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15 jul 2013

1 Pedro 5:5


Así mismo, jóvenes, sométanse a los ancianos.  Revístanse todos de humildad en su trato mutuo porque: Dios se opone a los orgullosos pero da gracia a los humildes.



Recientemente en México se hicieron famosos en las redes sociales varios videos de distintos personajes políticos.  ¿Qué hacían?  Exponer su prepotencia y soberbia.  “¿Qué no sabes quién soy?”  Cuestionaban.  Esto no pasa solamente en la política.  También pasa entre familias, en las empresas y básicamente en todos lados.  Personas que se sienten más que los demás.  Tristemente, hay personas que anhelan poder decir “¿qué no sabes quién soy?”.  Pero no nos vayamos más lejos que en nuestra propia vida.  Muchas veces tenemos las mismas actitudes pero no hay nadie grabándonos para que nos demos cuenta.  Pero Dios sí se da cuenta.  Los que nos rodean y escuchan lo que sale de nuestra boca se dan cuenta.  Por esta razón Pedro nos dice: que sea la humildad y no la soberbia la que predomine en sus vidas.  El mundo está de cabeza en cuanto a los principios correctos.  Que no te extrañe que lo que la gente busca y exalta es lo contrario a lo que Dios pide.  Por esta razón, debes ser cuidadoso y dejar que Dios examine completamente tu corazón.  ¿Hay orgullo?  ¿Tienes arranques de soberbia?  ¿Eres humilde?  ¿Te sometes a los demás?  Dice el pasaje que debemos ser humildes unos con otros.  Esto quiere decir que no importa tu nivel económico, tu educación, tu puesto de trabajo, absolutamente nada de lo que el mundo aprecia minimiza este mandamiento.  Seas quien seas: se humilde en tu trato con los demás.  Que la humildad y no el orgullo de testimonio de lo que hay en tu corazón.  El mejor ejemplo lo encontramos en Jesús.  Siendo Dios, se hizo hombre.  Siendo rey vino a servir.  Siendo todopoderoso murió por tus pecados.  Siendo perfecto sufrió por injusticias.  Toda esa humildad y sacrificio para demostrar el amor tan grande que tiene por ti y por mí.  Cristo nos dejó el ejemplo perfecto y ahora nos corresponde imitarle.  Desarrolla y promueve la humildad en tu vida.  Entrega todo pensamiento y sentimiento de prepotencia.  Se honesto y sincero.  Deja que Dios sea quien juzgue lo que hay en tu corazón y no seas tú quien quiera decidir si estás en la dirección correcta.  Debes entender que Dios resiste a los soberbios.  No le agrada que haya ningún tipo de soberbia en nuestra vida.  Por el contrario, Dios da gracia para aquellos que son humildes.
Ahora, la palabra humilde tiene los siguientes significados: que tiene humildad; que vive modestamente; que carece de nobleza.  La palabra humildad quiere decir: sumisión o rendimiento; virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento.  Muchas personas piensan que la humildad es solamente el ser “inferior” o que “carece de nobleza”.  No.  La biblia no se refiere a que carezcamos de nobleza o que seamos inferiores.  La definición de humildad está en Romanos 12:3, nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación.  No se trata de pensar de más pero tampoco de menos.  Se trata de entender en dónde te quiere el Señor.

Oración
Padre: te pido perdón porque he sido orgulloso y prepotente.  Te pido perdón porque la humildad no brilla en mi vida y no quiero seguir así.  Padre, te pido que examines mi corazón y abras mis ojos para que cambie todas mis actitudes que no te agradan.  Te pido que pueda aprender a vivir en humildad y dar testimonio de ello.  Señor, perdona mis pecados y guíame.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén.

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