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5 oct 2020

Salmos 35:28 Con mi lengua proclamaré tu justicia, y todo el día te alabaré.


Después de todo un revoltijo de sentimientos, David termina con una gran enseñanza: al final, nuestro objetivo debe estar en Dios y no en nosotros.
  En todo este capítulo vimos cómo se enojaba, cómo exclamaba y gritaba, cómo pedía justicia y cómo la gente se burlaba de su situación.  Pidió a Dios que hiciera justicia.  Pidió a Dios que tomara cartas en el asunto.  Aprendimos que no debemos guardar nuestras emociones y que Dios no se va a enojar por expresar todas nuestras inconformidades.  Pero no terminó David ahí.  Terminó diciendo: proclamaré tu justicia y todo el día te alabaré.

Piensa en esto por un momento.

¿Cuántas veces nos quedamos solamente con la queja sobre nuestra situación?  ¿Cuántas veces acudimos a Dios solamente para que cambie lo que está pasando?

¿Cuántas veces solamente oramos para que la atención quede siempre en nosotros?

El sufrimiento nunca debe ser algo que busquemos evitar o evadir.  Las pruebas son las que nos hacen sacar a la luz lo que Dios quiere trabajar en nuestras vidas.  ¿Cómo entonces pedimos porque se acaben en lugar de pedir por entender lo que Dios quiere enseñarnos?  No te sientas mal.  Es natural reaccionar así.  De hecho, hay estudios que muestran que nuestra mente siempre busca la estabilidad, así que, cualquier evento o situación que rompa con esa estabilidad nos hará buscar acabarla lo antes posible.  Ahora recuerda, debemos vivir para el espíritu y no para el cuerpo.  Entonces, con el conocimiento que ya tienes, debes pensar en cómo reaccionar ante las circunstancias que atraviesas.  Medita sobre tus oraciones al respecto.  Medita sobre tu relación con Dios.  

En la biblia encontramos una descripción increíble de David: un hombre conforme al corazón de Dios.  ¿Cómo es posible esto?  ¡David fue un asesino y adúltero entre otras cosas!  Parte de la respuesta la encontramos en este último versículo pues habla justamente de lo que había en su corazón: deseos de alabar a Dios y buscar siempre Su voluntad por encima de la suya.  Si hacemos memoria en la vida de Jesús, también hace una oración similar el día antes de ir al calvario pidiendo a Dios Padre que, si es Su voluntad, no aconteciera lo que estaba establecido, pero termina pidiendo porque se haga conforme El considere mejor.  Nuevamente te animo a que medites en tus oraciones.  Tal vez estás pasando un mal momento.  ¿Cómo oras?  Insisto, no te sientas mal si has estado orando equivocadamente para que tus problemas se resuelvan.  ¡Es natural!  Pero ahora, no solamente debes orar por eso sino siempre buscando que, al final, sea la voluntad de Dios la que prevalezca y que todo tu ser sea transformado para Su gloria.

 

Oración

Señor: perdóname.  He pensado solo en mí y te he hecho a un lado.  Hoy quiero empezar a orar de manera que siempre busque alabarte y darte la gloria.  Te pido que pueda entender tu voluntad.  Que pueda entender lo que quieres cambiar en mí.  Te pido que las circunstancias no cambien hasta que entienda y sea transformado por Ti.  En Ti confío.  En Ti descanso.  En Ti sigo adelante.  En Cristo Jesús.  Amén.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Muy buenas noches que Dios lo bendiga,disfruto mucho sus comentarios y me ayudan a entender mejor lo que la palabra de Dios dice,y queria preguntarle porque no tiene comentarios de el Salmo 35 del versículo 19 al 27,le envió muchos saludos y que Dios lo siga usando como hasta ahora 🙏🙏🙏

Un Tiempo con Dios dijo...

Hola y muchas gracias por escribir y tus palabras tan alentadoras.
Cuando no escribo sobre algún versículo normalmente es porque siento que se está repitiendo algún tema que ya escribí anteriormente o que es complicado explicar por escrito y sin que sea muy largo.
Saludos y bendiciones!