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2 nov 2016

Salmos 31:19-20 Cuán grande es tu bondad que atesoras para los que te temen y que a la vista de la gente derramas sobre los que en Ti se refugian. Al amparo de tu presencia los proteges de las intrigas humanas, en tu morada los resguardas de las lenguas contenciosas.

Una de mis rutinas diarias es sacar a caminar a mi perro.  Ahora que pasó el verano puedo recordar el gran alivio que sentía cuando encontraba árboles que proveían de una sombra.  El sol es agotador.  Lo que hacía era pensar en caminos donde pudiera encontrar la mayor cantidad de sombra para poder disfrutar el paseo.  En ocasiones, simplemente tenía que salir más tarde.  Con nuestra vida espiritual pasa algo similar.  Hay momentos en los que sentimos que el “sol” nos agota y abruma.  Nos sentimos cansados o, mejor dicho, exhaustos y no sabemos qué hacer ni cómo seguir adelante.  Son pasajes como el de hoy los que nos dan esperanza y nos animan a seguir.  Dios es bondadoso y nos protege.  En Él podemos refugiarnos.  En Él podemos entregar nuestros enojos y corajes.  En Él podemos descansar.  Dios es como ese árbol que me brindaba una salida al sol abrumador.  Un descanso.  Un respiro.  ¡Eso es lo que Dios hace para los que a Él acuden!  Ahora, debes preguntarte: ¿a dónde acudes cuando tienes problemas?  ¿qué haces cuando el “sol” te abruma?  ¿Cuál es tu lugar donde encuentras paz, alivio y esperanza?  En ocasiones, cuando había demasiado calor, permanecía por un tiempo bajo la sombra del árbol y luego continuaba mi camino.  Así también, si queremos recibir ese descanso y paz que solamente Dios puede proveer, es necesario hacer una pausa en nuestra vida.  Dejar todo lo que estamos haciendo.  Detener nuestro camino y comenzar a estudiar su palabra.  Pasar tiempo con Él.  ¿Cómo escuchar su instrucción, su consuelo y su amor si estamos distraídos?  Hay que parar.  Dejar todo por un momento y dedicarle nuestra atención entera a Dios.  Toma un tiempo de oración.  No repitas las mismas frases sino abre tu corazón y dile todo lo que sientes.  Dile tus temores.  Dile cúanto lo necesitas.  También pasa tiempo con personas que conozcan de su palabra y sean buenos siervos para que sean tus mentores en momentos difíciles.  Compra libros de autores que se apegan fielmente a la biblia y encuentra en ellos una guía.
Hoy quiero compartirte que Dios es bondadoso y quiere que sepas que en Él puedes encontrar refugio, amor y esperanza.  No importa lo asolador que sean tus pruebas.  No importa que pienses que el “sol” te está acabando.  Él puede más que cualquier circunstancia y quiere que vengas a sus pies y descanses en Él.  Después de haber meditado en esto, lee nuevamente el pasaje.  Pon atención en lo que Dios hace por David y por nosotros.  ¿No te llena de gozo y paz?

Oración
Señor: la gloria y alabanza sean para ti.  Eres Grande y Todopoderoso mientras que al mismo tiempo tienes cuidado de mi.  Gracias por escucharme.  Gracias por consolarme.  Gracias por amarme.  Te pido perdones mis pecados y pueda ser reconciliado con Dios Padre.  Te pido dirijas mi vida y siempre pueda encontrar “sombra” y refugio en Ti.  Gracias en el nombre de Cristo Jesús.  Amén 

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