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12 mar 2014

Hebreos 3:7-11

Por eso, como dice el Espíritu Santo: Si ustedes oyen hoy su voz, no endurezcan el corazón como sucedió en la rebelión, en el día de la prueba en el desierto.  Allí sus antepasados me tentaron y me pusieron a prueba, aunque durante cuarenta años vieron mis obras.  Por eso me enojé con aquella generación y dijo: siempre se descarría su corazón, y no han reconocido mis caminos.  Así que, en mi enojo, juré: Jamás entrarán en mi reposo.



La biblia está llena de ejemplos pero no todos son ejemplos a seguir.  El pasaje está haciendo referencia a la actitud que tuvo Israel ante Dios mientras estuvieron en pleno éxodo en el desierto.  Nos dice que aprendamos de sus errores y no imitemos sus actos.  La misma biblia nos explica que es importante aprender de lo que otros han vivido y buscar no caer en los mismos errores.  Mientras tanto, ¿sabes qué dice el mundo?  Que nadie experimenta en cabeza ajena.  O sea, el mundo dice que debes repetir todos los errores que se han cometido porque no eres lo suficientemente inteligente para darte cuenta que ese no es el camino correcto.  ¿No te parece ridículo?  Pues tristemente mucha gente está convencida de esto y toma malas decisiones con esta premisa.
Ahora, recordemos un poco la historia.  El pueblo judío llevaba 400 años de esclavitud con Egipto.  Finalmente, Dios manda las plagas a través de Moisés y son librados de manera milagrosa.  Aunque esto sirve perfectamente para demostrar la grandeza de Dios y que estaba con ellos, Él no paró ahí sino que también, abrió el mar para que pasaran y el ejército egipcio murió ahogado.  Cada mañana recogían maná que les servía de alimento.  Había una nube por el día que los protegía del sol y una lumbrera que los guiaba por la noche.  Salió agua de las piedras.  Vencieron ejércitos.  En fin, la lista de milagros es increíble.  Sin embargo, la rebelión contra Dios no paró y el endurecimiento de corazón provocó el enojo del Señor.  En otras palabras Jehová dijo: Hasta aquí.  Es suficiente.  El hecho de que lleves muchos años haciendo lo mismo no quiere decir que Dios no hará nada al respecto.  Llegará un día en el que diga “es suficiente”.  Castigó a toda la generación que sacó de Egipto sin dejarla entrar a la tierra prometida.  40 años estuvieron en el desierto.  No fue hasta que murió la última persona que Dios le dio instrucciones a Josué para que entraran en la tierra prometida.  ¿Lo puedes ver?  ¡Nuestras acciones tienen consecuencias!  Mientras el mundo te llena de frases de: sigue tu corazón, busca en tu interior la respuesta a tus preguntas y todo aquello relacionado con el corazón, la biblia te dice que ese corazón es engañoso y perverso (Jeremías 17:9).  Mientras el mundo te dice que debes vivir tu propia vida, la biblia te dice que aprendas de los errores de los demás.
El pueblo judío no supo ver ni buscar a Dios.  Vivieron sus milagros pero siempre quisieron más.  Así también hacemos nosotros.  Cuestionamos lo que nos sucede.  Reclamamos.  Nos quejamos.  ¿Por qué a mí?  ¿Por qué esto?  En lugar de preguntarnos, ¿para qué permite Dios esto?  ¿Qué debo aprender?  ¿Qué debo entregar?  ¿Qué debo cambiar?  No cometamos los mismos errores.  No tiene sentido repetir la historia.  Pide a Dios que tu corazón no se endurezca y caigas en el mismo error.

Oración

Señor y Padre: vengo a ti con mi corazón humillado a pedirte perdón.  Reconozco que he sido necio, que me he quejado contra Ti y que no he querido aceptar tus planes sino que te he dado la espalda.  Perdóname.  Hoy entiendo que estoy cayendo en un círculo vicioso y no me lleva a ningún lugar bueno.  Quiero seguir tus pasos.  Quiero aprender de los ejemplos de la biblia y no caer en los mismos errores.  Quiero tener un corazón que te escucha y no uno que te rechaza.  Toma mi corazón.  Toma mi vida.  Guíame en todo momento y no permitas que me aparte de Ti.  Te lo pido en el nombre que es sobre todo nombre, Cristo Jesús.  Amén

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