  En Ti sigo adelante.  En Cristo Jesús.  Amén.

14 sept 2020

Salmos 35:11-14 Se presentan testigos despiadados y yo me preguntan cosas que yo ignoro. Me devuelven mal por bien, y eso me hiere en el alma; pues cuando ellos enfermaban yo me vestía de luto, me afligía y ayunaba. ¡Ay, si pudiera retractarme de mis oraciones! Me vestía yo de luto como por un amigo o un hermano. Afligido, inclinaba la cabeza, como si llorara por mi madre.


Si lees el libro de Samuel capítulo 25 te encontrarás con la historia de  Nabal, Abigail y David.  En ese entonces David estaba huyendo de Saúl y le pide a su gente que vaya con Nabal y le pida parte de las provisiones que tenían.  Ellos se habían encargado de cuidar a los pastores de Nabal y nunca los habían molestado.  Ahora necesitaban ayuda y la pidieron de vuelta.  Los pastores llevaron el mensaje a Nabal y contestó refunfuñando y quejándose sobre lo que David pedía.  Como los pastores y servidores sabían que era necio, van con su esposa Abigail para explicarle la situación y ella decide ofrecer regalos y disculpas a la gente de David que ya se alistaban para matar a su esposo.

Este salmo que escribe David es algo por lo que todos, en algún momento u otro, debemos sentir.  Leíste bien: debemos.  ¿Por qué?  Porque quiere decir que estamos sirviendo y siguiendo el ejemplo de Jesús.  Esto, forzosamente nos expone a ser lastimados.  Nos expone a ser rechazados.  Nos expone a recibir señalamientos, burlas o desprecio.  Uno sirve, algunos responden mientras otros se dan la media vuelta.  David lo vivió.  Cristo lo vivió.  Tú y yo lo debemos vivir también.  Jesús nos dice en Mateo 20:27 que vino a servir y no a ser servido.  ¡Si Jesús vino a servir, cuánto más nosotros!  El pasaje de hoy explica lo que vivió David.  Le devolvieron mal por bien.  Nuestra razón nos diría que no sigamos haciendo lo bueno.  Que nos desquitemos.  Que busquemos venganza.  Dios nos pide que amemos, que perdonemos y que demos testimonio.  ¿Cómo lograrlo?  Simple.  A través del Espíritu Santo.  Solamente Él puede transformar lo que hay adentro de ti.  Por eso Jesús hizo tanto énfasis en sus encuentros con los religiosos.  Ustedes, les decía, solamente adoran de labios para afuera, pero su corazón está podrido.  El Espíritu Santo renueva nuestro corazón.  Permite que perdonemos, incluso cuando ni siquiera nos han pedido perdón.  Nos permite que amemos, incluso cuando nos han devuelto mal por bien.  No se trata de buscar en tu interior.  Tampoco de buscar la paz a través de alguna técnica obscura o mística.  Se trata de venir a los pies del Señor.  Postrarse ante Él y reconocer que sus planes son mejores que los nuestros.  Decirle que no entendemos por qué sucede lo que sucede pero queremos permanecer pegados a Él y seguir siendo transformados por su Espíritu.  

La vida no es fácil y la Biblia jamás nos miente acerca de ello.  ¡Al contrario!  Nos advierte que habrá aflicción.  Pero también nos llena de esperanza recordándonos que Cristo venció y ni la muerte pudo con Él.  Así que mantén tu esperanza y visión puestas en Él para seguir cada día buscando ser renovado por Su Espíritu y gozándote de vivir una vida plena aunque las circunstancias parecieran imposibles de superar.

Oración

Padre: gracias.  Vengo a tus pies, cansado, acabado y sin dirección.  Te pido que tu Espíritu Santo me renueve, me llene de Ti y de sentido y esperanza a mi vida.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

2 sept 2020

Salmos 35:7-10 Ya que sin motivo me tendieron una trampa, y sin motivo cavaron una fosa para mí, que la ruina los tome por sorpresa; que caigan en su propia trampa, en la fosa que ellos mismos cavaron. Así mi alma se alegrará en el Señor y se deleitará en su salvación; así todo mi ser exclamará: “¿Quién como Tú, Señor?” Tú libras de los poderosos a los pobres; a los pobres y necesitados libras de aquellos que los explotan.

