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16 ene 2012

Hechos 17:10-12


Tan pronto como se hizo de noche, los hermanos enviaron a Pablo y a Silas a Berea, quienes al llegar se dirigieron a la sinagoga de los judíos.  Éstos eran de sentimientos más nobles que los de Tesalónica, de modo que recibieron el mensaje con toda avidez y todos los días examinaban las escrituras para ver si era verdad lo que se les anunciaba.  Muchos de los judíos creyeron y también un buen número de griegos incluso mujeres distinguidas y no pocos hombres.


Ni tú ni yo debemos convencer a nadie sobre Jesús.  Leíste bien.  No nos corresponde esa labor.  Nuestro trabajo es ir y predicar la palabra anunciando a Jesús como Señor y Salvador.  El resto, es trabajo de Él.  De hecho, el no entender este principio tan básico, causa muchos problemas y de cierta manera mala imagen sobre los que seguimos a Jesús.  ¿Cuántas veces has escuchado que los cristianos son obstinados y creen que deben convencer a todos que ellos tienen la razón?  En mi caso lo he escuchado en repetidas ocasiones.  ¿Por qué pasa esto?  Porque nos salimos de nuestro deber al pensar que Dios necesita de nuestra ayuda convenciendo a las demás personas sobre su necesidad de Dios.  La verdad es esta: Dios no te necesita convenciendo a nadie.  Ese trabajo lo hace solamente Él.  ¿Lo entendiste?  No te desanimes ni te desesperes cuando tus familiares y seres queridos no quieren aceptar las buenas nuevas que les has compartido.  Deja que el Señor trabaje en sus corazones y sea Él y solo Él quien se manifieste y demuestre que es Dios, Rey y Salvador.  Si leemos con cuidado el pasaje, podemos darnos cuenta que los discípulos dejaban que Dios fuera el que convenciera a las personas.  Nos dice la biblia que una vez recibido el mensaje, examinaron las escrituras para ver si era verdad lo que se les anunciaba.  Las escrituras son LA PALABRA DE DIOS.  Esto quiere decir que es Él y no nosotros los que convencen a las personas de que Jesús es el camino, la verdad y la vida.  
Sé que resulta frustrante y también triste el que nuestros seres queridos rechacen constantemente el evangelio.  Sé que quieres bendiciones para ellos y que no buscas nada malo sino por el contrario que sus vidas sean plenas a través de Jesús.  Sin embargo, es importante aprender que nuestro Señor tiene sus tiempos y sus planes.  Recuerda el momento en que doblaste tus rodillas y pediste perdón a Él.  Probablemente no fue la primera vez que escuchaste sobre Dios.  He escuchado testimonios de personas que odiaban todo lo que tuviera que ver con Jesús hasta que un día no pudieron más y decidieron abrir su corazón para recibirlo.  A veces predicaremos a personas como las de Tesalónica que alborotaron al pueblo en contra de los discípulos pero en otras ocasiones estaremos en Berea donde la gente es de sentimientos nobles y no solo reciben el evangelio sino que además, lo estudian y examinan para corroborar que el mensaje sea fidedigno.
Hoy quiero animarte a confiar en el Señor.  Deja que Él trabaje y transforme corazones.  No te desesperes.  Él transformó tu corazón y transformará aquellos de tu casa.  Mantente fiel y busca siempre dar un buen testimonio.  Con el tiempo verás al Señor trabajando y convenciendo corazones.
Oración
Padre: te pido perdón porque no confió plenamente en Ti.  Perdóname por querer intervenir en lo que te corresponde a Ti.  Hoy te entrego a mis familiares y seres queridos que no te conocen y te pido que seas Tú quien abra sus ojos y sus corazones para que puedan reconocerte.  Te pido que mantenga un testimonio agradable a Ti y que mi vida sirva para tu gloria.  Pon paz y esperanza en mi corazón.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

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