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9 dic 2013

1 Juan 5:6-10

Éste es el que vino mediante agua y sangre, Jesucristo; no sólo mediante agua, sino mediante agua y sangre.  El Espíritu es quien da testimonio de esto, porque el Espíritu es la verdad.  Tres son los que dan testimonio, y los tres están de acuerdo: el Espíritu, el agua y la sangre.   Aceptamos el testimonio humano, pero el testimonio de Dios vale mucho más, precisamente porque es el testimonio de Dios, que Él ha dado acerca de su Hijo.  El que cree en el Hijo de Dios acepta este testimonio.  El que no cree a Dios lo hace pasar por mentiroso, por no haber creído el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.



Un gran error que cometemos frecuentemente como seguidores de Jesús es darle a Dios la dimensión que nosotros pensamos que tiene.  ¿Qué quiere decir esto?  Que tratamos de poner a Dios dentro de nuestra comprensión.  ¡Obviamente esto es imposible!  Pero de todas formas lo hacemos una y otra vez.  No es fácil.  Estamos acostumbrados a vivir y actuar conforme lo que vemos y recibimos.  Poco podemos hacer cuando nos piden voltear a nuestro lado espiritual y tratar de mantener el mismo control.  Se llama fe.  Convicción.  Certeza.  Entrega.  Juan nos ha dicho una y otra vez que al creer y confesar a Cristo nos volvemos parte de Él y con Él.  Nos ha enseñado que al conocerle, conocemos lo que es el amor.  También hemos aprendido que el amar solamente proviene de Dios.  Además, el día de hoy, Juan nos llama a tener fe y entender algo que nuestra mente, o por lo menos la mía, no puede comprender fácilmente.  Nos dice Juan que el Espíritu da testimonio de Jesús pero cómo creer en el testimonio de Jesús si no creemos en el Espíritu y quién ha visto al Espíritu.  ¿Lo puedo explicar?  No.  Lo que sí puedo decirte es que Dios no es mentiroso ni tampoco nos está engañando.  Estoy convencido que Él existe.  Estoy convencido que la biblia es su palabra que fue inspirada en los hombres que la escribieron.  Por lo tanto, aquello que no puedo comprender, no necesariamente significa que no exista o que está mal.  Simplemente va más allá de mi comprensión. 
La biblia nos dice que cuando Jesús lavó los pies de sus discípulos, Pedro se negó.  La respuesta de Jesús fue: si quieres tener parte conmigo, es necesario que lave tus pies.  También, cuando leemos Juan 19:34, nos dice que Jesús, al ser atravesado con una lanza por un soldado, no solo salió sangre sino también agua de su cuerpo.  Insisto.  No lo puedo entender.  Pero lo que sabemos es que Cristo vino a limpiar nuestros pecados, el agua, y para el perdón, tuvo que entregar su vida, la sangre.  Juan presenció esa crucifixión.  Él fue testigo del momento en el que el agua y la sangre salieron del cuerpo de Jesús.  No quiso pasar esa oportunidad al escribir lo que vivió y con sus propios ojos presenció.  Sabemos que el agua limpia.  Sabemos también que la biblia nos dice que la paga de los pecados es la muerte.  Por lo tanto, aunque vaya más allá de lo que podemos comprender, es necesario aceptar que Cristo vino a dar testimonio de agua y sangre, o en otras palabras, de limpieza y perdón.  Ahora, nos dice Juan que el Espíritu es quien da testimonio de que esto es cierto.  Si Jesús nos dijo que cuando él se fuera, nos enviaría al Espíritu para que more en nosotros, entonces podemos juntar todos los puntos.  Al reconocer a Dios y ser parte de Él, su espíritu mora en nosotros dando entendimiento a aquello que no podemos comprender por nosotros mismos.  Es el Espíritu quien nos confirma que Cristo nos limpia y perdona a través del sacrificio que hizo.  No es mi inteligencia ni mis ganas de creer sino el Espíritu mismo revelándolo.  Así se lo reveló a Pedro y así hoy te lo revela a ti y a mí.  Sé que ha sido muy teórico el devocional de hoy, pero debemos aprender cada aspecto del Dios en el que creemos y no dejar que aquello que resulta un tanto complicado nos detenga a conocer más de Él.  Concluyendo, Juan nos dice: así que el no que cree en el testimonio, hace a Dios mentiroso.  El Espíritu es el que da el conocimiento y la comprensión.  De tal forma que aquellos que lo niegan es porque no tienen al Espíritu.  ¿Tú dónde estás?

Oración

Señor y Padre: es difícil entender lo que no he visto.  Es difícil entender si no me das entendimiento.  Hoy reconozco que Cristo da testimonio de agua y sangre.  Testimonio de limpieza y perdón de pecados.  Reconozco que se sacrificó por mis pecados sin merecer tanto amor y tanta misericordia.  Te pido me perdones.  Te pido tu Espíritu venga a morar en mi corazón y pueda darme entendimiento y testimonio de lo que Jesús hizo es válido y cierto.  Te pido que no limite tu capacidad y tu magnificencia por lo que mi mente y pensamientos puedan crear.  Hoy entiendo que eres muy superior.  En el nombre de Jesús.  Amén

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