Conforme mis hijos crecen, me voy dando cuenta de cómo su mente comienza a mejorar en conectar y comprender cosas nuevas.  Se cuestionan sobre la vida y la muerte.  Lo que es real y lo que no.  Poco a poco sus mentes van mejorando y toman mejores decisiones.  Poco a poco van controlando más sus emociones y desarrollando su parte intelectual.  De la misma forma que los niños crecen, nosotros debemos hacer lo mismo espiritualmente.  Debemos “conectar” cómo Dios está trabajando en nuestro corazón a través de tal o cual prueba.  Debemos controlar nuestros impulsos y dejar de actuar como lo hacíamos antes.  David no llegó a escribir esto de un día para otro.  No llegó a esta madurez sin haber atravesado una infinidad de pruebas.  Pon atención a sus palabras.  Lee el pasaje nuevamente.  Recuerda que el capítulo se ha tratado de las injusticias que atraviesa y cómo pide, mejor dicho, clama a Dios para que Él y no los deseos de David haga justicia.  En este pasaje vemos un clímax de David.  Una cúspide de entendimiento entre David y Dios.  Por eso David dice: todo mi ser exclamará, ¿quién como Tú Señor?  ¡Una madurez digna de admirar!  Primero, entiende sus circunstancias.  Segundo, se da cuenta y expresa lo que siente.  Tercero, clama a Dios porque sus emociones lo abruman.  Cuarto, analiza sus opciones.  Quinto, decide que prefiere dejar que el Señor se encargue en lugar de buscar opciones por sí mismo.  ¡Excelente proceso para toma de decisiones!  ¿Cómo tomas tus decisiones?  ¿Lo primero que se te ocurra o sientas?  ¿No haces nada y te guardas todo?  David nos deja un ejemplo perfecto a seguir.  Sin restricciones sobre nuestros sentimientos.  Sin restricciones para acudir a Dios y clamar.  ¡Lo que sí restringe y frena son sus deseos de venganza y justicia propia!  No guarda sus sentimientos ni actúa conforme a ellos.  Los pone a los pies del Señor y de ahí deja que todo se “acomode”.  No.  No es imposible.  Si sientes que no puedes hacerlo es porque tienes miedo a ser transformado.  Si piensas que no se puede es porque tu comprensión de Dios es de un dios muy poco capaz.  Empieza con algo.  Pequeño o grande pero algo.  Una vez que lo hagas, ¡no frenes!  Poco a poco.  Granito a granito.  Conforme avancen los días y luego los años podrás voltear atrás y darte cuenta de cuánto has crecido.  Podrás darte cuenta de cuánto te ha bendecido Dios por tomar mejores decisiones conforme a Su voluntad.  David lo hizo.  ¡Tú puedes hacerlo!

 

Oración

Padre: Tú todo lo puedes.  Quita esa duda de mi sentir y mi mente.  ¡Transfórmame!  Cada día quiero crecer espiritualmente.  Quiero aprender a tomar mejores decisiones.  Quiero aprender a seguir tus principios y gozarme sabiendo que son mejores que los míos.  ¡Gracias Dios!  En Cristo Jesús.  Amén.

26 ago 2020

Salmos 35:4-6 Queden confundidos y avergonzados los que procuran matarme; retrocedan humillados los que traman mi ruina. Sean como la paja en el viento, acosados por el ángel del Señor; sea su senda oscura y resbalosa, perseguidos por el ángel del Señor.

