Vistas de página en total

23 may 2012

Hechos 24:23


Luego le ordenó al centurión que mantuviera custodiado a Pablo, pero que le diera cierta libertad y permitiera que sus amigos lo atendieran.


Podían haber mandado a Pablo sin ningún tipo de privilegio y no hubiera podido recibir a nadie.  A pesar de sus prepotencia, Félix decide darle un regalo a Pablo permitiendo ciertas libertades mientras su proceso sigue.  ¿Cómo se aplica esto a tu vida?  ¿Qué tiene que ver con mis problemas de hoy?  
Muchas veces los problemas no se resuelven de un día para otro.  Las enfermedades pueden durar meses y años.  El desempleo puede extenderse más de lo que imaginabas.  Tu negocio no levanta como lo habías planeado.  Tu matrimonio sigue con más problemas.  Tu tristeza se agrava.  Y así, cada situación que atravesamos, puede alargarse por un periodo que no estabas preparado.  Todo esto comienza a causar estragos en nuestras vidas.  Comenzamos a cuestionar lo que hicimos.  Cuestionamos nuestra fe.  Nos enojamos.  Nos arrepentimos.  En general, tenemos una verdadera tormenta de emociones.  Mientras tanto, cuando decidimos escuchar al Señor, muchas veces Él, en su misericordia y amor, decide regalarnos ciertos “privilegios y libertad”.  Parece como una luz en medio de las tinieblas.  Un respiro cuando sentimos que nos ahogamos.  Definitivamente el problema no se ha terminado.  Las cosas prácticamente siguen igual, pero Dios se encarga de permitirnos descansar y tener paz sin importar las circunstancias.  Este momento es cuando Dios permite que “nos visiten y atiendan”.  De cierta manera seguimos en custodia, pero nos da la oportunidad de recibir ciertos privilegios que ahora podemos llamar bendiciones.
Tristemente, no todos se dan cuenta de esto.  Muchas personas prefieren continuar pensando que están atrapadas y en custodia.  Se “montan en su burro” y no pueden ver más allá.  ¿Ya te identificaste?  ¡Cuánto trabajo cuesta salirnos de nuestro sufrimiento y poder ver los pequeños regalos que Dios nos da cada día!  Sí, tus problemas son muy duros.  Sí, nadie puede comprender lo que has atravesado.  Sí, tu dolor puede ser insoportable.  Sí, tu situación es única y sumamente difícil.  Ese no es el punto principal.  Por estar tan metido en todos esos pensamientos, te estás perdiendo la oportunidad de ver las bendiciones de lo que hoy el Señor te ha decidido dar.  ¿Lo puedes ver?  Es fácil perdernos en las quejas.  Es fácil pensar que somos incomprendidos y justificar nuestros pensamientos y sentimientos.  La verdad es que no tenemos pretexto con Dios.  ¡Deja de quejarte!  ¡Deja de estar enojado!  ¡Deja de estar triste!  ¡Deja de estar preocupado!  O dime ¿En qué Dios confías y crees?  El Dios de la biblia te ama y quiere llevar toda tu carga que no te deja caminar.  Quiere que le entregues todas tus preocupaciones y todo aquello que roba tu paz y entorpece tu comunión con Él.  Seamos humildes.  Seamos sabios.  Busquemos esos regalos y privilegios que el Señor, así como le dio a Pablo, nos da hoy.
Oración
Padre Amado: definitivamente me has llenado de bendiciones que no he valorado por estar enfocado en lo incorrecto.  Te entrego mis cargas.  Te entrego todo lo que estorba en nuestra comunión.  Te pido que pueda vivir agradecido y que transformes mi manera de pensar.  Gracias por tu misericordia.  Gracias por tu amor.  Gracias por darme tanto.  En Cristo Jesús.  Amén.

No hay comentarios: