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18 mar 2014

Hebreos 4:1-2

Cuidémonos, por tanto, no sea que, aunque la promesa de entrar en su reposo sigue vigente, alguno de ustedes parezca quedarse atrás.  Porque a nosotros, lo mismo que a ellos, se nos ha anunciado la buena noticia; pero el mensaje que escucharon no les sirvió de nada, porque no se unieron en la fe a los que habían prestado atención a ese mensaje.



Santiago 1:22 dice: pero sed hacedores de la palabra, y no tan solo oidores, engañándoos a vosotros mismos.  La sabiduría de la calle dice: del dicho al hecho hay un largo trecho.  Y el pasaje de hoy dice: el mensaje que escucharon no les sirvió de nada porque no se unieron en la fe.  ¿Qué criticó Jesús a los fariseos?  Su falta de aplicación de todo el conocimiento que tenían.  Se habían vuelto hipócritas.  Conocían la palabra de Dios.  Actuaban de cierta forma frente a la gente.  Pero en su corazón el mensaje nunca echó raíz.  Espero que tú no seas como ellos.  Espero que entiendas que en el cristianismo no hay que quedar bien con nadie ni comportarse de tal o cual forma.  Cuando caes en eso, como dice Santiago, te estás engañando a ti mismo.  El mensaje es uno y es muy claro: debemos practicar lo que escuchamos.  Obedecer.  Imitar los pasos de Jesús.  Servir.  Todo esto se concentra en las palabras de Santiago: ser hacedores y no oidores.
El pasaje también nos dice: cuidémonos.  En la versión reina Valera dice temamos y me parece más adecuada la traducción.  No se trata de que unos a otros nos cuidemos puesto que está hablando de tener acción en nuestra fe.  En tal caso debería decir animémonos.  Temamos.  Tener miedo.  Pocas personas entienden lo que es temer a Dios.  Muchas otras no pueden asociar el miedo con el amor y menos con Dios.  Nos hemos hecho tal imagen de Jehová, que a veces cuesta trabajo aceptar una nueva característica.  Pero el temor al Señor es algo bueno.  Es algo que la biblia repite varias veces.  No es un miedo a que nos va a lastimar.  No es un miedo que nos distancie.  Es un miedo que involucra respeto, identifica quién es quién y nos motiva a mantenernos firmes, sirviendo y buscando no desobedecerle.  Tengamos miedo de no ser como aquellos que escucharon la palabra de Dios, se conmovieron, incluso asistían a escuchar predicaciones y convivían pero jamás se unieron a la fe.  Es fácil engañar a las personas.  Tal vez tú mismo te puedas engañar.  Al Señor es imposible engañarle.  De estas actitudes hay que tener miedo.  De no caer en hipocresías.  De no caer en incongruencias sino de tener una vida que tiene sentido y hace lo que dice hacer.
Es fácil caer en la hipocresía.  Sin embargo, tampoco debemos caer en el error de estigmatizarnos porque constantemente caemos en pecado.  La gracia de Dios nos perdona.  El sacrificio de Cristo fue perfecto y no necesitamos nada más.  La diferencia está en el corazón.  Cuando uno tropieza pero quiere dejar de caer, su vida está enfocada al crecimiento espiritual y es hacedor de la palabra.  Por otro lado, cuando alguien peca y busca hacerlo en “la noche” para que no lo descubran, su vida es una hipocresía y se quedará fuera del reposo de Dios pues nunca perteneció.  Tengamos miedo de no caer en esta situación.

Oración

Padre: te pido perdón por mis pecados.  Te pido perdón por mi hipocresía.  He querido pensar que llevo una buena vida pero en realidad hago mi voluntad y no la tuya.  Perdóname.  Quiero entregarme a Ti y seguir tus mandamientos.  No quiero quedarme fuera.  No quiero estar apartado de Ti.  Limpia mi corazón.  Renueva mi mente.  Quiero vivir sirviéndote.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén

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