¡La religión ha echado a perder nuestra comunión con Dios!  Una de las mejores herramientas que utiliza Satanás es la religiosidad.  ¡Verdaderamente única su estrategia!  Nos hace pensar que somos buenos o que podemos llegar a ser buenos realizando ciertos actos.  ¡Mentira!  No somos buenos ni podemos ser buenos con nuestras acciones.  La biblia una y otra vez nos repite que la santidad llega por fe y no por obras.  Todo esto lo digo por el pasaje de hoy.  Lee nuevamente este pasaje y trata de ponerte en los pies de David.  Trata de entender su enojo.  Trata de sentir su coraje.  ¡Está siendo perseguido sin haber hecho nada!  ¡Lo quieren matar cuando solamente se ha dedicado a servir!  Los religiosos quieren que nos mantengamos sin decir nada.  Que pongamos una cara como si nada pasara y sigamos nuestro camino.  Mientras tanto, estoy convencido que Dios nos dejó este salmo de David para poder identificarnos con él.  Nos dejó estas palabras llenas de sentimiento para que sepamos que Dios nos entiende y no le es ajeno nuestro sentir.  Los religiosos no quieren que grites, te enojes, exclames o dejes que tus sentimientos exploten.  Dios no es así.  Lo que Dios te dice es: ¡Ven!  Desahoga todas tus emociones en mí.  Dame tu carga que es muy pesada y toma la mía que es ligera.  No dejes que tus emociones te consuman sino exprésalas, sácalas y entrégalas a mí.  ¿Te hace más sentido el pasaje?  ¿Te puedes identificar con esta circunstancia?  Enojarse no está mal.  Sentir rencor o coraje no está mal.  Insisto, Dios nos hizo así y sabe lo que traemos adentro de nuestro corazón.  Lo que está mal es desquitarnos con los que están con nosotros.  Lo que está mal es dejar que nuestros sentimientos se establezcan dentro de nuestro ser y echen raíces para nunca dejarnos vivir en paz.  Piénsalo.  Cuando no perdonamos o entregamos sentimientos de coraje a Dios, nosotros mismos somos los que se consumen por dentro.

David le pide a Dios que haga algo por él y que sus enemigos sean avergonzados, humillados y confundidos.  David no se quedó callado.  No quiso hacerse el religioso mostrando un semblante como si no pasara nada.  ¡Claro que pasa y sigue pasando!  Hoy hay matrimonios en la punta del divorcio y salen como si no pasara nada.  Hay personas que hablan detrás de otras y salen como si no pasara nada.  La vida está llena de momentos y situaciones complicadas.  La vida está llena de emociones agradables y desagradables.  La religiosidad nos hace pensar que todo debe estar siempre “bien”, mientras que Dios nos enseña que es normal tener sentimientos y querer “explotar”.

Saca todo lo que traes y tráelo al Señor.  Él no te va a dar la espalda.  Al contrario, quiere que su paz te llene en sobre manera.

 

Oración

Señor: no entiendo por qué pasan las cosas pero lo que hoy entiendo es que puedo venir a tus pies para entregarte mis sentimientos y recibir tu paz.  Lléname de Ti y quita todo lo que echa raíz de amargura, odio y coraje.  No quiero estar pensando en desquitarme sino en depender más de Ti.  En Cristo Jesús.  Amén 

11 ago 2020

Salmo 35:1-3 Defiéndeme, Señor, de los que me atacan; combate a los que me combaten. Toma tu adarga, tu escudo y acude en mi ayuda. Empuña lanza y el hacha, y haz frente a los que me persiguen. Quiero oírte decir: Yo soy tu salvación.

Muchos de ustedes saben que hace algunos años empecé una página de Tiempo con Dios en Facebook.  A veces pongo un link donde están los devocionales como este y, la mayoría de las veces, solamente algún versículo o pensamiento.  Inmediatamente puedo ver qué tipo de versículos son los que más respuesta tienen de la gente.  ¿Cuáles son?  Los que traen esperanza.  Rápidamente la gente los comparte y le dan click a “me gusta”.  Sin embargo, pasajes más complicados como el de hoy, normalmente no tienen tanto “éxito”.  ¿Por qué?  Yo pienso que tiene que ver con nuestro orgullo.  Cuando alguien me ataca, dicho de otra manera: hablan mal de mí, me roban, me critican, me juzgan, me excluyen, abusan, o cualquier otra forma similar, lo primero que queremos hacer es desquitarnos.  Si no eres de aquellos que quiere desquitarte, probablemente seas de los que simplemente “huye” y no vuelve a ver o confiar en esas personas.  El pasaje de hoy nos enseña a depender más de Dios y menos de nosotros.  Más en su justicia y menos en la nuestra.  Más en su defensa y menos en la nuestra.  Por esta razón pienso que a la gente no le gusta tanto leer, aceptar y compartir estos pasajes.  Significa sacrificar tu yo.  Es poner en la cruz a tu orgullo y a tus deseos para que Dios realmente tome el control de lo que sigue.

