Vistas de página en total

14 nov 2012

Gálatas 6:6


El que recibe instrucción en la palabra de Dios, comparta todo lo bueno con quien le enseña.



No hay momento más increíble que el escuchar o presenciar la mano de Dios en la vida de otra persona.  ¡Es impresionante ver cómo se manifiesta y cómo quiere reconciliarse con cada uno de nosotros!  Gracias a Dios, he tenido la oportunidad de compartir su palabra por varios años ya y ser testigo de cosas maravillosas.  Eventos que jamás imaginé y situaciones que parecían imposibles, se convirtieron en crecimiento espiritual y almas entregadas al Señor.  
El proverbio que dice que es mejor enseñar a un hombre a pescar que darle un pez, pues así le habrás enseñado a comer de por vida, aplica perfectamente cuando alguien escucha el evangelio que compartes y acepta a Cristo como su Señor y Salvador.  Probablemente todo empezó como un consejo o buscabas dar ánimo a esa persona.  Finalmente el evangelio fue expuesto y Cristo reconcilió a otra persona más con Dios Padre.  Esta nueva alma ahora tiene alimento para la eternidad.  No le has ayudado a pasar por una mala racha.  Le has dado el mejor regalo que jamás podría imaginar.  La vida eterna y una relación con Jesús.
Cuando leemos las cartas de Pablo, Juan o Pedro, vemos que muchas veces parece que no están ligadas algunas oraciones.  Esto es normal.  Piensa que en ese entonces, no se podía tener un correo electrónico o papel en abundancia donde pudieran escribir todo con un detalle microscópico.  A veces tenían que incluir todas las instrucciones posibles en recursos limitados.  Por esta razón vemos esta enseñanza a la mitad de otras instrucciones.  No por esto significa que es de menor importancia.  De hecho, personalmente me parece una instrucción sumamente acertada: si Dios ha hecho un milagro en tu vida, ¡No te lo guardes!  Compártelo con aquellos que velan por tu crecimiento espiritual.  
Algunos de ustedes se han tomado el tiempo en escribirme y compartirme sobre lo que Dios les habla y las distintas pruebas que atraviesan.  No hay nada más increíble que leer lo que comparten.  Aunque sean unas cuantas palabras.  El leer que el Señor les ha hablado a través de lo que escribí es sumamente alentador y me llena de gozo y alegría.  No se trata de ser chismoso y saber qué pasa con cada uno de ustedes.  Así como compartimos una buena experiencia en un restaurante o en unas vacaciones, debemos aprender a compartir lo que el Señor hace en nuestras vidas.  ¡No hay nada más motivador que escuchar el testimonio de otro hermano!  ¡No hay nada más motivador que escuchar cómo el Señor cumplió sus promesas!  Piensa en esto: ¿Cómo quedarse con tantas bendiciones y no compartirlas?  Si Dios te ha mostrado algo, si te ha bendecido, si te ha cuidado y rescatado, ¿cómo es posible que no lo compartas al mundo?  El motivo principal de escribir estos devocionales es compartirte lo que el Señor hace en mi vida y animarte a comprometer tu vida a Él para que puedas experimentar lo mismo.  Una vez que sucede.  Estoy seguro que buscarás la manera de compartir a más personas lo increíble que es tener comunión con el Señor.

Oración
Padre: Gracias.  El día de hoy permitiste que me levantara y me das otra oportunidad para servirte y entregarte mi corazón.  Te pido que aprenda a compartir de tu palabra, de todas tus enseñanzas y bendiciones.  No permitas que guarde lo que haces en mi vida y entienda que esto puede crear que las bendiciones que me das, lleguen a más personas.  Gracias por tu gracia y misericordia que no merezco.  Perdona mis pecados y guíame para poder perdonar de la misma manera.  En Cristo Jesús te lo pido.  Amén 

No hay comentarios: