Vistas de página en total

6 dic 2012

Filipenses 1:9-11


Esto es lo que pido en oración: que el amor de ustedes abunde cada vez más en conocimiento y buen juicio, para que disciernan lo que es mejor y sean puros e irreprochables para el día de Cristo, llenos de fruto de justicia que se produce por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.



Fruto de justicia que se produce por medio de Jesucristo para gloria de Dios.  Allá afuera te enseñan algo totalmente distinto.  Tú debes buscar tu propio bienestar.  Debes estar bien contigo mismo para estar bien con los demás.  Trabaja y esfuérzate para que disfrutes los resultados.  Lee los versículos nuevamente con mucho detenimiento y en especial la frase que escribí nuevamente.  ¿Qué significa?  El fruto lo produce Cristo y es para la gloria de Dios.  ¿En dónde quedamos nosotros?  ¿Dónde queda mi reconocimiento?  ¿Dónde queda mi gloria?  ¿Dónde queda mi orgullo?  Si en mi trabajo crezco y doy fruto, gano más dinero y soy reconocido.  En cambio, en lo espiritual, si doy fruto ¿No recibo nada y todo se va para Dios?  Correcto.  ¡Estás loco!  Podrás pensar.  ¿Recuerdas que la misma biblia nos dice que sus enseñanzas son locuras para los que no tienen a Cristo?  Por versículos como este podemos ver lo cierto de esas palabras.  Todo debe ser para Jehová.  Absolutamente todo lo que haces.  No estoy exagerando.  Esta es la barra que puso Jesús al entregar su vida por ti y por mí.  No dejó nada.  Toda su vida la entregó dejando un ejemplo perfecto y trayendo consigo la reconciliación con Dios Padre a través de su sacrificio.  Ahora, en su amor, nos llena de bendiciones y plenitud cuando entregamos nuestra vida a Él, pero esto es el fruto de buscar su gloria y no la nuestra.  No podemos ser perfeccionados en Cristo si antes no entendemos que Él es quien produce el fruto y, sobretodo, que el fruto debe estar destinado a dar gloria y alabanza a Dios.  Por esta razón, Pablo escribe que sus oraciones son destinadas a que abunde en nosotros conocimiento y buen juicio.  Que maduremos y podamos entender la dirección correcta para nuestra vida.  Piénsalo.  Medita en este principio.  ¿A qué dedicas tu tiempo?  ¿Cuál es tu meta?  ¿Hacia dónde te diriges?  Si tienes hijos, tu meta es que sean “buenos” y no se metan en problemas o más bien que aprendan a dar gloria al Señor.  Si tienes una pareja, ¿buscas que tu matrimonio de gloria a Jehová?  Cada día que vas a trabajar, ¿das testimonio de Jesús?  Allá afuera aprendemos a sobrevivir mientras que el Señor nos enseña a vivir en plenitud.  El mundo en el que vivimos promueve vivir para uno mismo.  Dios nos promueve morir a uno mismo y amarlo a Él sobre todas las cosas y después amar a nuestro prójimo.  ¿Te estas dando cuenta de lo importante y profundo de este mensaje?  Cada día Pablo oraba para que sus discípulos pudieran crecer en amor y discernimiento, que su mirada estuviera en el lugar correcto y que aprendieran a vivir para el Señor en todo lo que hicieran.  Hoy me uno a esa oración por ti y por mí.  Pido que el Señor abra nuestro entendimiento y podamos ver lo maravilloso que es vivir para Él y cosechar los frutos que solamente Él puede dar.  Vivir una vida que glorifique al Señor es mi deseo y espero que a partir de hoy, el tuyo también.

Oración
Padre: perdóname.  He vivido para mí y he buscado los beneficios para mi satisfacción.  Hoy entiendo que la plenitud y las bendiciones llegan cuando mi vida da fruto a través de Cristo y son para glorificarte en todo momento.  Quiero aprender a morir a mí y nacer en Ti.  Quiero aprender a vivir para tu gloria en todo lo que haga.  Te pido que apagues mi orgullo y enciendas tu amor en mi vida.  Gracias mi Señor.  En Cristo Jesús.  Amén 

No hay comentarios: