Busquen la paz con todos, y la santidad, sin
la cual nadie verá al Señor.
Si de algo estoy cien por ciento seguro es
que este mundo está ávido de gente con convicciones firmes.  Como todo es relativo y cada quién “está
bien”, la gente se queda en el limbo sin saber si su camino es correcto o no a
pesar de que sea aceptado. 
Piénsalo.  ¿Es posible que todos
estemos bien?  ¡Por supuesto que no!  Alguien tiene que estar mal.  Yo he puesto todas mis esperanzas a que el
Dios de la biblia es el que está bien. 
Por esta razón escribo estos devocionales.  Por esta razón busco dar testimonio de que su
palabra es real y viva.  Dicho en las
palabras del versículo 14: busco la santidad. 
No quiere decir que sea una persona sin errores.  ¡Ojalá! 
Cometo demasiados errores y Dios tiene muchísimo que trabajar en mí.  Pero gracias a Dios, Él no ha llamado a los
perfectos sino a los pecadores como yo. 
Gracias a Dios que Cristo es el ejemplo a seguir y no yo.  Gracias a Dios que mi esperanza está puesta
en aquél que ha vencido a la muerte y no en mí o en algo que este mundo pueda
ofrecer.  Es así como puedo entender la
búsqueda de la santidad.  Como el
perfeccionamiento espiritual dentro de nuestro cuerpo carnal.  Ten firmeza y congruencia en tu fe.  Busca la santidad con todas tus fuerzas y con
todos tus pensamientos.  Insisto, el
mundo necesita gente que de un ejemplo así. 
Ahora, la primera parte del versículo que hace referencia a buscar la
paz con todos va de la mano con la búsqueda de la santidad.  Si de algo puedes estar seguro es que no le
caes bien a todos los que conoces.  ¿Por
qué lo sé?  Porque estoy seguro que no
todos los que conoces te caen bien.  Es
normal.  Somos diferentes y únicos.  Sin embargo, esto no es pretexto para no
buscar la paz con todos.  De hecho, es la
continuación de lo que Cristo nos pidió al amar a nuestro prójimo como a
nosotros mismos.  Mateo 5:9 dice: bienaventurados
los que procuran la paz pues ellos serán llamados hijos de Dios.  Romanos 14:19 dice: procuremos lo que
contribuye a la paz y a la edificación mutua.  ¿Pero cómo tener paz con aquellos que buscan
guerra?  ¿Cómo buscar amar a los que nos
odian?  Fácil.  Colosenses 3:15 tiene la respuesta:  Y que la paz de Cristo
reine en vuestros corazones, a la cual en verdad fuisteis llamados en un solo
cuerpo; y sed agradecidos.  No se trata de tener paz por haber salido de vacaciones o por meditar
todos los días y tratar de evitar tener pensamientos negativos.  ¡No! 
La paz que debes buscar es la que proviene de Cristo.  El único que la da en abundancia y de manera
única.  Solamente así podemos realmente
amar a nuestro prójimo y procurar la paz con todos mientras buscamos la
santidad pues es Dios y sólo Él quien nos da todo para lograrlo.  ¿Puedes ver cómo todo se desarrolla alrededor
de Cristo y no de nosotros?  La paz la da
Él.  La santidad la da Él.  Mientras tanto, seguimos cometiendo el error
de buscar en los lugares equivocados. 
Cristo.  Sólo en Él y por Él
podemos crecer en nuestra vida espiritual. 
Dobla tus rodillas y reconoce su grandeza para poder así ser renovado y
transformado por Él.
Oración
Padre: heme aquí.  Con rodillas
dobladas y humillado ante toda tu grandeza. 
Te pido llenes mi vida con tu paz y tu amor para que pueda vivir
conforme a tu voluntad y deje atrás todo aquello que no te agrada.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén 

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