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8 jun 2022

Salmos 41:1-3 Dichoso el que piensa en el débil; el Señor lo librará en el día de la desgracia. El Señor lo protegerá y mantendrá con vida; lo hará dichoso en la tierra y no lo entregará al capricho de sus adversarios. El Señor lo confortará cuando esté enfermo; lo alentará en el lecho del dolor.


Es muy triste ver cómo la gente no entiende el inmenso valor que tiene la palabra de Dios.  Preferimos escuchar y leer lo que dicen los últimos estudios, análisis y tendencias en lugar de acudir a la base y fundamento de todo. Digo esto por el pasaje de hoy.  Lee la primera parte.  Dichoso el que piensa en el débil.  En otras palabras, es muy bueno tener empatía y, es mejor dar que recibir.  Cuando la gente lee esto en alguna revista, le pone atención y piensa que el hombre es muy sabio.  Cuando lo leemos en la palabra de Dios nos ayuda a entender la grandeza del Señor y lo increíble que es su sabiduría.  Ahora, qué involucra pensar en el débil.  En otras traducciones dice el pobre.  Involucra dar no solo de nuestro dinero sino de nuestro tiempo, esfuerzo y dedicación.  ¡Por eso no es tan fácil hacerlo!  Suena muy bonito, pero hacerlo es totalmente diferente.  Pensar en el débil o pobre significa tomar acción para aliviar su situación.  Abre tus ojos, abre tu corazón y deja que Dios te muestre dónde hay necesidad y cómo la puedes cubrir.  Cuando hacemos esto, creamos un círculo virtuoso.  Cuando estoy bien, puedo pensar en mi prójimo, amarlo y procurarlo.  Cuando yo me encuentro en necesidad, puedo recibir de alguien más lo que necesito para posteriormente “regresar” y compartir el bien que recibí.  No se trata de dar para recibir.  Se trata de dar para que la gloria sea al Señor.  Al buscar la gloria de Dios, Él cumple sus promesas en nosotros: nos llena de dicha, nos protege, nos alienta y nos conforta.  Lee el pasaje completo nuevamente y con detenimiento.  ¿Puedes ver el ciclo tan perfecto?  Dios nos utiliza para que llevemos su amor a los demás.  La Biblia nos dice que somos la sal del mundo.  ¿Cómo ser sal si nadie la prueba?  Dice que somos la luz del mundo.  ¿Cómo ser luz si no salimos de nuestro círculo?  La dicha, las bendiciones, la paz, el consuelo, el amor, la esperanza, todas las promesas que Dios tiene para nosotros llegan cuando le obedecemos.  Ya sea que nosotros actuamos como los dadores o los recibidores, constantemente estamos viviendo ese círculo en el que Dios hace milagros y nos da una vida abundante sin importar las circunstancias.  A veces recibimos.  A veces damos.  ¡Esto es la obediencia!  No quedarnos cómodos buscando siempre recibir.

 

Oración

Señor: Gracias por tu palabra que es perfecta y de gran enseñanza.  Gracias por mostrarme cómo vivir.  Te pido que salga de mi zona de confort y que viva dispuesto a dar de mi tiempo, de mi esfuerzo y de mi dinero para aquellos que lo necesitan.  Utilízame.  Quiero servirte y obedecerte.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén.

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