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3 may 2021

Salmos 37:35-36 He visto al déspota y malvado extenderse como cedro frondoso. Pero pasó al olvido y dejó de existir; lo busqué, y ya no pude encontrarlo.

Es muy triste lo rápido que olvidamos las cosas.  Triste porque no nos ayudan a conectar los puntos y poder entender mejor los planes de Dios.  Pensemos en David mientras escribe esto.  ¿Cuántos reyes y personas con poder no habrá conocido?  Por ejemplo Nabal.  Un hombre rico con mucha gente a su servicio.  Cuando David le pide que le de de comer y beber a su gente, él se niega de manera prepotente.  Posteriormente muere y David se casa con su esposa Abigail.  También podemos pensar en Saúl.  Tanto que persiguió a David y procuró matarlo pero todo su poder como rey no pudo contra la protección de Dios y terminó muriendo mientras que David sería coronado.  Ahora piensa por un momento en alguna persona con estas características.  Déspota.  Malvado. Presuntuoso.  O también puedes pensar en alguna prueba que parecía imposible de atravesar.  ¿Puedes decir como David, lo busqué y ya no pude encontrarlo?  ¿Puedes ver ahora la mano de Dios cubriéndote todo ese tiempo que sufrías?  ¿Puedes ahora ver la protección de Dios cuando antes pensabas que estaba lejos?

¡Por eso es importante recordar!  Porque vendrán más momentos así.  Son necesarios para nuestro crecimiento espiritual.  Pero la siguiente vez que venga un problema, podrás tener memoria de cómo el Señor se encargo de abrir caminos donde no había y alumbrar tus pasos para que no caigas.

Recientemente vi un video de una persona muy inteligente y explicaba sobre la violencia y las guerras en el transcurso de la historia.  Comentó sobre la biblia y en tono sarcástico y menospreciando su contenido dijo: sí, la biblia contiene muchos eventos aberrantes.  También, hace no mucho tiempo una persona me decía que la biblia eran puras historias de fantasía.  Con el pasaje de hoy pensé inmediatamente en estas dos personas.  Personas que se sienten fuertes y como cedros frondosos.  Menosprecian a Dios.  Se sienten superiores a todos los que creemos en él.  Pero habrá un día que los buscaré y no los hallaré.  Espero, honestamente, que antes de que esto pase se arrepientan y acepten a Cristo en su corazón.  Pero de no ser así, estoy convencido que así como David presenció esto, tú y yo lo presenciaremos nuevamente.

 

Oración

Padre: Te pido perdón por mis pecados.  Reconozco que Jesús es tu Hijo y que murió por mis pecados.  Reconozco que soy pecador.  Reconozco que te necesito para ser perdonado.  Gracias por permitirme tener comunión contigo.  Gracias por tu palabra que me enseña y recuerda que nunca me dejas solo.  Gracias porque hoy entendí que seguirte y obedecerte siempre será la mejor recompensa aunque parezca que a otros les va mejor haciendo lo contrario.  En Cristo Jesús.  Amén 

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