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12 abr 2021

Salmos 37:31 La ley de su Dios está en su corazón; por tanto, sus pies no resbalarán.


Si leo este pasaje, guardo la ley de Dios y me pasa algo malo, pareciera que Dios no está cumpliendo con su palabra.  A+B=C.  Obedezco + Dios me cuida = nunca me pasa nada malo.  El problema es que sí nos suceden cosas que consideraríamos malas.  En términos del pasaje: nuestros pies resbalaron.  ¿Entonces cómo entender este pasaje?  Simple.  Lo debemos analizar con la perspectiva de Dios.  Por ejemplo, cuando Israel desobedece a Dios y permite que los babilonios con Nabucodonosor los conquiste, pareciera que es algo malo.  Pero conforme pasa el tiempo y vemos cómo Daniel y sus amigos lograron presentar al Dios Todopoderoso no solo a Nabucodonosor sino al siguiente rey Darío quienes le darían la gloria por sus manifestaciones milagrosas y poderosas, no podemos seguir pensando igual.  En la vida de Daniel, vemos cómo un evento que parecía malo se convierte en algo increíble.  Daniel fue librado de los leones y del horno de fuego.  Fue puesto como segundo al rey.  Fue librado una y otra vez de la gente que le envidiaba y quería ver que le fuera mal.  Él se concentró en guardar y obedecer la ley de Dios y el Señor se encargó de que sus pies nunca resbalaran.  Ahora, tenemos también el ejemplo de David.  Tan increíble su relación con Dios que la biblia nos dice que nadie ha tenido un corazón como el de él dispuesto a obedecer en todo.  Sin embargo su hijo Amnón violaría a su media hermana Tamar.  Después,  Absalón, hermano de Tamar, mataría a Amnón.  Unos años después, el mismo Absalón buscaría usurpar el reino de su padre.  ¿Cómo puede permitir Dios  tanta tragedia si David tenía un corazón que le buscaba constantemente?  Primero, debemos entender que ninguno de nosotros es perfecto ni justo (Romanos 3:10).  Después, debemos entender que nuestras acciones tienen consecuencias que no están ligadas a un castigo de Dios.  Por ejemplo: David no castigó a Absalón por lo que le hizo a su hija Tamar.  Es probable que Absalón no hubiera matado a su medio hermano si su propio padre le hubiera castigado.  Por último, debemos regresar el principio que mencioné en la historia de Daniel: debemos tener la perspectiva de Dios.  Esto forzosamente debe humillarnos y llevarnos a no quejarnos ni cuestionar lo que sucede sino buscar con mayor fervor el no apartarnos de Dios por no comprender las circunstancias.  Dios es Dios.  Nosotros, solamente somos nosotros…  

Es un hecho que Dios cuida y bendice a los que guardan sus mandamientos.  Es un hecho que servirle nos da recompensas en el cielo.  Dios no miente y siempre cumple con su palabra.  Por el contrario, Satanás miente constantemente y busca confundirnos para romper o interrumpir nuestra comunión y crecimiento con Dios.  ¡No te dejes engañar!  No entender las circunstancias que atraviesas no significa que Dios ha permitido que tus pies resbalen.  Las adversidades no significan que Dios está permitiendo que tus pies resbalen.  Concéntrate en guardar la palabra de Dios.  Concéntrate en obedecer, en servir, en orar y permanecer pegado a Él.  Poco a poco podrás ir entendiendo y disfrutando que tus pies jamás resbalaron.

 

Oración

Señor: ¡Gracias!  Gracias por cuidarme y recordarme que nunca me abandonas aunque las pruebas que hagan dudar y confundirme.  Toma mi mano y nunca la sueltes.  No permitas que me aparte de Ti.  No permitas que dude de la veracidad de tu palabra y tu amor por mí.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

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