David fue perseguido por Saúl para matarlo.  En dos ocasiones David tuvo la oportunidad de matar a Saúl y tomar el reino que Dios le había ya prometido y ungido.  Sin embargo, David sabía que Dios sería el encargado de decidir sobre los tiempos y formas.  ¡Increíble!  Este Salmo que escribe David expone lo más profundo de su corazón.  Quiere que la voluntad de Dios esté por encima de la suya.  Lo mismo debemos hacer nosotros.  ¿Tienes coraje, rencor, odio, celos, ira, amargura, etc.?  Entrégalo a Dios.  Trae esos sentimientos a los pies del Señor y no dejes que dominen tus emociones.  ¡No dejes que te consuman por dentro e interrumpan tu comunión con Dios!  Lee nuevamente el pasaje.  Date cuenta cómo David le pide a Dios que tome escudo, lanza y hacha.  No le pide a Dios que vaya a platicar.  ¡Pide que haga justicia!  Probablemente con desesperación.  Tal vez ansias.  ¡Defiéndeme Señor!  ¡Háblame y recuérdame que solamente Tú eres mi Salvación!

Medita en esto por un momento.  

Todos pasamos por alguna injusticia que nos gustaría “arreglar” a nuestra manera.  Hoy Dios te dice que lo mejor que puedes hacer es dejar que El se encargue de todo.  Deja que Él haga justicia y deja todo eso que has venido cargando a sus pies.

 

Oración

Señor: te entrego todos estos deseos y emociones que roban mi paz.  Te pido que pueda entender este pasaje y que mi corazón esté alineado al tuyo.  Quiero buscar tu camino y tu justicia por encima del mío y la mía.  No me permitas apartarme de Ti y caer en la tentación de “arreglar” todo a mi manera.  En Cristo Jesús.  Amén 

6 ago 2020

Salmo 34:21-22 La maldad destruye a los malvados; serán condenados los enemigos de los justos. El Señor libra a sus siervos; no serán condenados los que en él confían.

Tiene más de 20 años que tuve una conversación que no puedo olvidar.  Platicando sobre Dios, la necesidad de arrepentirnos y perdonar, la persona con quien hablaba me dijo: cuando muera y esté frente a Dios, le voy a decir: Señor ten misericordia de mí.  Suena muy bonito, pensé, pero el momento es totalmente equivocado.  ¡La gracia y misericordia de Dios solamente la podemos pedir mientras estemos vivos!  Una vez que morimos ya no hay oportunidad de “platicar” con Dios.  El único que hablará es Jesús, ya sea para interceder o dejar que recibamos juicio.  ¡Esa es la realidad!  Dios no nos preguntó qué nos parece su plan.  No nos preguntó si estamos o no de acuerdo.  Así lo estableció y así nos toca aceptarlo.  Tristemente, como seguidores de Jesús, no entendemos la profundidad de esto.  Pon atención a lo que dice el pasaje de hoy.  La maldad destruye a los malvados y serán condenados.  ¿Quién es el que condena?  Dios.  ¿Quién es el único que puede ayudarnos?  Cristo.  Juan 14:6 dice que Cristo es el camino, la verdad y la vida.  Nadie puede acercarse a Dios Padre sin Su intercesión.  Mientras que somos redimidos por gracia y misericordia, hay personas que serán condenadas.  Tal vez personas que conocemos, queremos y estimamos.  ¡Debemos abrir los ojos a la gran necesidad de compartir el evangelio!  Empieza en tu casa.  Con tu familia.  Con tus amigos.  Con tus vecinos.  No podemos ni debemos quedarnos con la gran bendición de no ser condenados mientras otros van directo a esa condenación.

El día de hoy vi un video que pedía a Dios que frenara esta pandemia.  Que eliminara el virus.  Que se proclamara Dios como salvador y Todopoderoso que es, curando a todos y frenando este problema.  Así como mi ejemplo anterior, sonaba muy bonito, pero la realidad es que esto no es necesariamente bíblico.  ¿Por qué pensamos que cuando pasa algo malo debemos detenerlo?  ¿No utilizó Dios a Nabucodonosor para conquistar al pueblo judío y, hacer de una tragedia, un verdadero milagro cuando Daniel llega a ser segundo al trono?  Yo pienso que no debemos orar para que esta pandemia termine sino para que más personas reconozcan la necesidad de ser perdonados.  Orar para que podamos compartir con la gente que, ni el trabajo, ni el dinero ni la salud son buenas herramientas para vivir tranquilo y con bases sólidas.  ¡Solamente Dios es inmutable!  Solamente en Dios podemos realmente descansar.

