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11 ago 2009

Santiago 2:12-13



Hablen y pórtense como quienes han de ser juzgados por la ley que nos da libertad, porque habrá juicio sin compasión para el que actúe sin compasión. ¡La compasión triunfa en el juicio!

Otra palabra que se utiliza para compasión es misericordia. Por pura compasión o misericordia, Jesús murió para poder reconciliarte con Dios Padre. Fue su amor tan grande lo que llevó al hijo unigénito a morir crucificado y cargar con la pena de todos los pecadores.
¿Entiendes bien lo que ha hecho Dios por ti? ¡Tuvo y tiene compasión! Si algo he aprendido en mi crecimiento espiritual es que yo no he hecho absolutamente nada para que Dios se fijara en mí. No hay nada que pueda ofrecerle que no tenga y no hay nada en mí que pueda compararse con su santidad y perfección. Al comprender esto, me motiva a cambiar mi vida y comenzar a obedecer incluso en las áreas que no quiero, “hablen y pórtense como quienes han de ser juzgados por la ley de libertad”. No importa ya lo que yo quiero o deseo, ahora importa lo que Dios quiere de mí. Parece un tanto exagerado hacer a un lado mis deseos y poner los de Cristo primero, pero si a alguien he de confiar todo mi ser, es en Jehová.
Estoy convencido que Dios Padre me ha perdonado pues he aceptado a Cristo como mi redentor. Pero también sé que otras personas no lo han hecho aún y por esta razón se encuentran sujetos a lo que el versículo describe como un juicio sin compasión. A veces nos concentramos tanto en nuestra propia vida, que se nos olvidan aquellas personas que todavía no conocen al Señor y que por consecuencia, no llevan una vida de libertad y peor aún, serán llevadas al juicio sin compasión. Es tu responsabilidad compartir a Jesús. Comunica a las demás personas lo que Dios está haciendo en tu vida y dales la oportunidad de que experimenten lo mismo en las suyas.
Hablen y pórtense como los que son llevados al juicio de misericordia. Hay dos formas de hablar y de comportarse: la tuya y la de Dios. No se parecen en nada y definitivamente no se pueden mezclar. ¿Qué sale de tu boca? ¿Qué dicen tus actos? ¿Te estás comportando como alguien que entiende lo que es la misericordia?
Dios te ama, te perdona y te busca en todo momento. ¡Entiende lo que es misericordia! ¡Nadie merece que el Señor lo esté buscando y perdonando! Es pura compasión y amor de Dios hacia nosotros. ¡Compórtate como si lo entendieras! Habla como si lo entendieras. Actúa como si lo entendieras. Es momento de dejar a un lado “tu manera”.

Oración
Dios: perdona que no he hablado ni me he comportado como es digno de alguien que te conoce. Ayúdame a entender tu misericordia hacia mí y permite que la pueda vivir y transmitir a los demás. Quiero hacer a un lado mi voluntad y mi manera para vivir la tuya. Quiero hablar y comportarme como aquellos que han entendido que somos llevados al juicio de libertad. En el nombre de Jesús lo pido.
Amén