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21 dic 2011

Hechos 16:35-40


Al amanecer, los magistrados mandaron a unos guardias al carcelero con esta orden: Suelta a esos hombres.  Pero Pablo respondió a los guardias: ¿Cómo? A nosotros, que somos ciudadanos romanos, que nos han azotado públicamente y sin proceso alguno, y nos han echado en la cárcel, ¿ahora quieren expulsarnos a escondidas?  ¡Nada de eso!  Que vengan ellos personalmente a escoltarnos hasta la salida.  Los guardias comunicaron la respuesta a los magistrados.  Éstos tuvieron miedo cuando oyeron que Pablo y Silas eran ciudadanos romanos, así que fueron a presentarles sus disculpas.  Los escoltaron desde la cárcel, pidiéndoles que se fueran de la ciudad.  Al salir de la cárcel, Pablo y Silas se dirigieron a la casa de Lidia donde se vieron con los hermanos  los animaron.  Después se fueron.



Todo tiene un ciclo.  Si bien, el día de ayer vemos que Pablo y Silas tenían un respiro de lo que estaban viviendo en la cárcel, ellos seguían presos.  Seguían sin saber qué sucedería con ellos.  El guardia los había sanado y les había ayudado a pasar un mejor rato, pero vemos que al día siguiente, ellos siguen en la cárcel.  Nos gusta pensar que Dios se encargará de evitar cualquier problema en nuestra vida.  En la cultura occidental, tenemos impuesta la idea de cómo debe ser la vida perfecta.  Implica mucho dinero, una linda casa, una familia y un padre exitoso.  Ve por un momento los reality shows, películas y demás programas de tv y te podrás dar cuenta que esto es lo que se promueve.  Nosotros como seguidores de Jesús, en lugar de renovar nuestra mente y nuestro entendimiento como lo dice la palabra, queremos trasladar esas ideas y esa cultura e implantarla en las promesas de la biblia.  ¡Por eso hace corto circuito y no entendemos lo que nos pasa!  Queremos entender lo espiritual y divino utilizando herramientas carnales y del mundo.  ¿No te parece ilógico?  ¡Por supuesto que lo es!  Por eso el evangelio hace tanto énfasis en que permanezcamos en Él.  Que escudriñemos su palabra.  Que oremos sin cesar.  Que permanezcamos fieles.  Porque sabe que todo lo que está a nuestro alrededor estorba nuestra comunión con Él.
Dios está buscando “pulir” tu corazón.  Está transformando y renovando tu entendimiento.  Quiere moldear tu mente para que pienses y actúes como Jesús.  Para ello, es necesario “extirpar” todas tus mañas y costumbres que le estorban.  En ocasiones, esto implica atravesar momentos que no parecen gratos y son llenos de incertidumbre y dolor.  En nuestro proceso debemos atravesar por cárceles y lidiar con magistrados corruptos y carceleros que sanen nuestras heridas.  Es parte del plan de Dios y es lo que necesitamos para ser transformados.  Pero hoy, en los versículos que escribí podemos ver que todo tiene un ciclo.  Al día siguiente, los magistrados fueron, se disculparon y los escoltaron a la salida de la cárcel.  Así, un día, las cosas cambian.  Lo que debes preguntarte es ¿qué estoy haciendo mientras tanto?  ¿Estás dejando que Dios renueve tu corazón?  ¿Qué diría hoy Dios de tu actitud?  ¿Qué diría el Señor de tu entrega?  Si algo debe preocuparnos es el quitarle a Dios el trono de nuestra vida.

Oración
Señor: toma el trono de mi vida.  Reina en mi vida y que sea tu voluntad en mí.  Hoy entiendo que debo renovar mi mente y mi corazón y te los entrego para que los transformes a tu manera.  Perdona mis pecados.  Perdona que te de la espalda.  Hoy vengo a ti humillado pidiendo reconciliarme contigo.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

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