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4 ene 2023

Salmos 44:1


Oh Dios, nuestros oídos han oído y nuestros padres nos han contado las proezas que realizaste en sus días, en aquellos tiempos pasados.


 

El capítulo está por narrar lo que Dios hizo y tiene grandes cosas que aprender, sin embargo no quise dejar de avanzar del primer versículo pues quiero hacer hincapié en el impacto que tiene cuando compartimos nuestro testimonio con alguien más y qué mejor que, con nuestros propios hijos.

Así como queremos que nuestros hijos aprendan de nuestros errores y no los cometan nuevamente, el pasaje de hoy nos recuerda lo importante que es compartirles lo que Dios ha hecho en nuestras vidas.  Es importantísimo compartir las batallas peleadas y cómo Dios se encargó en que se convirtieran en batallas ganadas.  Ahora, si estás pensando en qué podrías compartirles te diría que les compartas lo que más trabajo te haya costado atravesar.  Diles tus errores y deja que vean que eres una persona común y corriente que se equivoca como todos los demás.  La diferencia es que, una vez que reconoces tu error, doblas tu rodilla, doblas tu orgullo y vas a pedir perdón al Señor.  Si no tienes hijos y tienes la oportunidad de compartir lo que Dios ha hecho en tu vida con alguien más, ¡no lo dudes!  Uno nunca sabe la profundidad y el impacto que tienen nuestras experiencias en los demás.  Hace un par de días tuve la oportunidad de compartir de Dios con otra persona y me emocionaba poder expresar lo increíble que es el Señor y cómo se ha encargado de contestar mis dudas sobre su existencia.  Le compartí que no todas las religiones son iguales y poco a poco fue entendiendo cómo es un engaño el pensar así.  Estoy seguro que, de no ser por mi decisión de obedecer a Dios por encima de mi voluntad, no hubiera podido compartir a Dios con esta persona con la misma pasión y emoción.  No es sino hasta que vivimos y experimentamos en carne propia el que Dios se vuelve real.

El versículo de hoy nos abre los ojos al impacto que tiene nuestro testimonio en la vida de los demás.  No minimices lo que ha pasado en tu vida.  ¡Al contrario!  Dios quiere utilizar nuestras alzas y bajas para que nos animemos los unos a los otros constantemente y caminemos juntos por el camino que Dios muestra.  Por último, este pasaje me da esperanza.  Esperanza que mis hijos no olvidarán lo que Dios ha hecho en mi vida y me recuerda lo importante que es compartirles mi historia constantemente y los milagros que Dios ha hecho en ella.

 

Oración

Señor: gracias.  Eres un Dios amoroso y bueno.  Te pido perdón por mis pecados y agradezco tu palabra que me guía siempre.  Ayúdame a tener valor para compartir todo lo que has hecho en mi vida y que otros puedan verte a través de mi testimonio.  Te lo pido en Cristo Jesús.   Amén.

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