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6 ene 2011

Hechos 5:24-26

Al oírlo, el capitán de la guardia del templo y los jefes de los sacerdotes se quedaron perplejos, preguntándose en qué terminaría todo aquello. En esto, se presentó alguien que les informó: “¡Miren!, los hombres que ustedes metieron en la cárcel están en el templo y siguen enseñando al pueblo”. Fue entonces el capitán con sus guardias y trajo a los apóstoles sin recurrir a la fuerza, porque temían ser apedreados por la gente.


Pienso en el sentimiento de los apóstoles cuando son liberados por el ángel. ¡Qué sensación! ¡Qué momento tan grande y lleno de satisfacción! Personalmente estaban experimentando una pequeña muestra del poder de Dios. De igual forma, pienso en los momentos en que Dios ha hecho cosas extraordinarias en mi vida. Tienes una sonrisa constante y con gozo alabas al Señor por lo que ha hecho. Pero un día, hay alguien que dice: ¡miren! Ahí están los hombres que metieron a la cárcel, y regresamos a otra prueba…
Los apóstoles tuvieron su momento de “descanso” al ser rescatados y siguieron predicando conforme les habían pedido. Nosotros igualmente “respiramos” y “descansamos” cuando las circunstancias se calman. ¡Pero esto no quiere decir que todo terminó y de ahora en adelante las cosas serán maravillosas! De hecho en el caso de los apóstoles no les duró un solo día el poder disfrutar el milagro que habían presenciado. No habían pasado muchas horas en cuanto los guardias los volvieron a tomar presos y los llevaron ante el Consejo.
¿Lección? Dios nunca deja de trabajar con nosotros. Sería bueno pensar que llegará el momento en el que nos podamos sentar y disfrutar de lo que sigue sin más pruebas ni cambios. Pero debes saber que así no funcionan las cosas con Dios. Su palabra nos dice que seremos transformados hasta que Él venga. Ya sea que nos llame antes o Él venga, no habrá fin para nuestra transformación. Ahora, ¡esto es una bendición! Santiago nos dice que debemos gozarnos cuando nos encontremos en distintas pruebas pues el resultado que producen en nosotros es de bendición. Cuando dejas que Dios transforme tu vida, poco a poco tus intereses y prioridades se van alineando y ajustando a lo que Dios quiere. Comienzas a entender y valorar lo que antes despreciabas y por el contrario, como dice Pablo, tantas cosas que considerabas valiosas ahora las consideras como basura.
Hoy vemos a los discípulos obedeciendo y siendo llevados por segunda ocasión presos ante el consejo. Entendamos que el vivir es para Cristo y no para nosotros. Él vino a servir y nosotros debemos hacer lo mismo. Dejemos de buscar “estabilidad” en nuestra vida y busquemos el reino de Dios en todo lo que hagamos. Sí. Vendrán momentos difíciles, descansos y nuevamente otras pruebas. Pero confiemos en Aquél que ha vencido al mundo…

Oración
Padre: a veces no entiendo lo que sucede a mi alrededor pero hoy aprendí que tienes un propósito en mi vida. Quiero buscarte y gozarme en las pruebas como lo dice tu palabra. Guíame en tu camino y sepárame de lo que me aleje de Ti. No permitas que me desanime por lo que venga en contra sino que pueda permanecer a tus pies. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén

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