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8 ago 2014

Hebreos 11:11
Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. 

Me encanta cuando la biblia nos da mucho detalle sobre la vida de alguien.  Podemos conocer sus defectos y errores e identificarnos más con ellos.  En el caso de Abraham, sabemos que antes de que llegara Isaac, tuvo a Ismael con la sierva de Sara, Agar.  ¿Qué pasó?  Que Abraham no es perfecto y cayó.  Su esposa Sara tampoco ayudó a mantenerse firme a la promesa que el Señor había hecho.  Con esto podemos aprender dos principios sumamente importantes: lo que Dios promete, lo cumple.  Y dos: debemos mantenernos firmes esperando esas promesas sin importar lo imposibles que parezcan.  Sara era estéril y Abraham era de setenta y cinco años cuando reciben la promesa de tener descendencia.  En otras palabras, una promesa imposible de cumplir en términos humanos.  Pero para Dios, nada es imposible y cumplió.  Ahora, ¿qué nos corresponde hacer como creyentes?  Definitivamente el mensaje de hoy no nos lleva a pensar que Dios nos va a curar de enfermedades terminales ni que vamos a experimentar milagros inesperados.  No.  Aunque solamente Dios, en su soberanía decide qué hacer y qué no, el mensaje no es acerca del milagro de tener un hijo pasada la edad fértil sino de nuestra comunión con Él y nuestra responsabilidad de mantenernos firmes sin importar lo que tengamos en frente.  No sé qué situaciones estés atravesando o atravesarás, pero cuando las cosas parezcan no tener sentido y que no veas ninguna luz al final del túnel, debes recordar pasajes como el de hoy en los que nos enseñan que Dios está ahí con nosotros.  Cuidándonos.  Con planes para llenarnos de bendición.  No desmayes.  No cedas a la tentación de tomar otros caminos.  Clama a Dios y espera en Él.  Tal vez hoy parece imposible pero Dios se encargará de mostrarte que no hay imposibles para Él.  Ahora, ¿qué significa ser bendecido?  Si hacemos memoria al Sermón del monte, nos dice que aquellos que sufren persecución, los que tienen hambre, los que lloran, los misericordiosos, los pacificadores, entre otros son los bienaventurados.  Busquemos el reino de Dios y Él se encargará de todo lo demás.  Así se encargó de Abraham, de Moisés, de Lot, de David, de Daniel, de Noé, de Josué y así puedes poner tu nombre en esta lista.  Leíste bien.  Pon tu nombre en la lista de todos aquellos que han sido bendecidos grandemente por Dios.  Él quiere hacer milagros en tu vida al igual que lo hizo con todos los que están en la biblia.  Nuestro deber es permanecer fieles a Él y dejar que su camino sea nuestro camino.  Nuestro deber es tener fe y vivir por medio de ella. 
A pesar de que Abraham cometió un error al tener un hijo con Agar, Dios no le castigó retractándose de su promesa de darle descendencia con Sara.  Tal vez has cometido muchos errores y algunos sigan aplastándote cada día.  Pide perdón y reconcíliate con el Dios que puede perdonarlo todo.  No sigas así.  Él quiere mostrarte su camino y hacer cosas increíbles en tu vida sin importar que hayas cometido errores.  Abre tu corazón y confiesa tus pecados para empezar así una nueva vida.

Oración

Señor: perdóname.  He pecado contra Ti.  Cada día sufro las consecuencias de haberte dado la espalda por tanto tiempo y tomado tan malas decisiones.  Hoy entiendo que hay esperanza para mí a pesar de mis errores.  Yo quiero vivir con fe y bajo tu palabra.  Quiero vivir con tus bendiciones y siguiendo tus mandamientos.  Perdóname y renuévame.  No permitas que me aparte de Ti cuando las pruebas parezcan no tener remedio y graba este pasaje en mi corazón para que siempre recuerde que para Ti nada es imposible.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén

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