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15 nov 2012

Gálatas 6:7-8


No se engañen: de Dios nadie se burla.  Cada uno cosecha lo que siembra.  El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna.  



A veces la salida rápida resulta más atractiva aunque no siempre sea la mejor.  Cada curso que tomo me recuerda que, en caso de no saber qué hacer o de alguna situación imprevista, siempre debo acudir con mi jefe para informarle de lo que está pasando.  Parece sencillo.  Pero por alguna razón, cuando nos metemos en problemas o simplemente no sabemos qué hacer, preferimos guardar silencio.  No queremos que nos “regañen o castiguen” como cuando éramos niños.  Pensamos que podremos resolver la situación y nadie tendrá que enterarse.  ¿El problema?  Lo único que se crea es una bola de nieve que crece y crece con el tiempo.  No solo no se terminó el problema sino que la mayoría de las veces se agrava.  Cuando la biblia nos dice que debemos poner atención y ser cuidadosos con lo que sembramos, no lo hace como amenaza sino como advertencia.  Nos quiere prevenir de los errores que podemos cometer por no fijarnos en las semillas que estamos echando a la tierra.  Tal vez al principio no parece ser nada grave pues la semilla a penas está tomando forma.  “lo puedo controlar” piensas.  Pero conforme pasa el tiempo te das cuenta que está totalmente fuera de tus manos.  ¡Esto se aplica a tantas cosas!  A nuestro carácter, a nuestra forma de perdonar, a nuestro deseo de compartir a Cristo, nuestro amor al prójimo, nuestra entrega a Dios y nuestra fe entre muchas otras cosas.  Piénsalo.  Todo lo que haces hoy tiene consecuencias futuras.  El hecho de que mañana todo parezca igual, no quiere decir que las cosas no se están moviendo.  Cada día debes caminar en la dirección que establece Jesús.  Cuando no haces caso, debes esperar las consecuencias de no haber seguido ese camino.  Ahora, Dios nos ama.  De hecho su amor sobrepasa todo entendimiento.  Definitivamente quiere perdonarte y te perdonará todo lo que has hecho si vienes a Él y te arrepientes.  Pero las consecuencias de lo que hiciste no las podrás evitar del todo.  Un drogadicto, aunque decida dejar de drogarse, tendrá que pasar por un proceso sumamente difícil de desintoxicación.  Además, tendrá que darse cuenta de cómo afectó su vida, a sus seres queridos, en el ramo laboral y en la parte física.  ¿Te das cuenta de lo que quiere decirte Dios?  Si comes el doble de lo que tu cuerpo necesita cada día, no habrá otro resultado más que la obesidad.  No puede haber otro ¿Cierto?  ¿Por qué pensamos que en nuestras decisiones las cosas serán diferentes?  ¿Por orgullo?  ¿Necedad?  ¿Ignorancia?  ¿Falta de fe?  ¿Rebeldía?  ¿Qué pasa por tu mente cuando haces lo contrario a lo que sabes debes hacer?
Tal vez engañes muy bien a los que te rodean e incluso a ti mismo.  A Dios no lo puedes engañar.  No te confundas.  Él lo sabe todo.  Creo que es tiempo de ser honestos y aceptar que hemos sembrado muchas semillas que no deberíamos siquiera haber tomado.  Pidamos perdón.  Busquemos corregir nuestros errores acudiendo al Señor en lugar de tratar de esconderlos y pensar que no pasa nada.

Oración
Padre: perdona mis pecados.  Te pido que pueda seguir tu camino y aprender a sembrar para el Espíritu.  Dame fe y sabiduría para entender que tus pasos traen bendición a mi vida y por el contrario, mi carne trae destrucción.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

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