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3 dic 2014

Hebreos 13:6

Así que podemos decir con toda confianza: El Señor es quien me ayuda; no temeré.  ¿Qué puede hacerme el ser humano?



Si tú, como yo, naciste en un país de Latinoamérica, es muy probable que hayas tenido ya alguna experiencia con la corrupción.  En países como México, crecemos no viviendo sino sobreviviendo.  Cada quien tiene que ver por lo suyo y cuidarlo porque siempre hay alguien por ahí queriendo robarlo o aprovecharse.  Sé que es similar en países como Brasil, Argentina, Colombia o Venezuela.  En mayor o menor grado, uno se va dando cuenta de la importancia que tienen las personas con “poder” o “conexiones”.  Su vida, de alguna manera, es más sencilla.
Por otro lado, constantemente escucho en las noticias o incluso en las películas, hacer referencia al presidente de los Estados Unidos como el hombre más poderoso del mundo.  También hay artículos y teorías de conspiración en la que explican que los más poderosos son realmente unas cuantas familias que controlan el dinero a nivel mundial y por consecuencia, a los mismos gobernantes.
Poco a poco, sin darnos cuenta, nos metemos tanto en este mundo que perdemos la perspectiva rápidamente.  Todo se mueve de tal manera que nos hacen pensar que necesitamos tal trabajo, tales relaciones, tales estudios, tanto dinero, tanta fama y tanto poder.  ¡Impresionante!  El autor Patrick Morley en su libro “El hombre frente al espejo” define todo esto de una manera muy sencilla: la carrera de ratones.  ¿Recuerdas a esos ratones que se suben a una rueda que gira y gira y por más que corren y corren no llegan a ningún lado?  Pues así es justamente como se mueve este mundo.  Nos hace pensar que podemos llegar y alcanzar mientras que no nos estamos moviendo ni un solo centímetro.  ¿No me crees?  ¿Crees que estoy exagerando?  Te voy a explicar el por qué, comenzando con lo que dice el versículo 6 que estamos estudiando: solamente Dios puede traer la paz que necesito pues Él es quien me ayuda y protege.  ¿De quién y de qué puedo temer si Él está conmigo?  Si todavía no te queda claro te recuerdo lo siguiente.  Cristo, siendo Dios (no habiendo nada ni nadie mejor que Él) vino a vivir como hombre para enseñarnos lo que realmente tiene valor.  ¿Cómo vivió?  Como un carpintero.  ¿Dónde nació?  En la ciudad más pequeña e insignificante.  ¿Cuánto dinero ganó?  Lo suficiente para vivir día a día.  ¿Qué tipo de conexiones políticas y poder tuvo?  Ninguno.  De hecho le odiaban y querían matarle.  A los ojos del mundo, ¿es esta una vida de éxito?  Sin embargo, su ejemplo fue tan grande y perfecto que al morir dividió el tiempo y hoy seguimos escuchando de Él.  ¡No permitas que este mundo te abrume y te aplaste!  ¡No dejes que aquello que ves pueda más que el Dios Todopoderoso!  ¡No dejes que las costumbres te hagan dudar sobre Jehová y su capacidad de protegerte!  Cada vez que recurrimos a los ejemplos que tenemos en este mundo, no nos estamos moviendo ni un centímetro y nos encontramos varados sin saber qué hacer.  Por el contrario, cuando imitamos a Cristo, nuestra vida comienza a andar y a tomar forma.  Nos enfocamos en lo que vale y desechamos lo que no.  Vivimos en paz.  Vivimos en gozo.  Vivimos agradecidos sin importar lo que sucede porque Dios está con nosotros.  ¿Lo puedes entender?  No importa lo que diga el mundo.  No importa en dónde hayas nacido ni cuáles sean tus condiciones.  Es importante para los que no conocen a Dios pero para aquellos que confiamos en el Creador, simplemente no tiene relevancia.  La biblia dice que podemos decir confiadamente que no hay nada ni nadie de quien debamos temer pues el Señor nos ayuda.  ¿Para qué seguir buscando donde no hay?  Si el Señor lo dice es porque es cierto.  Confía en Él.  Sin importar lo que estés atravesando.  De rodillas ante Él, clama y pide que su paz abunde en tu corazón.  ¿De qué puedes temer si Él está contigo?  ¡No tiene sentido!  Has una pausa y date cuenta de lo que te estás perdiendo por no abrazar la palabra y creer en ella.

Oración

Padre: perdóname.  El mundo me ha confundido demasiado.  Hoy entiendo que solamente Tú puedes traer paz.  Solamente Tú puedes protegerme.  Solamente en Ti puedo confiar y estar seguro.  Padre, no quiero seguir confundido y pensando que puedo hallar en el mundo cuando solamente puedo hallar en Ti.  Toma mi vida.  Tú conoces mi corazón.  Renuévalo.  Tú conoces mis pensamientos.  Límpialos.  Tú conoces mi vida.  Transfórmala.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Gracias a Dios porque cada día nos muestra su amor para con el ser humano gracias a la persona que escribió está explicación Dios te guarde y te bendiga

Un Tiempo con Dios dijo...

Hola y gracias por escribir tan bonito comentario.
Bendiciones.