Hoy es un tiempo especial en el que debemos aprovechar que la gente está ávida de respuestas, soluciones, sentido a lo que viven y compartir que Cristo los ama y tiene un plan especial para sus vidas.  Hoy es un tiempo de entender que con el juicio de Dios no se juega ni debe tomarse a la ligera pues es real.  

 

Oración

Dios: yo no quiero ser condenado.  Yo quiero ir a tu presencia al morir.  Yo no quiero vivir separado de Ti.  Yo no quiero seguir viviendo igual.  No quiero seguir poniendo mi paz y seguridad en lo que hoy veo que se derrumba en un instante.  Quiero vivir con tu paz, con tu amor y con la seguridad que Tú me amas y siempre estás ahí.  Perdóname.  Límpiame.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

27 jul 2020

Salmos 34:18-20 El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido. Muchas son las angustias del justo, pero el Señor lo librará de todas ellas; le protegerá todos los huesos, y ni uno solo le quebrarán.

Estos últimos días he estado leyendo Crónicas y, entre ayer y hoy Esdras.  Es increíble ver cómo Dios es muy paciente y constante al repetirnos algo muy simple: si me obedecen y no se apartan de mí, Yo los bendeciré y siempre estaré con ustedes.  Pero la historia nos muestra que una y otra vez, el pueblo de Israel se apartaba y comenzaban a adorar a otros dioses.  Finalmente Dios termina entregándolos a Nabucodonosor y se terminan sus oportunidades.  Sin embargo, esto no quiere decir que dejó de estar con ellos.  Esto no quiere decir que no escuchó más sus oraciones.  Vuelve a leer el pasaje con esta nueva perspectiva.  Estar abatido, angustiado y quebrantado de corazón, no significa estar lejos de Dios.  No significa que Dios no escucha tus oraciones.  No significa que ya no te ama.  ¿Qué significa entonces?  Aunque resulta imposible encerrar a Dios y pensar que podemos entender todo lo que hace, me aventuraré a dar dos posibles opciones que casi siempre me parecen certeras.  La primera tiene que ver simplemente con la consecuencia de nuestros hechos. Terminamos acabados porque tomamos malas decisiones y no porque Dios es malo.  La segunda no tiene nada que ver con nuestras decisiones y todo que ver con los planes de Dios para perfeccionarnos.  Por ejemplo: ahora con la pandemia del Coronavirus, muchos han perdido su empleo.  De un día para otro, su fuente de ingreso se terminó.  No hicieron nada malo y tomaron malas decisiones.  De todas maneras, están pasando un mal momento.  Es en estos momentos cuando las pruebas nos hacen acercarnos más a Él y desprendernos más de nosotros.  ¿Lo puedes ver?  ¿Te puedes identificar?  Mientras Satanás quiere engañarnos haciéndonos pensar que estamos mal y que Dios no le interesa hablar con nosotros o que ya se ha olvidado de mí pues no soy nada; Él está ahí esperando que lleguemos de rodillas para levantarnos y darnos su carga que es ligera mientras nosotros le entregamos la nuestra.  

Me parece que mucho de lo que sufrimos está basado en la cultura que vivimos.  Nos hacen pensar que aquellos que se portan bien, los buenos, siempre estarán bien.  ¡Mentira!  La biblia, en el pasaje de hoy nos enseña que eso no es cierto.  El justo también puede tener momentos difíciles.  El que obedece al Señor también puede terminar abatido de corazón.  El que ama a Dios también puede estar angustiado.  ¡Lo importante es no olvidar que nuestro Dios no nos ha abandonado!  Lo importante es recordar que está cerca de nosotros y siempre nos librará de lo que parece que no tiene solución.

 

Oración

Señor: no entiendo muchas cosas que suceden.  También entiendo que he tomado muchas decisiones malas.  Hoy vengo a pedirte perdón.  Vengo a darte las gracias porque estás conmigo y luchas por mí.  No quiero apartarme de Ti y te pido por fortaleza para ver cómo haces milagros en mi vida.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén.