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1 ago 2022

Salmos 41:10-12 Pero tú Señor, compadécete de mí; haz que vuelva a levantarme para darles su merecido. En esto sabré que te he agradado: en que mi enemigo no triunfe sobre mí. Por mi integridad habrás de sostenerme, y en tu presencia me mantendré para siempre.



Me da mucha tristeza cuánta gente es confundida con predicaciones e ideas sobre Dios y la biblia que no están bien sustentadas.  Predicaciones que hacen creer que todo estará bien, que siempre habrá más, que los sufrimientos cesarán y, que aquellos que hacen el mal, inmediatamente tienen su castigo.  ¡Mentira!  En esta vida la biblia es muy clara cuando nos dice que tendremos aflicción.  Nos dice que baste a cada día su propio mal.  Nos dice que todos aquellos que seguimos a Jesús seremos señalados, perseguidos y puestos en diferentes pruebas.  ¿Por qué y para qué enfocarnos en promesas sin sentido?  Todo esto lo digo por el pasaje de hoy.  Vuelve a leerlo con calma.  David expone sus sentimientos y deseos pidiendo a Dios que lo ayudara y que sus enemigos no triunfaran.  ¿Esto quiere decir que Dios puede hacer que mis enemigos no triunfen sobre mí?  Sí y no.  Sí lo puede hacer más no necesariamente lo va a hacer.  Muchos de nosotros viviremos sin ver la justicia de Dios.  Muchos morirán viendo a aquellos que les hicieron daño (enemigos) con una vida que pareciera muy buena y ventajosa.  ¿Cómo es posible?  ¿Por qué Dios permite esto?  Me encantaría tener una respuesta satisfactoria, pero lo único que puedo decirte es que Dios es perfecto y sabe más que tú o yo para la decisión de sus planes.  Habrá ocasiones en que veamos una consecuencia a los que hacen el mal y habrá otras en las que no.  La justicia no llega cuando nosotros pensamos o queremos.  La justicia llega cuando Dios lo decide.  Ahora, el hecho de que no la veamos no quiere decir que no exista o que no llegue.  Basta leer el apocalipsis para darnos cuenta de que absolutamente nadie se escapará de la ira de Dios.  ¡La gente le va a gritar a las montañas que caigan sobre ellos para esconderlos de la ira de Dios!

Las promesas de Dios que no debemos olvidar son: su amor incondicional, los frutos de su Espíritu que mora en nosotros, la paz que abunda sin importar las circunstancias, el fundamento y dirección que da a nuestra vida, entre muchas otras.  ¡Esto es lo que debemos estar pidiendo constantemente!  Claro que duele cuando nos lastiman.  Claro que no es agradable sufrir y ver que aquellos que nos hicieron daño vivan como si no ha pasado nada, sin embargo, debemos vivir confiados en que, ya sea que lo veamos o no, Dios siempre se encargará de hacer lo correcto y traer justicia perfecta.

 

Oración 

Señor: perdóname.  He estado buscando venganza cuando lo que necesito es pedir porque tu amor y perdón llenen mi corazón.  Ahora entiendo que Tú tienes el control y Tú estableces la justicia en tus tiempos.  Perdona mis pecados y no permitas que me aparte de ti o me confunda por las circunstancias que atraviese.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén. 

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