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21 sept 2009

Santiago 4:1

¿De dónde surgen las guerras y los conflictos entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que luchan dentro de ustedes mismos?


En la versión Dios habla hoy, traducen la segunda parte como conclusión: pues de los malos deseos que siempre están luchando en su interior. En cambio, la versión Reina Valera, la de las Américas y la Nueva Versión Internacional lo traducen como pregunta retórica. Me parece interesante poder analizar el versículo con ambas opciones.
Como escribí hace tiempo, Santiago utiliza las preguntas para llevarte a meditar sobre tu vida, tus obras, tus creencias, tu fe entre otros, y con el verso de hoy, busca hacer lo mismo. Quiere que entiendas claramente el por qué de los conflictos que hay, no solo a nivel internacional ni nacional, sino familiar. En varias ocasiones me he preguntado sobre las guerras en el mundo y su injusticia sobre aquellos que no están involucrados con los conflictos pero aún así se ven afectados en gran manera. También pienso sobre los países con problemas de nutrición y falta de servicios básicos. ¿Dónde está Dios para ayudarlos?
La respuesta la encuentras en este versículo. De sus propias pasiones surgen las guerras y los conflictos entre ustedes. De ti y de mí. No hay un tercero involucrado. De tus pasiones. De las mías. ¡Dios no está involucrado! Sé que es fácil echarle la culpa a alguien más y pensar que están peor que tú. Puede ser cierto, pero eso no quita tu parte dentro del problema. A veces las guerras y los conflictos tan grandes que sufre este mundo, te llevan a perderte dentro de tantas telarañas que hay y dejas de poner atención al “micro” mundo que existe a tu alrededor. Este versículo no es para corregir las guerras y conflictos internacionales, es par que corrijas tus guerras y tus conflictos personales. ¡Cuántas familias están peleadas por herencias! ¿Cuántos hermanos se han dejado de hablar por conflictos y desacuerdos? ¿Cuántas amistades se han acabado por dejar que las “guerras” acaben con lo que habían formado? ¿Cuántos hijos han crecido con un solo padre o tal vez sin ninguno de los dos a causa de conflictos entre ellos?
¿Te das cuenta de lo grave que son tus acciones equivocadas? ¿Puedes entender que al dar paso a tus pasiones internas, desembocas una cadena de malas decisiones? Las guerras y los conflictos ¿no surgen de tus pasiones internas? Si no quieres analizarlo así, utilizaré la versión de Dios habla hoy: tus pleitos y conflictos surgen de los malos deseos que están luchando en tu interior. Deja a un lado el pensar que los demás tienen la culpa. Entiende que tú eres causante de grandes problemas por tus propias pasiones. Mejor aprende a entregarlas a Dios.

Oración
Padre: quiero entregarte mis pasiones y pedirte que corrijas mi camino pues no quiero llevar una vida de guerra y conflictos. Guíame para aprender a escuchar y pedir perdón por mis malas decisiones. Ayúdame a transformar mis pensamientos egoístas y entender primero mis errores. No me dejes seguir solo Señor. Te lo pido en el nombre de Jesús
Amén

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