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5 ago 2011

Hechos 13:13-14

Habiendo zarpado de Pafos, Pablo y sus compañeros arribaron a Perge de Panfilia; pero Juan (Marcos), apartándose de ellos, volvió a Jerusalén. Ellos , pasando Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia; y entraron en la sinagoga un día de reposo y se sentaron.



Sin tener mucha información sobre la decisión de Juan, podemos suponer que tuvieron un desacuerdo por la siguiente razón: si uno viaja de Pafos rumbo a Antioquía se encuentra en la dirección correcta al llegar a Perge, por el contrario, está en dirección totalmente opuesta si su destino es Jerusalén. Para que puedas dimensionar la diferencia: una ciudad se encontraba al norte de donde zarparon y la otra al sur. No tiene sentido ¿cierto? Pues lo mismo con el relato de Juan (Marcos) separándose de Pablo y Bernabé.
¿Por qué la biblia nos presenta esta separación? Principalmente por una razón: tenemos que trabajar con nuestro carácter y nuestra convivencia con los demás. A veces creemos que nos podemos enojar con personas que no han aceptado a Jesús pero no con los hermanos en la fe. ¡Error! Somos humanos. No robots y sobre todo ¡imperfectos! Los discípulos mismos tuvieron discusiones y enojos, ¿por qué pensamos que a nosotros no nos pasará? ¡Por supuesto tendremos situaciones de conflicto! Tal vez zarparon de Pafos habiendo acordado que harían algo y finalmente la decisión que se tomó no fue del agrado de Juan y decide separarse del grupo. Así nos pasa a nosotros. Comenzamos un proyecto o unas vacaciones emocionados. Zarpamos con una sonrisa en nuestra cara que nadie puede ocultar. Conforme pasa el tiempo, te das cuenta que tu esposa tiene otros planes para el viaje que están realizando y no son los que tú esperabas. También sucede cuando te cambias de un trabajo a otro pensando que todo sería mejor. O cuando comienzas un negocio o algún plan que involucra a más personas. Todos somos distintos. Todos pensamos distinto. Lo único que puede unirnos son nuestros principios y obediencia al Señor.
Si bien, podemos inferir del desacuerdo entre Juan, Pablo y Bernabé, lo que es difícil de saber son los términos y la manera en que se realizó esta discusión. Aquí, en lugar de utilizar supuestos, voy a respaldarme con la palabra de Dios. ¿Qué hacer cuando entramos en conflicto con alguien? ¡Ahorcarlo! ¡No dirigirle la palabra! ¡Buscar que entienda su error y cómo nos hizo sufrir! Ninguna de estas respuestas provienen de la biblia. Perdonar. Amar al prójimo. Estar en paz. Sin importar lo que te hayan hecho, tu deber con el Señor y nadie más que Él es perdonar. No debes condicionar tu perdón hasta que te hayan pedido una disculpa, tu principal objetivo es perdonar incondicionalmente como Jesús nos perdonó. Ama a tu prójimo sin importar lo que te haya hecho y vive en la paz que solamente Dios puede dar.
Concluyendo, es normal que tenga desacuerdos. Lo que no debe ser normal es que no aprendas a perdonar, a amar a tu prójimo y a vivir con la paz que el Señor da.

Oración
Padre: te pido perdón porque pensaba que tenía el derecho de permanecer enojado o de guardar algún coraje o rencor. Hoy entiendo que lo único que hace mi falta de perdón es quitarme tu paz y estorbarme en mi comunión contigo. Te pido pongas perdón en mi corazón y destruyas mi orgullo que tanto te estorba. En el nombre de Jesús te lo pido. Amén

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