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15 mar 2017

Salmos 33:12 Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová, el pueblo que Él escogió para sí.

Si vemos un poco de historia bíblica, basta recordar a todos aquellos que han sido fieles a la palabra de Dios y ver cuántas bendiciones recibieron.  Dios nos dice claramente que permanezcamos en Él y llevaremos fruto en abundancia.  Nos dice que seamos obedientes y derramará sus bendiciones sobre nosotros.  Nos dice que tiene cuidado especial y nos conoce.  Si lo hace en lo individual, también lo hace en lo colectivo.  Como nación, podemos ver a los Estados Unidos como un gran ejemplo de este pasaje.  Este país está fundado sobre las bases de la biblia y Dios.  Su población es principalmente cristiana y la cultura está influenciada en gran manera por las enseñanzas de la palabra de Dios.  ¿La consecuencia?  Es el país más bendecido.  Recientemente, las generaciones se han ido apartando de ese “primer amor” y Jehová ha ido perdiendo terreno, sin embargo, sigue siendo el país con el mayor número de misioneros que son enviados a compartir el mensaje de Cristo y el país con mayor apoyo humanitario a nivel mundial.  Es en este país donde me di cuenta que la gente rica no busca solamente hacerse más rico sino también busca la manera de ayudar a los que no han sido tan afortunados como ellos.  La gente se convierte en un canal de bendiciones que llegan a más personas en lugar de quedarse uno solo con todo.  Muchos de los que leen esto viven en países latinoamericanos y experimentan lo opuesto.  Gente que no ve ni ama a su vecino.  Gente que no busca ayudar sino abusar de cualquier oportunidad que se presente.  Corrupción.  Inseguridad.  Desigualdad.  ¿Sabes?  La respuesta no está en un mejor gobierno.  Otro presidente.  Otro partido.  Otro candidato.  La respuesta está solamente en una nación que alabe y tema a Cristo.  No de labios ni palabrerías sino de hechos y acciones.  ¡Esto es lo que realmente transforma a una nación!  ¿Quieres vivir en un lugar mejor?  Comparte el evangelio.  ¡Así de simple!  Empezarás por alcanzar a tus vecinos y, solamente con eso, tu día a día será mejor.  Cada día que te levantes pide al Señor ser una luz y llevar sus bendiciones a los que te rodean.  Deja de ver por lo que necesitas, lo que te hace falta o lo que te gustaría y comienza a preguntarte qué quiere Dios de ti.  Te lo repito: cada mañana pregúntate qué quiere Dios que hagas para servirle.  En lo personal.  En lo laboral.  En lo familiar.  Como esposo o esposa.  Como padre o madre.  Como hijo o hija.  Como amigo.  ¿Qué quiere el Señor que hagas para servirle?  Solamente así podemos comenzar a crear una nación bienaventurada que teme y ama al Señor.

Oración

Padre: te pido por mi ciudad, por mi país y por mi vida.  Te pido que tu reines en mí y sea una luz para llevar tu evangelio a cada rincón y transformar cada casa y familia que pones en mi camino.  Aquí está mi vida para que me digas cómo te puedo servir.  Dame sabiduría y sensibilidad para entender en dónde quieres que trabaje.  Gracias por tus bendiciones pues no las merezco.  Gracias en el nombre de Jesús.  Amén

7 comentarios:

Nelson dijo...

Hermoso mensaje m a bendecido veo la gran nesecidad d mi nacion de que se encuentre con el Señor

Unknown dijo...

GRACIAS AMADO DIOS POR TU MISERICORDIA Y AMOR, GUATEMALA ES UN PAIS BENDECIDO POR TI. PERDONANOS PADRE CELESTIAL POR TANTA MALDAD. TE NECESITAMOS TANTO SEÑOR, RECONOZCO TU GRAN PODER Y AMOR Y QUE TU ERES EL UNICO DIOS VERDADERO. BENDICIONES.

Un Tiempo con Dios dijo...

Amen.

Unknown dijo...

Wuaoooo hermoso hermoso. Sigue así compartiendo la palabra de Dios no desistas!! Porque es bello. El mensaje.

Un Tiempo con Dios dijo...

Muchas gracias por tan bonitas palabras!

Unknown dijo...

Edificantes tus reflexiones. Alabado sea Dios que te da sabiduría y te guíe su Santo Espíritu siempre.

Un Tiempo con Dios dijo...

¡Gloria a Dios!