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6 ago 2020

Salmo 34:21-22 La maldad destruye a los malvados; serán condenados los enemigos de los justos. El Señor libra a sus siervos; no serán condenados los que en él confían.

Tiene más de 20 años que tuve una conversación que no puedo olvidar.  Platicando sobre Dios, la necesidad de arrepentirnos y perdonar, la persona con quien hablaba me dijo: cuando muera y esté frente a Dios, le voy a decir: Señor ten misericordia de mí.  Suena muy bonito, pensé, pero el momento es totalmente equivocado.  ¡La gracia y misericordia de Dios solamente la podemos pedir mientras estemos vivos!  Una vez que morimos ya no hay oportunidad de “platicar” con Dios.  El único que hablará es Jesús, ya sea para interceder o dejar que recibamos juicio.  ¡Esa es la realidad!  Dios no nos preguntó qué nos parece su plan.  No nos preguntó si estamos o no de acuerdo.  Así lo estableció y así nos toca aceptarlo.  Tristemente, como seguidores de Jesús, no entendemos la profundidad de esto.  Pon atención a lo que dice el pasaje de hoy.  La maldad destruye a los malvados y serán condenados.  ¿Quién es el que condena?  Dios.  ¿Quién es el único que puede ayudarnos?  Cristo.  Juan 14:6 dice que Cristo es el camino, la verdad y la vida.  Nadie puede acercarse a Dios Padre sin Su intercesión.  Mientras que somos redimidos por gracia y misericordia, hay personas que serán condenadas.  Tal vez personas que conocemos, queremos y estimamos.  ¡Debemos abrir los ojos a la gran necesidad de compartir el evangelio!  Empieza en tu casa.  Con tu familia.  Con tus amigos.  Con tus vecinos.  No podemos ni debemos quedarnos con la gran bendición de no ser condenados mientras otros van directo a esa condenación.

El día de hoy vi un video que pedía a Dios que frenara esta pandemia.  Que eliminara el virus.  Que se proclamara Dios como salvador y Todopoderoso que es, curando a todos y frenando este problema.  Así como mi ejemplo anterior, sonaba muy bonito, pero la realidad es que esto no es necesariamente bíblico.  ¿Por qué pensamos que cuando pasa algo malo debemos detenerlo?  ¿No utilizó Dios a Nabucodonosor para conquistar al pueblo judío y, hacer de una tragedia, un verdadero milagro cuando Daniel llega a ser segundo al trono?  Yo pienso que no debemos orar para que esta pandemia termine sino para que más personas reconozcan la necesidad de ser perdonados.  Orar para que podamos compartir con la gente que, ni el trabajo, ni el dinero ni la salud son buenas herramientas para vivir tranquilo y con bases sólidas.  ¡Solamente Dios es inmutable!  Solamente en Dios podemos realmente descansar.

Hoy es un tiempo especial en el que debemos aprovechar que la gente está ávida de respuestas, soluciones, sentido a lo que viven y compartir que Cristo los ama y tiene un plan especial para sus vidas.  Hoy es un tiempo de entender que con el juicio de Dios no se juega ni debe tomarse a la ligera pues es real.  

 

Oración

Dios: yo no quiero ser condenado.  Yo quiero ir a tu presencia al morir.  Yo no quiero vivir separado de Ti.  Yo no quiero seguir viviendo igual.  No quiero seguir poniendo mi paz y seguridad en lo que hoy veo que se derrumba en un instante.  Quiero vivir con tu paz, con tu amor y con la seguridad que Tú me amas y siempre estás ahí.  Perdóname.  Límpiame.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

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