Vistas de página en total

9 ago 2011

Hechos 13:15-17

Y después de la lectura de la ley y de los profetas, los principales de la sinagoga mandaron a decirles: varones hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad. Entonces Pablo, levantándose, hecha señal de silencio con la mano dijo: varones israelitas, y los que teméis a Dios, oíd: el Dios de este pueblo de Israel escogió a nuestros padres, y enalteció al pueblo, siendo ellos extranjeros en tierra de Egipto, y con brazo levantado los sacó de ella.

Como siempre lo he dicho, la biblia no deja de sorprenderme y sobre todo en cómo podemos aplicar sus principios a nuestra vida. Nos encontramos con Pablo y Bernabé llegando a Antioquía después de su separación con Marcos. Van a la sinagoga y les preguntan si desean decir algo. Pablo sin dudar se levanta y comienza a hablar.
¿Cuál es el ejemplo y lo que me sorprende del pasaje de hoy? La manera en que Pablo comienza su discurso. Inspirado por Dios. Con un objetivo en mente: llevar el mensaje de reconciliación a través de Jesucristo. Hoy en día, es muy común escuchar la palabra empatía en las empresas o por lo menos en aquellas relacionadas con ventas. También, para aquellos que buscan mejorar sus habilidades para hablar en público o incluso aquellos que desean tener mejor comunicación con los demás, la empatía es algo común y de todos los días. Y ¿qué significa empatía? La real academia española lo define como: Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro. En otras palabras, significa ponerte en los zapatos del o de los que tienes frente a ti. Cuando hacemos esto, aquellos que nos escuchan pondrán más atención pues se sentirán totalmente comprendidos e identificados con lo que les digamos. Si diera un discurso a médicos y pongo ejemplos sobre la natación, no crearía empatía, por el contrario, si les explico que el pecado es como un cáncer que poco a poco acaba con nuestra vida espiritual, comienzo a crear empatía con ellos y su atención a lo que digo será mayor. ¿Y qué hizo Pablo? Entendió en dónde estaba y a quién se estaba dirigiendo: varones israelitas y los que temen a Dios. Después comienza a hablar de sus raíces. Les recuerda que son el pueblo escogido por Dios y cómo fueron liberados sus antepasados de la opresión de Egipto. Pablo no utilizó el mismo método siempre. Dependiendo con quién se encontrara, hablaba de una u otra manera. Debemos hacer lo mismo: entender a quién nos estamos dirigiendo, ponernos en sus zapatos, entender su situación y a partir de ahí, extender la misericordia y el amor que Dios tiene para ellos. ¿Te das cuenta que de esta forma eliminas el juzgar o criticar? Dos mil años después de este discurso, la gente paga para aprender a hablar en público y entender lo que significa la empatía. Hoy tú y yo podemos aprenderlo de la biblia. Seamos sensibles, inteligentes y sobre todo, humildes para compartir a Cristo. Busquemos identificarnos con la persona opuesta antes de hablar de Dios y compartamos ¡lo que tanto necesitan escuchar!

Oración
Padre: gracias por tu misericordia y tu amor tan infinito. Quiero aprender a compartirlo con los demás y te doy gracias por enseñarme a hacerlo. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

No hay comentarios: