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5 jun 2014

Hebreos 9:25-26

Ni entró (Jesús) en el cielo para ofrecerse vez tras vez, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena.  Si así fuera, Cristo habría tenido que sufrir muchas veces desde la creación del mundo.  Al contrario, ahora, al final de los tiempos, se ha presentado una sola vez y para siempre a fin de acabar con el pecado mediante el sacrificio de sí mismo. 



Tristemente mucha gente no ha escuchado el evangelio y se mantienen en la ignorancia.  Es triste escuchar frases u “oraciones” en las que le piden a Dios algo a cambio de otra cosa.  Es decir, Dios, te pido sanes a tal o cual persona y te prometo que voy a hacer esto o lo otro.  Dios, te pido que si pasa esto que tanto quiero, no vuelvo a hacer tal.  ¿Te suena familiar?  No encuentro ninguna otra explicación más que ignorancia.  Después de estudiar pasajes como el de hoy, no tiene sentido pensar que necesitamos hacer algo a “cambio” de un milagro.  Jesús hizo el sacrificio perfecto una sola vez y para siempre.  ¿Qué tipo de “sacrificio”  podemos ofrecer nosotros?  Piénsalo.  ¡No tiene sentido!  Sin embargo, hoy te puedo asegurar que alguien que conoces o cercano a ti está atravesando una situación difícil y está tratando de “negociar” con el Señor.  En semana santa, hay un enorme ritual donde la gente deja de comer carne roja o algún otro alimento dependiendo el país por un periodo de tiempo.  ¿El propósito?  Tratar de reconciliarse con Dios y pedir “perdón” por sus pecados.  Lo triste es que no estamos ahí para compartirles esta gran noticia.  Nos da pena.  Nos da miedo.  No queremos incomodar a nadie.  Y así los pretextos sobran.  Sin embargo, la gente sigue sin conocer a Jehová y deseando tener comunión con Él.  Por esta razón insisto una y otra vez en la importancia de estudiar la biblia.  Debes tener muy claros los principios que Dios, y no los hombres, ha establecido.  Tal vez todavía acostumbras realizar ciertos sacrificios porque los consideras necesarios.  Después de leer el pasaje de hoy, debe quedarte claro que Jesús hizo el sacrificio que cumple con todos los requisitos para el perdón de nuestros pecados.  Por ello, no es necesario que hagas absolutamente nada más.  Sería minimizar lo que Cristo hizo.  Cada vez que alguien realiza otro “sacrificio” está negando lo que Jesús ya hizo.  Espero puedas entender que no se trata de criticar o juzgar a aquellos que realizan esto.  ¡Al contrario!  Estoy llamando a acción a todos aquellos que sí conocemos de la verdad y entendemos lo lejos que está de la voluntad de Dios el querer acercarse a Él a través de sacrificios.  Claramente nos dice la biblia que el sacrificio no se repite una y otra vez sino que fue perfecto y para siempre.  ¡Esto es lo que debemos anunciar!  También son principios que debemos guardar en nuestro corazón y utilizarlos como fundamento de nuestra esperanza en Él.  No solo murió por nosotros sino que además nos espera para interceder por nuestros pecados y poder entrar en presencia del Padre.  Este sacrificio debe humillarte y guiarte a reconocer lo pequeño que eres y lo grande que es Él.

Oración

Señor: gracias por permitirme aprender de tu palabra y conocer tu voluntad.  Gracias por mostrarme el sacrificio tan perfecto y eterno de Cristo y lo vital que es para mi vida espiritual.  Te pido perdón por mis pecados y que mi vida lleve a otras personas a conocerte.  En el nombre de Jesucristo.  Amén.

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