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6 jul 2020

Salmos 34:15-17 Los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos, atentos a sus oraciones; el rostro del Señor está contra los que hacen el mal para borrar de la tierra su memoria. Los justos claman y el Señor los oye; los libra de todas sus angustias.

¿Alguna vez has sentido que Dios está lejos?  Esos momentos donde parece que las cosas no están bien y, para empeorar todo, sentimos que nuestras oraciones no toman forma y no son escuchadas.  Pon mucha atención.  Esto es obra de Satanás queriendo engañarte.  ¡Por eso le llaman el engañador (Apocalipsis 12:9)!  Así como engañó a Eva y engaña al mundo entero, quiere engañarte a ti.  ¡Por eso la biblia nos dice claramente que nuestras batallas son espirituales!  No podemos ir como si todo en este mundo es lo que vemos y tocamos.  La realidad es que Satanás existe y quiere, día y noche, romper tu relación con Dios.  Alejarte de Él.  Desanimarte.  Frenar tu transformación.  Por esta razón es importantísimo leer la biblia.  Aunque sea un pasaje diario.  Un capítulo.  Una página.  Que no pase un día sin acudir a los pies de Dios y escuchar su instrucción.

Lee el pasaje nuevamente.

¿Qué te quiere decir Dios hoy?  Compara estas palabras con los engaños de Satanás.  Mientras él quiere hacernos pensar que Dios está lejos y no merecemos su atención, Él nos dice que está puesta su mirada en nosotros y sus oídos atentos para escucharnos.  ¿A quién le creemos entonces?  ¿A nuestros sentimientos o a Dios?  ¡Obviamente a Dios!  Me encanta que dice: los justos claman y el Señor los oye; los libra de todas sus angustias.  ¡Clama a Dios!  No escondas tus sentimientos.  No te quedes callado.  Dios tiene sus oídos listos para escuchar lo que tengas que decirle.  No pienses que ya lo sabe o que no le interesa.  ¡Habla con Él!  ¿Qué padre no quiere escuchar a su hijo?

Ahora, hay un punto sumamente importante en este pasaje.  Dice que ve y escucha a los justos.  ¿Quiénes son los justos?  La biblia nos enseña que los justos son aquellos que han reconocido sus pecados y necesidad de ser perdonados a través del sacrificio de Jesús en la cruz.  Primero pregúntate si has tomado este primer paso.  ¿Realmente has reconocido tu necesidad de ser perdonado, de ser justificado?  ¿Es Cristo el Señor de tu vida?  Entonces ahora ven a Él.  Pide perdón por tus pecados.  Trae todas tus cargas a Sus pies.  Trae todas tus preguntas.  Trae todos tus sentimientos y no dejes nada guardado.  Pide para que puedas tener paz y entendimiento.  Pide para que puedas ver las cosas con Su perspectiva por encima de la tuya.  Pide para que puedas estar tranquilo sabiendo que Él se encargará de librarte de cualquier situación.  Pide, sobre todo, para que Dios se manifieste en tu vida y otras personas puedan ver los milagros que hace en aquellos que confiamos en Él.  Pide para que, su voluntad se haga por encima de la tuya y que puedas estar gozoso sabiendo que Él siempre ve por lo mejor para ti y los que te rodean.

Lee el pasaje una última vez y medita en él con esta nueva perspectiva.

Oración

Padre: quiero entender que tu voluntad siempre es buena.  No entiendo lo que sucede pero sí sé que puedo confiar en Ti.  Hoy clamo a Ti para que me rescates.  Hoy te pido que escuches mi oración y tu paz inunde mi corazón.  Te lo pido en Cristo Jesús.

Amén.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente disertación del Texto de Salmos 24:15_17.

Un Tiempo con Dios dijo...

No dudes compartirlo!
Saludos y bendiciones