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2 nov 2020

Salmos 36:10 Extiende tu misericordia a los que te conocen y tu justicia a los rectos de corazón.

Cuando traen a la mujer ante Jesús y la acusan de ser adúltera, la respuesta de Jesús es que, aquél que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.  Poco a poco se fueron retirando todos los que la acusaban y los que estaban de espectadores hasta que quedaron Jesús y ella solos.  ¿Quién no necesita misericordia?

Aunque no estoy de acuerdo con las personas que piensan que el Dios del antiguo testamento es más bélico que el del nuevo testamento, definitivamente hay mucho énfasis en las consecuencias al desobedecer los mandamientos de Dios.  Ahora estoy leyendo Deuteronomio y la cantidad de instrucciones que les da Dios para entrar a la tierra prometida son increíbles.  Verdaderamente te hacen entender el por qué existían, y existen, los fariseos y religiosos.  Las consecuencias de cometer alguna falta podían terminar en la persona siendo lapidada.  Sin embargo, en lugar de espantarme y pensar que son dioses diferentes divididos o incongruentes, entiendo muy bien que Dios nos expresa claramente la gravedad de nuestro pecado.  Es evidente la falta de tolerancia de Dios hacia el pecado.  No hay margen de error.  Cometías una falta “grave” y, básicamente el pueblo tenía todo el derecho de matarte.  La biblia dice que todo esto era: para apartar el mal de ti.  Por esto, cuando Jesús les dice: el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra, se vuelve revolucionario.

Lee el versículo nuevamente.

¡Extiende tu misericordia!  Esta es la conexión que la gente no quiere ver en Dios.  Ya sea en el antiguo o nuevo testamento, Dios es siempre constante en nuestra necesidad de recibir su misericordia.  Si bien, una vez que recibimos a Cristo somos hechos hijos de Dios, no debemos olvidar nuestra necesidad de recibir misericordia constantemente.  Piénsalo.  ¿Cuántas veces pecas al día?  Utiliza el parámetro que nos dejó Jesús.  Personalmente muchas.  Quiero pensar que cada vez menos pero sigo cayendo en errores.  Lo malo es que nos acostumbramos a sentirnos redimidos y olvidamos que, de no ser por esa gracia que es extendida a nosotros, simplemente no mereceríamos tener comunión con Dios.

Ahora que la política está tomando un tono tan divisivo, es muy importante recordar este principio: necesitamos que Dios extienda su misericordia y justicia pues no somos dignos de Él.  No critiques ni juzgues sino ama así como te ama y perdona el Señor.  Esa misericordia que recibes, compártela con aquellos que tampoco la merecen.

 

Oración:

Padre: ayúdame a amar como tú me amas y a extender tu misericordia al igual que la extiendes a mí.  Perdona mis pecados y no permitas que mi orgullo se interponga en mi relación contigo.  Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hermosa palabra nos hace sentirnos mejor el tener lo que no debíamos merecer misericordia aprendamos a amar como El nos amo un amor incondicional
Gracias padre Celestial

Un Tiempo con Dios dijo...

¡Amén!
Gracias por tu comentario