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22 ago 2023

Salmos 48:13-14 Caminen alrededor de Sión, den una vuelta por ella y cuenten sus torres. Observen bien sus murallas y examinen sus fortificaciones, para que se lo cuenten a las generaciones futuras.


Los versículos anteriores hacen referencia a un momento en el que Dios rescató a Jerusalén de un ataque de manera milagrosa.  Concluye el salmo pidiendo que cada uno de los que están escuchando, voltee a su alrededor y abra los ojos al milagro que presenciaron.  Vean cómo está la ciudad.  Vean que siguen vivos.  Vean que no pasó nada pues el Señor se encargó de protegerlos.  En pocas palabras les dice: reconozcan el milagro que hizo Dios.  Una vez hecho esto, les dan otra instrucción: ahora cuéntenselo a las siguientes generaciones.  Hasta aquí todo parece muy fácil de entender y hacer, sin embargo, la realidad es diferente.  Si lees los libros de Reyes y Crónicas, te puedes dar cuenta de cuánto cambiaban las cosas de una generación a otra.  Una generación obedecía a Dios y eran bendecidos grandemente.  ¿La siguiente?  Pareciera que nadie les habló de Dios y terminan cometiendo actos abominables para el Señor y terminan siendo castigados.  ¿Por qué pasan estas cosas?  No es tan complicado hablar de lo que Dios hizo y pasarlo a la siguiente generación.  No debería ser tan cambiante una generación de otra pero la realidad es que lo es.  De hecho, en los negocios es común que las siguientes generaciones terminen destruyendo lo que los fundadores crearon.  ¿Por qué pasa esto?  Pienso que una de las variables principales es la falta de sufrimiento.  Leíste bien.  Normalmente, los que más sufren y los que atravesaron mayores dificultades son aquellos que valoran más lo que logran y adquieren.  Recordemos a David como ejemplo.  Fue ungido para ser rey pero antes de eso Dios lo tuvo como pastor de ovejas.  Posteriormente fue perseguido por Saúl para ser asesinado.  ¡Cómo no iba a valorar un tiempo de paz pues Dios lo rescató de tantas circunstancias adversas!  Piensa en Job y cómo, después de haber sufrido tanto le dice a Dios que antes solamente le había oído, pero ahora le puede ver (Job 42:5).  El hijo de David, la persona más sabia que ha existido en la historia, terminó teniendo cientos de mujeres que lo apartaron de Dios y sus principios para terminar con actos detestables para el Señor.  Obviamente no puedo asegurar que, si Salomón hubiera sufrido más, no hubiera cometido tantas atrocidades, lo que quiero decir es que, cuando pasamos por pruebas y momentos difíciles, nuestro carácter se forja de manera más fuerte basado en la dependencia de Jesús para mantenernos firmes.  Es en la pruebas cuando entendemos que somos las ramas y Jesús la vid pero como padres a veces queremos evitar que los hijos sufran y puedan experimentar esto en sus vidas.

Ya sea que eres abuelo, padre o hijo, entiende la importancia de transmitir todo lo que es Dios y sus milagros a las siguientes generaciones.  ¡Entiende el impacto que tiene!  Lee nuevamente el pasaje.  Ahora observa tu vida y todo lo que te rodea.  ¿Hay milagros que debas contar a las generaciones futuras?

 

Oración

Padre: gracias por tantos milagros en mi vida.  Gracias por mostrarte poderoso cuando yo soy débil.  Gracias por tu fuerza y dirección cuando yo no sé cómo seguir adelante.  Guíame para poder compartirte con las siguientes generaciones.  Guíame para que mis hijos te amen más de lo que yo te amo y puedan disfrutar de una relación contigo por convicción propia pues han probado de lo que eres capaz.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén.

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